Publicado el: 6 de mayo de 2011
Este segundo observatorio estuvo centrado en percepciones, valores y prácticas realizadas por los profesionales de la salud.
Con el objetivo de “lograr que la ciudadanía entienda que tiene derechos”, MYSU presentó su trabajo.
Fueron consultados los profesionales que se desmpeñan en algunos centros de salud de Montevideo. Médicos, asistentes sociales, psicólogos, nurses y parteras fueron interrogados a través de un cuestionario en su totalidad. Con los auxiliares de enfermería se hizo una muestra representativa debido a la gran cantidad que se desempeña en este ámbito. En total fueron 462 profesionales de la salud los que participaron.
Violencia
Este trabajo indica que todos los profesionales condenan la violencia física contra las mujeres por parte de sus parejas. El 97% rechazó la situación “hombre le pegue a una mujer”. Pero el 79% sancionó “violencia física hacia los niños por parte de los padres".
En las conclusiones del manual publicado aparecen estas preguntas. ¿A qué se debe que la violencia contra los niños genere menor rechazo que la violencia contra las mujeres? ¿Qué motivos producen una mayor tolerancia con este tipo de violencia?
Anticonceptivos
Sobre los métodos anticonceptivos, los profesionales opinan que la elección debe ser de las mujeres. También creen que la pareja debería involucrarse activamente en esta definición.
Los consultados coinciden en que las mujeres no exigen el uso de preservativos a sus parejas. Siete de cada diez profesionales considera que los adolescentes utilizan más el preservativo que la población adulta. Los también tienen mayor consciencia frente a los riesgos de infecciones de transmisión sexual, según el estudio.
Sentimientos en la práctica diaria
El observatorio indica que dentro de las emociones predominantes que expresa sentir el personal de la salud ante situaciones complejas en el día a día de su profesión, predomina la compasión. Lo sigue la lástima, la impotencia, el enojo y la preocupación.
La frustación, satisfacción, angustia, empatía, alivio o indiferencia fueron sentimientos poco mencionados por los consultados.
Aborto
El personal de la salud acepta en su mayoría el aborto voluntario, particularmente cuando la madre no desea ese embarazo o es producto de una violación o una malformación congénita.
El 87% de las parteras dice estar de acuerdo con la interrupción del embarazo cuando la mujer manifiesta que no quiere ser madre. El 92% de los psicólogos y el 69% de los ginecólogos opinó de igual forma.
El 68% de los ginecólogos consultados, justifica el aborto en situaciones de extrema pobreza y el 86% lo cree correcto ante situaciones de malformaciones congénitas.
Los profesionales que no se identifican con ninguna creencia religiosa, aceptan en su mayoría el aborto independientemente de la causa.
Por otro lado, en el personal que se define como religioso, esa tendencia es menor. Seis de cada diez consultados tiene una opinión positiva frente al aborto cuando la mujer no quiere ser madre.
Uno de cada cinco encuestados dijo desconocer si el ingreso del misoprostol en el mercado informal ayudó a que las mujeres aborten más.
Un 74% de los consultados opinó que si una mujer embarazada ya se hizo un aborto en situaciones anteriores, no debería continuar con su embarazo si no lo desea.
Contradictoriamente, la mayoría de los interrogados expresó que a sus colegas les genera incomodidad la atención a mujeres en situación de embarazo no deseado o de aborto. “Atender a una mujer en situación de embarazo no deseado y aborto, genera incomodidad a los profesionales”, el resultado fue que el 32% está de acuerdo con esa premisa.
Sobre el misoprostol, medicamento utilizado con fines abortivos, llamativamente fue la pregunta que más consultados no respondieron.
Apáticos vs empáticos
Los auxiliares de enfermería y nurses tienden a ser las portavoces de posturas más sancionadoras frente a prácticas sociales no tradicionales. Los psicólogos, parteras y ginecólogos adoptan posciciones más empáticas hacia las decisiones sexuales y reproductivas de sus pacientes.
Cuatro de cada diez entrevistados expresó que cumplirían con sus tareas independientemente de las convicciones morales o religiosas. Ante esta pregunta, el 21% de las nurses expresaron renunciar a su cargo ante tal situación.
Según Lilián Abracinskas, una de las directoras de MYSU, la idea es poner en evidencia que efectivamente los profesionales de la salud forman parte de la sociedad. Esto demanda una concepción subjetiva de ellos. “Muchas veces se entiende al personal de la salud en un concepto de objetividad que puede estar ocultando una intervención moral y esto se convierte en un obstáculo cuando se trata de implementar una norma que determina que la práctica debe ser otra”, señaló Abracinskas.
Alejandra López, directora también de MYSU, compartió con Abracinskas la idea y añadió que “los profesionales de la salud son personas que forman parte de la sociedad, esto parece una obviedad, sin embargo, las propias estructuras jerárquicas sociales hacen que muchas veces queden investidos en un posición que parece despersonalizarlos”, sostuvo.
http://www.180.com.uy/articulo/18734_Salud-mayor-tolerancia-a-maltrato-infantil-que-a-violencia-hacia-la-mujer
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