Malos tratos y agresiones sexuales ocasionaron la muerte a Estefanía

Jueves, 26 de Enero, 2012

«La etiología de la muerte es violenta homicida», concluye el informe definitivo de autopsia realizado por dos forenses sobre la pequeña de 7 años28.03.09

Los fuertes dolores que sufrió la pequeña no bastaron para que la llevaran al médico

Tuvo una muerte horrible. Acorde con la horrible vida, y tan corta, que tuvo. Lesli Estefanía Segura Aullón, de siete años de edad, falleció el pasado 5 de noviembre. Su cuerpo inerte fue trasladado por su madre hasta el centro de salud de Fortuna. Bajo el pijama blanco con dibujos que vestía, y en el que se apreciaban algunas manchas de vómito, el médico apreció signos evidentes de posibles malos tratos y se negó a firmar el certificado de defunción. Dio aviso al juez y, con esa decisión, abrió la puerta a una investigación que ahora, casi medio año después, ha permitido confirmar el espanto que ya se intuía desde los primeros instantes. Su madre, Amalia Verónica U.M., de nacionalidad ecuatoriana, y el compañero de ésta, Juan Pedro M.G., español de 25 años, permanecen encarcelados desde entonces como sospechosos de malos tratos, homicidio (doloso o por imprudencia) y, en el caso del varón, también de agresión sexual.

El informe de autopsia, al que ha tenido acceso La Verdad, establece que la niña falleció a causa de un shock séptico -una infección generalizada-, derivado de una peritonitis (inflamación de la membrana que recubre la cavidad abdominal, a causa de bacterias u otros agentes que entran en la zona por una herida penetrante o por la perforación de un órgano).

Aunque este grave problema de salud puede tener una causa natural, como la perforación del apéndice, los dos forenses que examinaron el cuerpo de la pequeña han descartado esa posibilidad. «La etiología de la muerte es violenta homicida», señalan con rotundidad en sus conclusiones, y añaden que «el origen de la peritonitis son los traumatismos abdominales y/o agresión sexual» sufridos por la menor en los días previos a su fallecimiento.

Numerosas lesiones

Los dos expertos en Medicina Legal señalan además que el cuerpo de Lesli Estefanía «presenta numerosas lesiones propias de maltrato infantil (lesiones físicas y de agresión sexual), y describen hasta una treintena de hematomas, cicatrices, erosiones y signos de quemaduras, unos recientes y otros más antiguos, repartidos por toda su anatomía. Con todo, las evidencias de maltrato más terribles y más evidentes son los desgarros y hemorragias que presentaba en su aparato genital y las múltiples lesiones y cicatrices que se apreciaban en pubis, gluteos y caras internas de ambos muslos.

La trascendencia de este informe es determinante para la instrucción judicial, por cuanto desde la defensa de los dos imputados se confiaba en que las pruebas periciales indicaran que la muerte se había producido por causas naturales. Ahora, con la constatación de que la causa del fallecimiento es «homicida violenta», se multiplican las posibilidades de que se confirme la imputación de homicidio contra la madre y el padrastro.

Más aún cuando los forenses señalan que la peritonitis que sufrió la niña no se presenta de forma asintomática y, al contrario, que produce «fuertes dolores abdominales». Los padecimientos de la menor a lo largo de horas, e incluso de días, no fueron suficientes, en teoría, para que sus tutores se decidieran a llevarla al médico. Murió de madrugada, en su habitación, sin haber recibido atención o asistencia alguna.

Por acción y omisión

La conclusión final de los dos forenses es, así pues, que «se trata de una muerte producida como resultado final de un maltrato infantil, con variadas formas de presentación: por acción, consistente en diferentes agresiones físicas y agresión sexual, y por omisión, debido a la ausencia de cuidados médicos, al no solicitar asistencia facultativa para la menor ante la existencia de lesiones y cuadro de peritonitis, que fue finalmente el causante de la muerte».

A lo largo de la investigación judicial han prestado declaración algunos vecinos de esta familia, que han señalado haber sido testigos de algún episodio de malos tratos a la niña por parte de su padrastro, así como haber escuchado «terribles gritos» de la menor, que repetía: «¡No, papá; no, papá!».

http://www.laverdad.es/murcia/20090328/comarcas/malos-tratos-agresiones-sexuales-20090328.html