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lunes, 16 de mayo de 2011

"Es muy difícil detener la bola del odio y del rencor una vez que comienza a rodar"

Agipase denuncia que el Gobierno Vasco no apoya suficientemente los programas preventivos
Jorge Napal -
Viernes, 13 de Mayo de 2011
Donostia. La asociación guipuzcoana de Padres y Madres separadas, Agipase, denuncia que "no hay programas de prevención" que palien las dramáticas consecuencias de una separación, o eviten la creciente contenciosidad que preside los procesos de ruptura matrimonial. Ante este creciente fenómeno, Agipase critica que el Gobierno Vasco "no está apoyando suficientemente" a estas familias, que se encuentran con una ausencia de referencias, por lo que llegan a la asociación "un tanto perdidas, sin saber los pasos que hay que dar".
Las profesionales apuestan por la prevención porque saben que "una vez que comienza a rodar la bola del odio y el rencor, es muy complicado detenerla". La psicóloga Julia Rodríguez apuesta por la defensa del rol que debe desempeñar la familia después de la separación. "Vamos a intentar separar la figura de pareja de la de padre y madre. Se eligieron el uno al otro, y ahora tienen que ser consecuentes y responsables con esa decisión. Vamos a dar el paso, pero respetando siempre a nuestros hijos", concreta.
La trabajadora social Joana Gumbao es algo así como la puerta de entrada, la primera profesional que recibe a estas personas que acaban de romper su relación, que viven en permanente desconcierto y no conocen los pasos que hay que dar. A todas ellas Gumbao les brinda una asistencia primaria, antes de derivarles a otros recursos legales, o de índole más emocional. Sólo el año pasado, esta mujer atendió a más de 600 personas en Gipuzkoa, una cifra que ofrece la verdadera dimensión del fenómeno. "Es una auténtica pasada", reconoce la profesional.
La prevención se antoja imprescindible pero, a falta de otros recursos, Agipase desarrolla el programa de educación a la coparentalidad. "Nos reunimos con el padre y la madre, y tratamos de concienciarles de que, más allá de su separación, sigan ejerciendo de padres, por lo que tienen que aprender a respetarse y hablar entre ellos, por muy enfadados que estén", detallan desde le asociación.
Lo ideal es que los cónyuges sigan el convenio regulador a través de la mediación. Es decir, que se sienten en torno a la misma mesa los dos implicados, un abogado y un psicólogo mediador, de modo que entre todos se alcancen unas condiciones lo más satisfactorias posibles para todos.
Sobre todo para los niños. "Es importante compartir tanto lo económico como lo emocional. Hay que saber repartir equitativamente los tiempos en los que los hijos van a estar con cada uno de los padres, de modo que ninguna de las partes acabe convirtiéndose en padre o madre visitador. Eso es algo muy triste. Hay que evitar que un padre o una madre se limite a visitar a sus hijos dos fines de semana al mes, cuando han compartido tantos baños, tantos cuentos y desayunos", alerta la psicóloga Julia Rodríguez.
Desde Agipase hacen un llamamiento a la "concienciación" ante este problema. "Hay que resolverlo como adultos. Lo que hemos hecho entre dos, vamos a repartirlo entre dos", expresa Rodríguez de modo gráfico.
Agipase aboga por el espaldarazo definitivo a la Ley Custodia Compartida y de Corresponsabilidad Parental, con el fin de igualar los derechos. "Es preciso que cuando surge la separación y el divorcio siga existiendo también una igualdad, una opción para que ambos puedan seguir adelante y se repartan los gananciales".
A decir de las profesionales, los críos que se ven envueltos en el contencioso se sienten atrapados entre los intereses de unos y otros. "Los niños lo dicen claramente: quiero mucho a mi padre y a mi madre, pero no me dejan quererlos a la vez. Por eso acaban en Psiquiatría infantil", afirma la psicóloga.
http://www.noticiasdegipuzkoa.com/2011/05/13/sociedad/euskadi/es-muy-dificil-detener-la-bola-del-odio-y-del-rencor-una-vez-que-comienza-a-rodar

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