En un primer momento se pensó que se trataba de un nuevo caso de violencia de género
13.07.11 -JUAN ESTEBAN POVEDA | JAÉN
Ángela Andrea Jiménez Hortelano, empleada de un supermercado de 22 años, murió ayer en su casa, el 4ºB de la calle Sagrada Familia de Jaén. La mataron de cinco puñaladas en la espalda y una en la pierna. Un portavoz de la policía confirmó horas después del hallazgo que todo apunta a que la mató un hombre, que a su vez falleció al caer desde la ventana cuando intentaba huir de los agentes. El hombre ha sido identificado como Raúl G.R., de 34 años, con antecedentes por robo con violencia, según fuentes policiales. Llevaba ropa ensangrentada y el arma homicida en una bolsa.
En un primer momento se pensó que se trataba de un nuevo caso de violencia de género. Sin embargo posteriormente se confirmó que entre los dos fallecidos no había relación. Ángela había convivido antes con un joven en el piso. Desde hacía días los vecinos habían dejado de ver a este hombre, de unos 24 años. La policía habló ayer con él y descartó la hipótesis de un crimen sexista.
Sufrió mucho
Los agentes acudieron a la calle Sagrada Familia a las seis de la madrugada tras la llamada de los vecinos. Los agentes forzaron el acceso a la vivienda y se encontraron en una habitación a la joven ya sin vida. Los testigos consultados hablan de «mucha sangre» en la escena del crimen. Además de las cinco puñaladas de la espalda, el cuchillo homicida pudo tocar la femoral en la pierna. Fuentes policiales han dicho que «debió sufrir muchísimo», puesto que la forma en que se produjo su muerte fue «cruel y brutal».
Raúl G. R. intentó salir por la ventana desde un cuarto piso. Se colgó de la ventana, en un intento de trepar hasta el piso inferior y así escapar. No lo consiguió. El impacto de su cuerpo contra el suelo fue tremendo.
Ángela Andrea llevaba viviendo en Sagrada Familia aproximadamente dos meses. Cuando se mudó llegó con un joven. «Los dos muy correctos, bien parecidos», dicen los vecinos, quienes a veces los habían oído discutir. Ángela les dijo que había estado con el chico un año y que se habían dado un tiempo para pensarlo. María vive pared con pared con Ángela. Así que se extrañó cuando de madrugada escuchó un golpe muy fuerte. «Debía estar sola en casa, así que me extrañé».
La policía intenta aclarar ahora el móvil. ¿Por qué entró Raúl G.R. a la casa de la joven? No tiene mucho sentido que la eligiese para robar: Una casa de alquiler recién habitada por una mujer joven que gana un sueldo escaso. Es la pregunta que ayer aún flotaba en el aire.
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