Miércoles, 19 de Agosto, 2015
Aquello con lo que nos quedamos de la noticia como más llamativo es la queja relativa a una indemnización, un lamento continuo por la falta de dinero. Quizás sea el efecto de vivir mantenidas por el marido o ex marido, pues no podemos olvidar que el feminismo pretende que la mujer se quede con los niños tras la ruptura, pero a esta responsabilidad viene unida un sueldo del cual no rendirán cuentas a nadie, y el uso de la vivienda familiar.
No se pone en duda en ningún momento el dolor por la pérdida de sus hijos, pero su pesar es no ser indemnizadas y vivir mantenidas a causa de un dolor que no existe, pues sus hijos dejaron de sufrir, los mató alguien que se convirtió en un asesino sí, pero una persona que las mantenía y procuraba un sustento económico, que es lo ahora más parece que echan en falta.
Reclamar solo la condena o medidas cuando los hijos son asesinados a manos del padre, no es preocuparse por los hijos, pues los hijos pierden la vida, a manos de un asesino o a manos de una asesina. Por contra no se ponen en el lugar de los miles y miles de padres que sufren cada día por ser alejados legalmente de sus hijos, por ver como sus niños se crían huérfanos de un padre vivo cuyo dolor y sufrimiento es impotente, pues es la propia justicia quien dictamina este asesinato del padre de los menores. Son los niños quienes pierden la vida, por su padre o por su madre, pero no se olviden que miles de hombres se suicidan por no ser capaces se sobrevenirse a tanto dolor, no ignorado, sino escondido y muy a conciencia del motivo, de ver a sus hijos crecer sin su amparo.
Fuente:
La hermandad de las madres de los niños asesinados
http://www.elmundo.es/cronica/2015/08/16/55ce0b6946163f97648b4589.html
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