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viernes, 1 de julio de 2011

Eternamente enfrentados

La Asociación de Padres Separados critica que las sentencias de los jueces «casi siempre» dan la custodia de los hijos a las madres y las asociaciones de mujeres separadas se quejan del impago de las pensiones alimenticias
28 de Junio, 2011
Hay honrosas excepciones, pero en la mayoría de los casos las rupturas matrimoniales suponen un punto y seguido a una relación que acaba siendo irreconciliable. Una ‘guerra’ abierta en la que a veces hay hijos de por medio. Las asociaciones de padres separados siempre se han quejado de que los jueces suelen miran para el mismo lado a la hora de conceder la custodia de los hijos y las asociaciones de mujeres critican que hay muchos padres que no pagan las pensiones alimenticias de sus vástagos.
Hay pocas personas en España que sepan más de la Ley del Divorcio aprobada en 1981 que Ana María Pérez del Campo, presidenta de la Federación de Mujeres Separadas y Divorciadas de España. No en vano, ella fue la que se ‘peleó’ con el por entonces ministro de Justicia, Francisco Fernández Ordoñez (UCD), para conseguir que este proyecto saliera adelante, a pesar de la oposición de un amplio sector de la sociedad, sobre todo masculino. Muchos veían en esta nueva norma el fin de la institución del matrimonio. «Nosotras no queríamos acabar con el matrimonio, sino con la violencia, los malos tratos, las vejaciones y la desigualdad», comenta Pérez, para quien esta Ley fue «la más progresista de Europa». Cabe recordar que antes de su aprobación los hombres tenían la patria potestad sobre los hijos en exclusividad y también eran en exclusividad los administradores de la sociedad de gananciales.
No fue fácil sacar adelante la reforma, sobre todo por el impacto social que supuso. Pérez recuerda cómo en una ocasión, cuando estaba tratando el tema en una conferencia en una universidad de Madrid, un grupo de personas pertenecientes a los Guerrilleros de Cristo «entraron al grito de ‘viva Cristo Rey’, lanzaron cócteles molotov e hirieron a cinco personas».
Sin embargo, no todo el mundo está contento con esta Ley. El presidente de la Asociación de Padres de Familia Separados de Valladolid, José Luis Alonso, lamenta que desde 1981 «poco o nada se ha avanzado». «Todavía seguimos con las visitas». Para él, en los procesos de ruptura deberían establecer como base la custodia compartida de los hijos y cree que los padres deberían recibir más información sobre los niños cuando no viven con ellos.

Régimen de visitas

Uno de los motivos de enfrentamiento entre las mujeres y hombres separados suele ser el régimen de visitas de los hijos. El representante de los padres separados asegura que todos las semanas recibe a asociados cuya principal preocupación es la atención de sus hijos, la salud, los cuidados que reciben y su educación. «Reclaman tener más tiempo para estar con ellos y ejercer más de padre», dice Alonso. Y es una petición que se hace, por un lado, a los jueces, para que sean más sensibles con los padres a la hora de otorgar la custodia, y a sus exparejas, «para que cumplan con el régimen de visitas» que dictan las sentencias. «Hay que pelear mucho para conseguir más tiempo», lamenta.
Radicalmente contraria es la opinión de la presidenta de la Federación de Asociaciones de Mujeres Separadas y Divorciadas. Según ella, el hecho de que en la mayoría de las ocasiones los jueces otorguen la custodia a la madres es por su mayor interés en vivir con los hijos. «Las mujeres piden la custodia en el cien por cien de los casos de separaciones y divorcios y los hombres no lo hacen en un 80 por ciento de las ocasiones», asegura. Pérez asevera que la custodia «no es un premio que se otorga al progenitor, sino un conjunto de obligaciones que hipotecan el tiempo». Además, hace una férrea defensa de la Ley del Divorcio y recuerda «que no habla de hombres y mujeres, sino de progenitores». «La ley vino a equilibrar la igualdad concibiendo, como no podía ser de otra manera, que los hombres y las mujeres son iguales, no es una ley que incline la balanza a un lado u otro». Antes de que existiera, las mujeres no tenían «arte ni parte» en la patria potestad de los hijos.

Pensión alimenticia

Otro de los aspectos más espinosos en este tipo de procesos es el de la cuantía de la pensión alimenticia que debe pagar la persona que no se queda con la custodia del hijo. Soplan vientos de crisis, un argumento que utilizan muchos padres separados para explicar que les es imposible afrontar el pago determinado por el juez. Alonso asegura que algunos, después de la separación, se quedan sin un sitio en el que vivir, por lo que no tienen más opción que volver a la casa de sus padres. «Hay gente que viene a la asociación que se ha quedado en el paro, y no tiene ni un duro». A eso hay que añadir la necesidad de contratar a un abogado y pagar una pensión «que en muchas ocasiones es elevada».
¿A cuánto ha de ascender una pensión alimenticia para que pueda considerarse alta? Ana María Pérez del Campo lo tiene muy claro. Según su experiencia, las que llegan a 300 euros son las más cuantiosas. «Las que se otorgan en la actualidad son pensiones de superviviencia que ni siquiera cubren el 50 por ciento de los gastos del niño, estamos hablando de 150 o 200 euros», se lamenta. «Lo cierto es que el 80 por ciento de los padres separados con profesiones liberales incumple con este deber aunque así esté recogido en las sentencias o medidas provisionales». Además, y según los datos que maneja la Federación, el 67 por ciento de los asalariados tiene embargada su nómina por el impago de estas pensiones.
«La crisis económica afecta a hombres y mujeres, a casados, separados y divorciados y la pensión debería ser algo primordial para madres y padres, hasta el punto de que deberían dejar de comer ellos antes que sus hijos», concluye.

Custodia compartida

Durante los últimos años ha surgido un debate que también enfrenta a hombres y mujeres separadas. Se trata de la custodia compartida de los hijos. Hay dos vías para llegar a esta solución. Una es por consenso previo por parte de los progenitores y la otra es mediante una resolución judicial (hace falta que esté de acuerdo el Ministerio Fiscal después de que el equipo psicosocial del juzgado en cuestión considere que es la mejor solución). La custodia compartida suele repartir en un 50 por ciento el tiempo de cuidado de los hijos, aunque es flexible en función de la disponibilidad horaria. Para Alonso este sistema debería ser el establecido de base en las separaciones y divorcios. «Echamos en falta que la Administración tenga voluntad para aplicar una mediación real, aunque es cierto que ya se empiezan a dictar, a cuentagotas, custodias compartidas». Según él, muchas mujeres no quieren llegar a este acuerdo porque saben que en el juzgado «tienen las de ganar».
Por su parte, la representante de las mujeres separadas cree que este sistema «es un engaño a la opinión de la sociedad porque cuando alguien se divorcia o se separa nunca se va a producir una custodia compartida, sino repartida». «Hemos comprobado que compartir la custodia es, para muchos padres, una forma de control que quieren ejercer sobre sus exmujeres».
http://www.eldiadevalladolid.com/noticia.cfm/Local/20110628/eternamente/enfrentados/9223385E-F52E-DAD7-4F9AB5D5F4865246

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