11/5/2011 Carlos Aurelio Caldito Aunión
La doctrina política denominada “perspectiva de género” es una forma de “neomarxismo”, una revisión-transformación del mismo, una perversión (aunque hay quienes dicen que el marxismo es una doctrina bastante perversa) y como su “padre biológico” es una ideología totalitaria que tiene como objetivo la consecución de un nuevo tipo de dictadura. La perspectiva de género se atribuye a sí misma la capacidad de ser auto explicativa y omnicomprensiva –si se me permiten ambas expresiones- de la sociedad y la historia, sostiene que la mujer está presa en un sistema patriarcal opresivo, y deriva en la práctica política, como veremos más adelante, hacia un movimiento antihombre.
Digo que es una versión degradada del marxismo, porque a diferencia de su “padre espiritual” no busca razones científicas en las que basarse… Esta es su gran paradoja, esto es lo realmente sorprendente. En momentos como el que vivimos en el que la ciencia tiene cada día una mayor presencia e influencia en la sociedad, la ideología de género está construida, no ya al margen de la ciencia, sino que procura evitar toda verificación empírica de sus postulados.
La ideología de género es en cierto sentido un fenómeno post moderno (como la “new age”-Nueva Era- y las pseudo ciencias) porque su éxito está ligado a la confusión y el enredo. Un alto porcentaje de las personas que se manifiestan partidarias de la doctrina o perspectiva de género, desconocen realmente cual es su significado. La ideología de género no es una variante del feminismo, si entendemos éste como la pretensión de equiparar los derechos de las mujeres con los de los hombres; por el contrario, es un proyecto radicalmente distinto que, para empezar, niega una premisa esencial del feminismo: ser mujer en plenitud y asumir sus riquezas, potencialidades y limitaciones; porque en la perspectiva de género el ser-hombre y el ser-mujer no existen, la doctrina de género considera que se tratan solo de construcciones culturales que tienen escasa capacidad determinativa y no tienen por qué manifestarse necesariamente externamente.
La recién aprobada ley española sobre identidad sexual, también en este caso única en el mundo, constituye una excelente manifestación de esta concepción que relega el factor biológico al baúl de los recuerdos. La perspectiva de género es la coartada ideológica, más que de un determinado feminismo, de un proyecto político de sociedad homosexual (con un claro componente antivarón y antimujer, misoandria y misoginia…) el totalitarismo de género pretende modificar las instituciones de forma radical y orientarlas a la difusión-generalización de la homosexualidad. Estas formas dictatoriales se manifiestan en una organización social con cada vez menor calidad democrática, como es el caso de España, donde cada día que pasa es mayor la restricción de los derechos, las libertades y la manipulación de las funciones públicas.
La ideología de género manifiesta que hay que centrar la acción de “deconstruir” sobre el matrimonio, la familia, la escuela y la Iglesia, porque ellas son la razón objetiva de la existencia de la desigualdad y de las clases sociales, y no la forma de producción o los diversos regímenes de propiedad como tradicionalmente mantenía el marxismo. La premisa de la que parte la doctrina de género, es muy simple: el sexo implica desigualdad. El poder masculino no existiría, los hombres no disfrutarían de privilegios si no hubiera “hombres”. Y las mujeres no estrían sojuzgadas, oprimidas si no existiera la “mujer”. Acabar con el sexo/género es acabar con el patriarcado y por lo tanto con la injusticia.
El meollo de la cuestión (y esto es lo serio, lo que se procura camuflar…) no es la mayor o menor aceptación social de “otras formas de relación sexual o de relaciones afectivas”, sino la consideración de la heterosexualidad como algo negativo y sinónima de dominación machista-patriarcalista. La heterosexualidad es percibida desde la perspectiva de género, como una consecuencia de la condición masculina y como tal, opresora. El último objetivo de la dictadura de género es la eliminación de la familia biológica como condición imprescindible, como paso previo para suprimir la represión social. No hay ninguna duda de que la familia, que denominan “tradicional” (en el sentido de “biológica” y “patriarcal”) es vista como algo tremendamente perjudicial, fuente de represión y causa y lugar de entrenamiento de la violencia, especialmente contra “la mujer”. La agenda del feminismo de género no solamente pretende modificar el matrimonio, convirtiéndolo en una experiencia más, sino también la paternidad, la maternidad y el parentesco. Por un lado, para liquidar el sentido y la necesidad del dualismo sexual, y por otro para relativizar el parentesco biológico y fomentar el denominado parentesco cultural. Es evidente que una ideología que promueve la idea disparatada de que “no existen ni un hombre natural ni una mujer natural, que no hay conjunción de características o de una conducta exclusiva de un solo sexo, ni siquiera en la vida psíquica”; abre la puerta a cuestionar el que exista una forma natural de sexualidad humana.
De este modo, los y las apologistas de la doctrina de género llegan a afirmar cosas tales como que, “la inexistencia de una esencia femenina o masculina nos permite rehusar la supuesta superioridad de uno u otro sexo…”, “La responsable de los problemas es la familia porque es el ámbito donde se aprende a confundir las diferencias entre hombres y mujeres con las desigualdades entre inferiores y superiores.” “La violencia contra las mujeres es un aspecto estructural del sistema social”. “La superioridad atribuida a los hombres se sustenta en el reparto desigual de actividades productivas y reproductivas entre hombres y mujeres. La división sexual del trabajo incluida la reproducción biológica privilegia a los hombres a la vez que se inculca en todos los ámbitos adecuados para reproducir la división mencionada”. “La violencia no se debe sólo a las características singulares y/o patológicas de una serie de individuos, sino que es una forma cultural de definir las identidades entre hombres y mujeres”.
Como afirma el biólogo Garrett Hardin, “suponer que la conducta humana no está influida por la herencia, es lo mismo que decir, que el hombre no es parte de la naturaleza.
El filósofo Michael Levin describe la teoría feminista como una forma de “Creacionismo”, una negativa a aplicar la teoría de la evolución a los humanos (Resulta como poco “chocante” que haya “ecologotas” que se manifiesten de acuerdo con la ideología de género…).
Otro aspecto importante de la perspectiva de género; es la consideración de que la realización personal sólo es posible por la vía de la satisfacción del deseo individual. El deseo visto como la manifestación de la autenticidad humana y, por lo tanto, como algo que debe ser respetado estrictamente, porque de lo contrario se limita la libertad, más exactamente la autonomía personal.
Y todo esto es así porque la post izquierda española, tras la caída del muro de Berlín, al quedarse sin discurso y sin proyecto ha encontrado en la ideología de género, del homosexualismo político y sus reivindicaciones, el sucedáneo de la clase obrera a la vez oprimida y portadora del cambio histórico. Los cambios legales emprendidos por el gobierno socialista en los últimos años, afectan al significado y a la práctica del qué es ser hombre y mujer, y por lo tanto, del ser persona, de lo que significa ser padre y ser madre y sus deberes y obligaciones y funciones sociales. Implica la destrucción del sentido del matrimonio y, como consecuencia, de su papel fundante de la sociedad y, por extensión, de la familia, que también queda como una realidad “abierta” a cualquier interpretación y nueva propuesta. “Familia” es ya cualquier agregación de personas. La situación española actual se caracteriza precisamente porque une una voluntad decidida de dinamitar las instituciones sociales, dotándolas de un nuevo significado, con la carencia de un proyecto de sociedad basado en esta nueva orientación. Se altera, se destruye, se producen unos discursos llenos de tópicos, pero no hay ninguna formulación de cuál es el modelo de llegada.
Y ya para terminar, un pequeño diccionario de algunas palabras clave:
- Perversidad polimorfa, sexualmente polimorfo. Según la perspectiva de género, no existen diferencias sexuales: el ser humano nace sexualmente indefinido, asexuado. Por tanto, según estas lumbreras, los hombres y las mujeres no sienten atracción por las personas del otro sexo por naturaleza, sino por imposición social.
- Preferencia u opción sexual (¡OJO! NO HABLAN DE “OPCIÓN” DE FORMA CASUAL) En vez de dos sexos, para las/los feministas de género existen cinco: Heterosexual, homosexual, lesbiana, bisexual y transexual. A todos deben reconocérseles los mismos derechos legales y sociales. Afirman igualmente que si la sociedad no hubiera reprimido las diversas orientaciones sexuales, éstas podrían haber estado igualmente ligadas a la reproducción Así, conjeturan que la naturaleza podría tener recursos para asegurar la procreación con personas de un mismo sexo. “La forma en la que se propaga la especie es determinada socialmente. (…) En sociedades más imaginativas, la reproducción biológica podría asegurarse mediante otras técnicas” (Heidi Harmannm “The unhappy marriage of marxisim and feminism”) ¡Increíble, pero cierto!
- Heterosexualidad obligatoria: Según las mismas mentes privilegiadas que parieron la llamada perspectiva o ideología de género, se define como “heterosexualidad obligatoria” la obligación de creer que el mundo está dividido en dos sexos. Esta imposición (según ellas y algunos “feministos”) genera “roles” construidos para el hombre y la mujer, en torno a tres categorías: A) Masculinidad y feminidad.B) Relaciones familiares, debidos a la “atribución artificial” de papeles como “madre”, “padre”, “marido “ y “mujer”. C) Ocupaciones o profesiones: la sociedad los asigna a uno u otro sexo. Estas categorías crean los estereotipos sociales de hombre y mujer, causando la represión femenina. “La teoría feminista ya no puede darse el lujo simplemente de proclamar una tolerancia del lesbianismo como un “estilo alternativo de vida” (…) Se ha retrasado demasiado una crítica de la orientación heterosexual obligatoria de la mujer”. (Adrienne Rich, “Compulsory Heterosexuality and Lesbian existence”) ¡Mandan ovarios!
- Homofobia: temor a las relaciones sexuales con personas del mismo sexo, causada por la heterosexualidad obligatoria.
- Hegemonía: Ideas aceptadas universalmente como tales, pero que en realidad son construcciones sociales. Tal es el caso de la tradicional diferenciación sexual. “A cada niño se le asigna una u otra categoría con relación a la forma y tamaño de sus órganos genitales. Una vez hecha esta asignación, nos convertimos en lo que la cultura piensa que uno es…”. (Lucy Gilbert y Paula Webster, “The Dangers of Feminity”) (¡Mandan ovarios!)
- Patriarcado, patriarcal: Institucionalización del control masculino sobre la mujer. El feminismo de género reinterpreta la historia bajo una perspectiva neo-marxista, en la que la mujer se identifica con la clase oprimida y el hombre con la opresora. El matrimonio monógamo es la síntesis y expresión del dominio del patriarcado. Toda diferencia es entendida como sinónimo de desigualdad, y por tanto es preciso acabar con ella. El antagonismo se supera con la “lucha de clases-lucha de sexos”. “La familia nos da las primeras lecciones de ideología de clase dominante y también otorga legitimidad a otras instituciones de la sociedad civil” (Christine Riddiouhg, “Socialism, Feminism and Gay / lesbian liberation”) “El primer antagonismo de clases de la historia coincide con el desarrollo del antagonismo entre el hombre y la mujer unidos en matrimonio monógamo, y la primera opresión de una clase por otra, con la del sexo femenino por el masculino” (Frederick Engels, The origin of the Family, Property and the State”) Confunden (premeditadamente) así diferencia con desigualdad, pues hombre y mujer son diversos (y por tanto complementarios), pero pares e idénticos en dignidad.
- Deconstrucción: Así denominan a la tarea de denunciar las ideas y el lenguaje hegemónico , según su entender. El feminismo de género sueña con una revolución que abarque todo (sí, sí, totalitaria), que logre una sociedad radicalmente diferente a la actual. El feminismo de género es una ideología pujante, ya presente en materiales educativos (Educación para la Ciudadanía) de colegios y prestigiosas universidades. En nuestro país está situándose poco a poco en el centro de la cultura, y se propaga a través de la televisión y los medios de comunicación. Su presencia en documentos internacionales permite prever futuras y progresivas conquistas. A través de sutilezas legales y educativas, la perspectiva de género se quiere ir adueñando (ya hay quienes pensamos que lo ha conseguido) de la sociedad hasta transformarla radicalmente, si alguien no se decide a cambiar el rumbo.
http://www.alertadigital.com/2011/05/11/una-feminista-usa-las-estadisticas-igual-que-un-pez-una-bicicleta/
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