López Abella, en un momento de la entrevista concedida a este periódico
Domingo, 29 de Enero, 2012
http://www.abc.es/20120129/comunidad-galicia/abcp-algunos-programas-television-hecho-20120129.htmlENTREVISTASusana López AbellaSecretaria xeral de IgualdadeLo tiene claro: «La igualdad no es solo cosa de mujeres, todos tenemos que implicarnos». En su entrevista con ABC, descubre algunas claves.—Durante el 2011, 61 mujeres murieron víctimas de la violencia sexista en España; tres de ellas en Galicia. ¿Este índice es un reflejo del machismo que todavía pervive en la sociedad actual?—Por supuesto. Mientras existan desigualdades sociales perdurará la violencia de género. Por eso es necesario trabajar en la paridad entre hombres y mujeres.—¿La clave está en la educación?—Sí, es el pilar fundamental. En las edades más tempranas es donde se forja la personalidad de los niños y es donde hay que trabajar. Vamos en el buen camino pero falta por remover ciertos obstáculos que aún perviven. De hecho, estamos viendo que en edades más tempranas se están produciendo acciones de violencia de género. Por eso estamos colaborando con el departamento de Educación para organizar un programa piloto con una red de escuelas de cara a trabajar más el tema de la igualdad, para sensibilizar más.—Los últimos estudios revelan que la familia y los allegados de las víctimas siguen silenciando, en alto porcentaje, estas situaciones…—Quien tiene que concienciarse y denunciar la situación de malos tratos es la persona que los sufre, y no aguantar en ningún caso una bofetada o una vejación. Sin embargo, hay mujeres que por las circunstancias en las que se encuentran —ya sean anímicas, psicológicas o físicas— no son capaces de dar el paso y se quedan esperando a que la situación mejore. Ahí es cuando el entorno familiar o de amigos, que a veces nota que hay una situación de maltrato, se tiene que implicar y denunciar o intentar convencer a esa persona para que lo haga. Además, es muy necesario que apoyen a las mujeres para mantener la denuncia, porque ahí es donde se corre un grave peligro. Como dato, ninguna de las tres fallecidas el pasado año había denunciado.—Cuando una mujer decide dar el paso de denunciar a su agresor, ¿qué protocolo se activa?—Lo primero es la denuncia ante la Policía e inmediatamente hay una orden judicial que dicta unas medidas de protección. A partir de ahí la Xunta genera una serie de programas para estas mujeres víctimas de la violencia. Una de las actuaciones es un pago mensual y un pago único en casos de emergencia.También hay una red de atención a mujeres que necesitan apoyo jurídico o psicológico a través de los centros de información a la mujer, 78 actualmente. Y por último están las casas de acogida, siete repartidas por toda la Comunidad y que realizan una labor encomiable.—¿Cómo funcionan?—Allí se resguarda totalmente la intimidad de las mujeres y de sus hijos. Se trabaja con ellas desde el punto de vista psicológico y les enseñan a confiar en sí mismas. En este sentido, es importante que la gente sepa que el índice de ocupación de estos centros está al 70 por ciento. El presupuesto de la secretaría de Igualdad para este año será el mismo que en 2011 y el mensaje es que, pese a la crisis, los medios se mantienen. Yo quiero hacer un llamamiento para que ninguna mujer mantenga una situación en la que su vida o la de sus hijos corre peligro, porque hay recursos.—Algunas de las mujeres asesinadas en 2011 contaban con medidas de alejamiento… ¿Considera que las órdenes de protección son una medida eficaz para frenar estas muertes?—Es la mejor medida que conocemos y que tenemos. Sí es cierto que a veces hay fallos, cuando el hombre que tiene una orden de alejamiento se la salta a la torera, y los lamentamos de una manera terrible. Pero siguen siendo uno de los mejores instrumentos con los que contamos.—Y para los agresores, ¿penas de cárcel o terapias?—El juez es el que dicta y ahí nosotros no podemos meternos. Lo que sí tenemos en la Secretaría es un programa, «Abramos o círculo», enfocado a los hombres que tienen problemas de conducta y que voluntariamente deciden dar el paso. Pero para que formen parte de este proyecto no puede haber, bajo ningún concepto, denuncia de por medio. Uno de los principales obstáculos con los que se encuentran las mujeres que sufren maltrato es la dependencia económica de sus parejas.—¿Qué ayudas económicas ofrece su Secretaría?—Las ayudas van de 300 a 800 euros al mes. Depende de las condiciones de cada mujer y su finalidad es garantizar a las víctimas unas condiciones suficientes de independencia respecto de su agresor.—Para recibirlas, tienen que haber presentado una denuncia…—Sí, por supuesto. Tiene que estar acreditada esa situación y el juzgado tiene que haber dictado alguna de las medidas, cautelares de protección o de alejamiento. La ayuda se mantiene en principio durante un año. El 75 por ciento de las beneficiarias a día de hoy en Galicia son españolas.—¿Las emigrantes lo tienen más difícil para denunciar?—Hay una barrera que impide a las mujeres emigrantes denunciar, sobre todo porque no dominan el idioma y no saben dónde acudir. Por eso hemos sacado un programa de teletraducción para que en los centros de la mujer, a través de un teléfono con la traducción a 51 idiomas, puedan atender a las mujeres en su propio idioma.—La crisis económica está afectando especialmente a las mujeres, más perjudicadas por los altos niveles de desempleo que los hombres. ¿Cuál es el plan en líneas generales?—El programa Emega es la línea más destacable. Está encauzado a que las mujeres que tienen una buena idea pero no la han podido llevar a buen puerto por falta de financiación puedan poner en marcha esa pequeña o mediana empresa. Este año lo reforzaremos y tendrá novedades importantes.—Un 70 por ciento de los universitarios gallegos son mujeres. Sin embargo, los puestos de dirección siguen copados por hombres. ¿Qué hay que hacer para romper este techo de cristal?—Es una preocupación porque lo cierto es que una mujer que desempeña el mismo puesto de trabajo que un hombre cobra menos. Y en eso tenemos que implicarnos todas las administraciones y por supuesto los sindicatos y las propias empresas. Yo creo que la clave está en la concienciación. Hay mujeres que están muy bien formadas y no puede ser que en un momento determinado se queden ahí, a medio camino.—¿El problema está en la conciliación familiar?—En parte sí. El ser madre no puede ser una rémora para la profesión de una mujer, ni viceversa. Es importante que existan servicios para que las mujeres y los hombres puedan conciliar, porque es una cosa de dos. Desde Igualdad hemos creado un programa basado en la reducción de jornada para hombres, para que puedan conciliar con su pareja, y la verdad es que está teniendo mucha demanda. Cerca de 500 lo hicieron en 2011.—En la página web de su Secretaría ofrecen la posibilidad de denunciar publicidad y anuncios sexistas. ¿Los medios de comunicación, el cine, la televisión… van en contra de la igualdad entre sexos?—Sí. Quizás no sea políticamente correcto decirlo, pero es así. Sin saberlo, muchas veces estamos recibiendo una serie de mensajes sexistas al ver una película que no analizamos ni filtramos. Algunas series de televisión y programas han hecho muchísimo daño a la igualdad porque reproducen unos roles que parece mentira que sean para adolescentes. Yo soy muy respetuosa con la creatividad de los guionistas pero en la igualdad social tenemos que involucrarnos todos. Respeto los medios y creo en la creatividad, pero hay algunos que tendrían que repensar cómo envían la información. Ahí tenemos una asignatura pendiente y no creo que sea tan difícil de controlar porque confío en que los grandes creadores sean receptivos con este tema, que nada tiene que ver con coartar su libertad de expresión.—¿Perjudican las noticias sobre muertes por violencia machista?, ¿hay efecto llamada?—En términos generales, el tratamiento de una noticia cuando sucede un asesinato por violencia de género suele ser impecable. Lo que siempre pedimos es que aparezca el teléfono de denuncia para que quien esté viendo es información sepa que tiene un teléfono al que llamar (016 ó 900 400 273). Yo creo que todos tenemos derecho a la información y es básico que la sociedad conozca lo que ocurre.
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