Aprobación Ley Valenciana de Custodia Compartida (1) VIDEO Domingo 08 de mayo de 2011
MANUEL MOLINA DOMÍNGUEZ Por encima de cuestiones más o menos prosaicas, la custodia compartida de los hijos –tras separaciones y divorcios– es una medida progresista, acorde a los actuales roles de hombres y mujeres en los ámbitos laboral y familiar. Pero, además, reúne características aún más relevantes: como defiende la mayoría de psiquiatras y psicólogos especialistas en el tema, permite la aconsejable convivencia de los menores con ambos progenitores, lo cual repercute positivamente en el adecuado desarrollo psicológico y bienestar emocional de los pequeños.
En ese sentido, acaba de entrar en vigor en la Comunidad Valenciana la Ley de relaciones familiares de los hijos e hijas cuyos progenitores no conviven (en la misma línea que la ley de Aragón de 2010, apoyada allí por PP y PSOE), la cual establece que, a falta de pacto, el juez "como regla general, atribuirá a ambos progenitores, de manera compartida, el régimen de convivencia con los hijos e hijas menores de edad" (disponiendo el carácter supletorio del Código Civil). Ello puede suponer una importante novedad con respecto a la actual situación en que todavía (a pesar de ciertos avances) en más del 90% de los casos las custodias se siguen otorgando en exclusiva a mujeres, convirtiendo a los padres en meros visitadores de sus propios hijos. Y no porque la nueva ley obligue a los jueces a establecer siempre la custodia compartida (lógicamente, se seguirá estudiando en cada caso la medida más adecuada), sino porque se eliminan algunos requisitos sine qua non –introducidos por el Gobierno mediante la Ley del Divorcio de 2005– para que el juzgador pudiera acordar dicha medida, y que atentan contra el constitucional principio de independencia judicial.
Estos paulatinos cambios legales no serían motivo de noticia (dado el muy mayoritario consenso social que provocan) si no fuera porque también existen influyentes grupos de presión que tratan de obstaculizarlos. Buena prueba de ello es el caso de Valencia, donde hasta el último instante han tratado de impedir que el proyecto de ley pudiera siquiera votarse. Sólo el denodado empeño de activistas –hombres y mujeres– por la custodia compartida ha conseguido que finalmente se incluyera la votación en un último pleno de la legislatura. Pero lo más curioso es comprobar la aparente heterogeneidad de los grupos de presión contrarios en toda España a la custodia compartida. Y es que, a simple vista, parecen hallarse en las antípodas ideológicas unos de otros.
Porque, por un lado, tenemos la siempre omnipresente influencia de unos lobbies que se dicen progresistas e igualitaristas, pero que a veces parecen estar más próximos a las tesis de la desequilibrada Valerie Solanas (les sugiero que hojeen su curioso Manifiesto SCUM –acrónimo de Society for Cutting up Men, algo así como "Sociedad para el descuartizamiento de los hombres"– y verán que "amable"), que al admirable ejemplo de feministas como Clara Campoamor y muchas otras. Lobbies, aquellos, que poco tienen que ver con el feminismo realmente igualitario del que forman parte mujeres justas y seguras de sí mismas que defienden el derecho de los hijos a convivir con ambos progenitores, y rechazan la utilización de esos menores como arma arrojadiza o instrumento de extorsión.
Pero por otra parte, todo indica que ha entrado en escena un sector ultraconservador que, al estar en contra del divorcio por motivos religiosos, rechaza por sistema cualquier mejora legislativa en ese ámbito. Otra vez, "la velocidad con el tocino". Porque a esos señores que arrugan su nariz ante ciertas desgracias ajenas, les preguntaría si creen que sólo se divorcia el que lo desea, ¿o es que no saben que para que un padre se vea divorciado, aunque no quiera, basta con que su cónyuge así lo decida unilateralmente? Y aunque la separación fuera de mutuo acuerdo (por ejemplo, para no prolongar una situación insostenible que sólo causa desdicha a los hijos) ¿consideran que los divorciados son por ello menos cristianos? ¿O creen de verdad que es "mejor cristiano" el casado que guarda las apariencias (pero lleva una discreta doble vida), que quien por respeto a sí mismo y a sus hijos decide poner fin a lo que sólo es una farsa hipócrita? Porque hay padres divorciados que siguen con más fidelidad las enseñanzas de Jesús –y demuestran más caridad y también más amor a su prójimo (empezando por sus hijos)– que otros que guardan las apariencias y convencionalismos, y sin embargo de verdaderos cristianos demuestran tener muy poco. Además, ¿quién puede lanzar la primera piedra? Pues verán, quizá yo sea un ingenuo, pero no conozco a nadie que al contraer matrimonio no lo hiciera para toda la vida. Aunque por muchos motivos (a veces no elegidos) los divorcios, lamentablemente, se continuarán produciendo.
Por todo ello, corresponde al Estado adoptar las medidas legales necesarias para que los hijos no sean apartados de sus padres a causa de dichas rupturas. En defensa de ese derecho fundamental de los menores, y también del derecho de los padres a seguir participando en los cuidados y educación de sus hijos.
http://www.diariodemallorca.es/opinion/2011/05/08/custodia-compartida-preferente-valencia/667845.html
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