DANIEL AYLLÓN MADRID 04/10/2010
Dos víctimas de malos tratos, en un barrio de la periferia de Madrid. GUILLERMO SANZ
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La ley da la misma protección a las sin papeles agredidas que a las españolas y a las extranjeras regulares (incluso, les concede un permiso de residencia "por circunstancias excepcionales" si hay sentencia condenatoria de maltrato). Sin embargo, las consecuencias de acudir a comisaría para unas y otras varían: cuando una indocumentada denuncia a un maltratador en dependencias policiales, además de atender su caso, se le incoa un expediente de expulsión del país.
"Las mujeres se integran rápido y el agresor teme perder poder", dice Lorente
"Por este motivo, muchas se muestran reacias", denuncia Vladimir Paspuel, presidente de la asociación hispano ecuatoriana Rumiñahui. No obstante, la expulsión se paraliza hasta que haya una sentencia firme del juez, según el Artículo 31 de la Ley de Extranjería. Si no se logra demostrar el maltrato, se la expulsará.Uno de los objetivos de esta medida es evitar las denuncias falsas, que las sin papeles simulen una agresión para obtener la documentación. Pero esto sólo ocurre en uno de cada 530 casos, según el informe que presentó en octubre de 2009 el Observatorio contra la Violencia Doméstica y de Género del Consejo General del Poder Judicial (CGPJ).
El delegado del Gobierno para la Violencia de Género, Miguel Lorente, defiende que en 2010 no se ha expulsado a ninguna sin papeles que haya acudido a comisaría por este motivo. Pero aunque no se haga efectivo, "la ley recoge la posibilidad de la expulsión y eso les aterra", incide Paspuel.
El 64% de las extranjeras tiene entre 21 y 49 años, la franja de riesgo
El reglamento de la ley
Las asociaciones de inmigrantes tienen puesta su esperanza en el reglamento de la Ley de Extranjería, que se presentará en diciembre. Lorente se muestra cauto, "a la espera de los informes del Gobierno", antes de anunciar posibles modificaciones del texto.
La nueva normativa de Extranjería aunó en diciembre de 2009 las leyes, directivas y resoluciones aprobadas al respecto en los últimos años. Pese al polémico cabo suelto de las no regularizadas, las normas han aumentado la protección a las víctimas (permisos de residencia independientes del maltratador, órdenes de alejamiento, acceso a casas de protección...).
"La legislación española es la más completa y la que más protege a las víctimas en Europa", defiende Lorente. Sin embargo, además del miedo a ser expulsadas, muchas extranjeras se resisten a denunciar por otro motivo: "Carecen de una red social de apoyo en España, de familia y amigos. Aquí, muchas víctimas sólo tienen a sus parejas", sostiene Paspuel.
Relaciones de poder
"El problema es la relación de poder que se establece", opina la abogada Edurne de la Hera. La letrada pone como ejemplo "cuando el permiso de residencia de la mujer depende del hombre, porque lo obtuvo gracias a la reagrupación familiar. Si hay maltrato, una española puede irse de casa porque tiene familia o amigos, pero muchas extranjeras se sienten atadas. Y el maltratador lo aprovecha para someterla".
Mariola, víctima latinoamericana de 24 años, critica la falta de formación en extranjería de algunos abogados. En teoría, en el juicio tendrían que haberle entregado un permiso de residencia independiente del de su pareja. "Pero nadie me asesoró, ha vencido el plazo y me he quedado sin papeles". Sufrió agresiones durante un año. La primera vez, cuando estaba embarazada de cuatro meses. La última, después de dar a luz. Su pareja le rompió un labio, una ceja y un brazo. Al igual que el resto de víctimas del reportaje, su nombre es ficticio.
"La violencia de género está relacionada con el dominio y el sometimiento de la mujer"
Lorente rechaza que el miedo a la expulsión sea determinante para no acudir a comisaría y esboza en tres líneas el porqué del 40% de víctimas extranjeras. En primer lugar, apela a la referencia cultural: "La violencia de género está relacionada con el dominio y el sometimiento de la mujer. Y en algunos países, está más arraigado". Además, "al llegar a España, la mujer suele integrarse más rápido por la tipología de trabajos que desempeña y por su participación en más redes sociales. El agresor teme esta autonomía y, a veces, se cree ridiculizado. Cuando ella le va a dejar, se siente aún más cuestionado. Es entonces cuando se producen la mayoría de las muertes".No obstante, Lorente resta importancia a la procedencia de los agresores y se centra en la edad de los inmigrantes que viven en España. Para él, es el indicador más importante. Gran parte de las discusiones de pareja y casos de violencia de género los protagonizan personas de entre 21 y 50 años. El 46% de la población está en este tramo. "Entre la colonia inmigrante es aún mayor: el 64%. Y esto les hace ser más propensos", asegura.
Mayor castigo para foráneos
Por otra parte, las sentencias tienen mayores consecuencias para los extranjeros que para los nacionales, porque suelen impedir la renovación de sus permisos de residencia.
"A veces, son excesivas", reflexiona Laura, también víctima latina de 24 años. Por un momento quita peso a su condición de maltratada. Hace pocas semanas que salió de un centro de protección.
Las sentencias tienen mayores consecuencias para los extranjeros
¿Mereció la pena denunciar al maltratador? Sus dos hijas enfermas son lo único que le hace vacilar. "Ahora, al tener antecedentes penales, mi ex marido ya no podrá renovar su permiso de residencia, ni trabajar, y no habrá dinero para pagar la operación de las niñas. Sin papeles, yo tampoco consigo trabajo", lamenta. Incluso sus propios padres le recriminaron en su día que denunciase a su pareja: "Tienes que pensar en ellos, en tus hijos, no en ti", le instigaron.Apenas llevaba seis meses en España cuando recibió el primer puñetazo. "Si no le hubiera denunciado, la siguiente vez me podría haber matado", valora unos minutos después. "En el fondo, sí que mereció la pena denunciarle. Fue la única forma de asegurar que seguiría con vida", concluye.
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El número de víctimas mortales repunta en 2010
52 fallecidas este año
El número de víctimas mortales registradas durante los nueve primeros meses de este año ha sido superior al del mismo periodo de 2009, cuando hubo 44. En total, el año pasado se produjeron 55 casos de violencia de género con resultado de muerte. 2008 fue el año que terminó con un mayor número de víctimas: 76.
25% con denuncias previas
El 25% de las fallecidas de este año había denunciado a su agresor antes del asesinato. De estos, el 36,5% intentó el suicidio o lo consumó después de matar a su pareja o ex compañera sentimental.
50 idiomas para el 016
La Delegación Especial del Gobierno contra la Violencia sobre la Mujer puso en marcha en 2006 el servicio telefónico 016 de información y asesoramiento jurídico en materia de violencia de género. El teléfono atiende a las víctimas en 50 idiomas.
4.744.169 permisos de residencia
El último informe de la Secretaría de Estado de Inmigración, del pasado 30 de junio, indica que hay 4.744.169 extranjeros en España con permiso de residencia en vigor. Los hombres representan el 53,25% de esta comunidad (2.526.232). Las dos grandes colonias presentes en el país son la rumana (793.205) y la marroquí (758.900).
8.063 matrimonios
El año pasado se realizaron 8.063 uniones matrimoniales entre extranjeros en España. No obstante, los matrimonios mixtos con españoles ganaron mucho peso y alcanzaron los 30.266. Las brasileñas (2.800) y colombianas (2.387) son las extranjeras que más matrimonios protagonizaron el año pasado en España, debido en gran parte a los matrimonios mixtos. Entre los hombres, los marroquíes son, con diferencia, los más numerosos: 2.442.
http://www.publico.es/espana/339758/inmigrantes-atadas-al-maltratador
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