Vemos noticias y noticias en donde la gran parte recoge solo casos de muertes de hijos a manos del padre, el varón. En esta, al menos, por la cercanía del suceso mencionan también la pérdida de un menor de 3 meses degollado por su propia madre. Pero tenemos muchas más casos, y bien crueles, de los que solo con imaginar el sufrimiento de la agonía de ese menor se ponen los pelos de punta. Más aún el motivo que causó el asesinato de ese menor es todavía más escalofriante.
El varón siempre se ha hablado bien y mal, sin embargo de la madre se ha reiterado por siempre ese instinto maternal preservando casos o hechos que pudieran atacar al mito. Las consecuencias del masivo divorcio han conllevado que descubramos que realmente ese instinto era un mito, pues vemos como las madres anteponen el deseo de su felicidad antes que las necesidades de sus propias hijos. Ante la ruptura cada cual tira por su lado, y esa dedicación a los hijos aparejada a estado de ser mientras mantenida, a cambio también de las tareas domésticas, han dado paso a unas madres que apartan a los hijos de su lado hasta incluso asesinarlos si ven que éstos interfieren en la nueva vida que pretenden iniciar, quizás con otros hijos nuevos, pues al final lo triste es que hemos comprobado que muchas madres tienen hijos para usarlos.
Del cariño al odio existe una paso, y cuando ello sucede vemos como los menores que siempre se encuentran en medio se utilizan para procurar ese daño. El extremo es su asesinato, pero la verdad es que hay otro maltrato a la niñez del cual no es que no se quiera hablar, sino que se considera por la justicia como normal, y es el de que se aparte a los menores y se les impida que sus padres asuman sus obligaciones para con ellos. En vez de obligar al padre que no quiere ejercer dichas obligaciones se le impone un alquiler de sus obligaciones y se le traspasa a la madre. Ello debería hacerse previo a obligar a no renunciar a sus obligaciones parentales, y si después, a pesar de todo ejerce su renuncia, es cuando con creces habría de imponer la sanción. Pues ninguno podemos renunciar al pago una hipoteca, y en este caso si que no se permite. Que la justicia considere más importante `las obligaciones con los ladrillos que con los propios hijos es la muestra de que el interés en la protección de los derechos del menor no existe por parte ni del Estado ni de la Justicia.
En uno de los artículos consultados, se admitía por un psiquiatra forense (José Cabrera) otra posibilidad del motivo por el cual un padre -varón- podría acabar con la vida de sus hijos, y ésta era la de que ese hombre pensase que los hijos no eran suyos.
"El que uno de los miembros de la pareja, en este caso el hombre, sospeche que los hijos no son suyos"
Fuente:
Qué lleva a un padre a matar a sus hijos
http://www.elconfidencialdigital.com/te_lo_aclaro/lleva-padre-matar-hijos_0_2545545434.html
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Antecedentes del mito deMedea
Por orden del rey Pelías, Jasón reúne una tripulación de héroes para ir a buscar el vellocino de oro a La Cólquida, país muy alejado de Grecia. En un viaje lleno de aventuras y peligros, los Argonautas (es decir, la tripulación de héroes de la expedición), llegan a su destino. Allí, Jasón debe superar unas pruebas de valor que le impone el rey de la Cólquida, Eetes. Pero a Jasón lo ayuda a estas pruebas y a robar el vellocino de oro la hija de Eetes, Medea, que se ha enamorado de él. Jasónhuye de La Cólquida acompañado de Medea y, una vez en Grecia, se casa con Medea y tienen dos hijos. El matrimonio y sus hijos se establecen en la ciudad de Corinto. Con el tiempo, Jasón se enamora de la joven hija del rey de Corinto, Creonte (coincide su nombre con el del regente de Tebas de la tragedia Antígona, pero son personajes distintos), se promete con ella y repudia, es decir, rechaza, a Medea como su esposa y la abandona.
A PARTIR DE AQUÍ COMIENZA LA TRAGEDIA MEDEA
La nodriza de los hijos de Jasón y Medea está preocupada porque ve a Medea en un estado de ansiedad, nervios, tristeza y mal carácter muy agudizado. Tiene miedo de que planee algo malo, aunque no está segura de qué puede ser. Esta preocupación la comparte con el pedagogo de los niños, a quien pide que aleje en lo posible a los hijos de su madre. Medea compadece ante el coro de mujeres corintias y lamenta que el hombre por el que ella dejó su hogar, su tierra y su familia la haya traicionado.
El rey Creonte se presenta a Medea y le ordena que abandone la tierra de Corinto, que salga como desterrada. Antígona le suplica que la deje allí algún día más para poder preparar su marcha. Jasón también va a hablar con Medea y se produce una fortísima discusión entre ellos. Entonces Medea, para vengarse de Jasón, planea matar a la hija de Creonte, la princesa con la que se va a casar Jasón y, después, matar a sus hijos, para que Jasón no pueda quedarse con ellos y para no sufrir ella la vergüenza de su repudio y su destierro. Así, llama de nuevo a Jasón y con palabras dulces pero falsas le hace creer que ella acepta su destino y que le parece su boda con la hija del rey. Jasón se marcha tranquilo. Medea prepara entonces una pócima mortal con la que impregna un vestido como regalo para la princesa y envía a sus propios hijos a que se lo lleven. Inicialmente, la princesa desconfía del regalo, pero cuando se pone el vestido, éste se le adhiere a la piel y el veneno le quema la carne como un ácido, muriendo la joven entre terribles dolores. Su padre, al ver a su hija agonizando la abraza desconsolado y, entonces, el vestido se pega también al cuerpo de Creonte provocando en él el mismo efecto anterior y ocasionándole la muerte en una fuerte agonía. Cuando Jasón de entera de lo que ha pasado, corre a pedir explicaciones a Medea, pero la mujer, en presencia de Jasón, asesina con un cuchillo a sus hijos, huyendo de Corinto en un carro tirado por caballos alados.
https://griegoantiguo.files.wordpress.com/2010/06/resumen-de-medea.pdf
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