Reunión de los lunes
lunes, 15 de febrero de 2010
«Mis padres me veían sufrir a mí y a mi hijo; no los cambiaría por nada»
14 Febrero 10 - Jaime V. Echagüe
Poli sostiene una foto de sus padres, que le ayudaron en los momentos más difíciles
Váyase a casa de sus padres». Ése fue el consejo que, con incredulidad, recibió Poli Murillo en 2003, cuando tenía 30 años, en boca de la jueza que falló a favor de su mujer en el proceso de divorcio. «Tras pagar la hipoteca y la pensión, me quedaban 180 euros al mes. ¿Cómo vivir con éso?» comenta. Había que añadir que hacía cuatro meses que su hijo había nacido cuando su mujer le planteó la ruptura. Poli no podía permitirse un techo y se vio obligado a dormir en un local familiar en obras. «Algún día me desperté con ratones», comenta. Con todo, «nunca les dije a mis padres donde estaba». Pero cada fin de semana que le tocaba pasar con su hijo, se iba a dormir a casa de ellos, los abuelos, que le brindaron su apoyo emocional y económico. «Me dieron apoyo afectivo, pero también me veían sufrir. Y a la vez, es duro verlos sufrir a ellos por ti y por su nieto, porque la relación con el niño es cortada de raíz». Y pese a los típicos choques generacionales («los abuelos siempre consienten demasiado a los nietos», dice), asegura que «nunca cambiaría a mis padres por nada». Sin ir más lejos, Poli, que colabora con la Asociación de Padres de Familia Separados (APFS), está ahora en paro y la ayuda de sus padres vuelve a ser imprescindible.
http://www.larazon.es/noticia/2551-mis-padres-me-veian-sufrir-a-mi-y-a-mi-hijo-no-los-cambiaria-por-nada
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