¿Igualdad de género? No, gracias. No me hace falta. No soy igual que un hombre, soy muy diferente. Mujer trabajadora. Con un sueldo mayor que muchos de mis coetáneos masculinos. Tengo una vida autónoma y única. La vida de una mujer no salió del barro, ni de la costilla de un hombre como dice la Biblia. No fue creada para ser un medio para un fin, para parir hijos varones como inculcaba la cultura china. Yo no quiero leer un artículo sobre cómo la incorporación de la mujer es necesaria en el mercado laboral (EL PAÍS, 5 de agosto). Ya lo sé.
Quiero leer una noticia que diga que el Ministerio de Trabajo ha creado una herramienta que evalúe cómo es de "paritaria" e "igualitaria" cada una de las empresas españolas. Una sencilla tabla de cálculo que mida salarios en relación con funciones desempeñadas y porcentajes. Que mida el género de sus trabajadores en relación a la situación económica. Una serie de sencillas cuentas matemáticas.
Y, después, utilice estos datos para algo. Así, igual que cuando nos saltamos un semáforo o nos pasamos de velocidad, al que no respete los derechos de sus trabajadoras se le deberá poner una buena multa. Yo no quiero igualdad. Quiero justicia. Y herramientas para implementarla.
No hay comentarios:
Publicar un comentario