01.12.10 - CÉSAR BLANCO, SEGOVIA
Dos policías tratan de frenar el cambio de itinerario de los manifestantes, que decidieron dirigirse hacia la Delegación Territorial
«¡Ay, ay, que me lo han matao, que me han matao el campus!», lloraba una de las plañideras oculta tras su velo. Una riada de personas, algunas disfrazadas y maquilladas con lágrimas negras, acompañaron en el sentimiento a la comunidad universitaria, viuda de infraestructuras justo cuando cumple 12 años. «Es el hijo que tiene a sus padres divorciados. El padre vive en Valladolid, y es la Junta; y la madre es la ciudad de Segovia», manifestó ayer Jaime Quintana, representante estudiantil. Las prometidas nuevas instalaciones que han de unificar, dignificar y modernizar la sede segoviana de la UVA ante el nuevo reto del Espacio Europeo de Enseñanzas Superiores (EEES) no están en servicio porque el nuevo campus aún está sin construir. Son 4.044 días de espera, como rezará hoy el calendario colgado en el tablón de anuncios del Palacio de Mansilla, sede del colegio universitario.
Quintana apunta que el progresivo engorde de la bolsa de alumnos y el incremento de las actividades académicas y extracurriculares han dejado «obsoleto» este espacio de la calle Trinidad, mientras las carencias de habitabilidad se multiplican en las aulas abiertas en los bajos del centro comercial de Mahonías a modo de parche.
Este alumno de quinto curso de Publicidad y Relaciones Públicas comenta que «hemos perdido la ilusión» con la que arrancaron sus estudios en Segovia. Entonces ya planeaba la promesa de edificar el futuro complejo académico. Terminará su carrera sin verlo. En Mahonías -sede que los jóvenes y algún que otro profesor tildan de «refugio nuclear»-, docentes y alumnos han de sufrir cada día «la falta de luz solar porque estamos metidos en unos sótanos que a menudo presentan humedades o goteras, además las sillas son incómodas, no hay laboratorios y el ambiente es insoportable».
«La esperanza es lo último que se pierde», decía ayer el vicerrector de campus de la UVA, José Vicente Álvarez. Lo hacía minutos antes de que arrancara el sátiro cortejo fúnebre que encabezaba el ataúd en el que yacía la segunda fase de la nueva construcción. «Seguiremos luchando para que quien tenga que tomar las decisiones adopte las iniciativas necesarias para que el nuevo campus esté lo antes posible», exhortó el responsable. Mientras tanto una avanzadilla desplegaba la pancarta que presidió la protesta con el lema 'Tu campus, tu derecho'.
La ausencia de una partida específica en los presupuestos autonómicos de 2011 para la segunda y última fase del futuro edificio que se levanta en la plaza del Alto de los Leones ha sido el último mazazo propinado al paciente colectivo de la universidad pública segoviana.
Herrera en la diana
La Junta de Castilla y León, y sobre todo su presidente, fueron las principales dianas de los dardos lanzados en forma de críticas por los cerca de 300 participantes que ayer se unieron a la marcha convocada por las asociaciones estudiantiles Vendimia y Futuros Licenciados de Publicidad (FLIP). Con las arengas de «¡Herrera, canalla, Segovia no se calla!», «¡Herrera, en Segovia te esperan!» o «¡Dónde están, no se ven los millones del PP!», los integrantes de la marcha modificaron por sorpresa el recorrido para plantarse ante la Delegación Territorial.
El repentino cambio de itinerario originó un conato de enfrentamiento entre quienes encabezaban la protesta y la Policía Nacional que vigilaba el lúdico desarrollo de la concentración. Por fortuna, el incidente no pasó de un leve forcejeo y el séquito luctuoso se salió con la suya. Fue en la sede del Gobierno autonómico de la plaza Reina Doña Juana cuando el ruido de los silbatos, de las papeleras y las cacerolas arreció elevando aún más el nivel de decibelios de las soflamas vociferadas a grito limpio durante la manifestación. Resonaron lemas como «¡Esta ciudad no tiene facultad!», «¡Dónde está nuestro campus!» o «¡Nos han estafado, ellos se han lucrado!». Los estudiantes y profesores se sienten «engañados».
El cortejo terminó ante el esqueleto del futuro edificio y la mirada atónita de los obreros que trabajan en él. El cierre lo puso la lectura de un manifiesto leído a tres voces. Dos alumnas de Publicidad, una de primero y otra de último curso, y un profesor asociado fueron los encargados de rubricar las quejas y demandas de la familia universitaria de la UVA. Reiteraron la exigencia a la Junta para que no deje agonizar el proyecto por culpa de la ausencia de inversión. «El argumento de la crisis no es admisible», exclamó el docente ante los vítores de las decenas de concentrados la reivindicación con una sentada, cánticos y entonando el cumpleaños feliz al campus público en su duodécimo aniversario de vida.
Un calendario de actuación
«Ocupar la primera fase (aulario y biblioteca) sin concluir la segunda solo servirá para acentuar el problema de dispersión que ahora padecemos», señala el documento remitido por los tres centros de la sede segoviana de la UVA -las escuelas de Magisterio y de Informática y la Facultad de Ciencias Sociales, Jurídicas y de la Comunicación-. Sus responsables, incluido el vicerrector, también saltaron cuando el respetable empezó a corear «que bote, que bote, de la Junta el que no bote».
Álvarez reconoció que «no hay compromiso por escrito de la Junta sobre cuándo van a acabar las obras», pese a que la primera fase va muy avanzada y es previsible que esté finalizada en mayo, manteniendo los primeros tiempos fijados. No desea ponerse en lo peor, pero lo que sí existe es la «incertidumbre» sobre el parón que puede sufrir la edificación.
El traslado al nuevo complejo académico podría llevarse a cabo, pero siempre que «no se dilate» el final de la dispersión que padecen los centros del campus, repartidos entre Mansilla, la Casa de la Tierra, la Escuela de Magisterio, Informática en Santa Eulalia, y las aulas de Mahonías. De ahí, que otra de las reclamaciones esgrimidas en la protesta fuera la publicación de un calendario que fije las fechas de la construcción de la segunda fase.
Presencia del alcalde
La protesta contó con la presencia «a título particular» del alcalde de la ciudad, Pedro Arahuetes, quien estuvo acompañado por el concejal de Deportes, Javier Arranz, y las ediles de Cultura y de Medio Ambiente, Clara Luquero y Paloma Maroto, respectivamente. El regidor se mostró receptivo a las demandas. La reivindicación del futuro campus es «fundamental para el desarrollo de la ciudad, no solo por el ámbito educativo, sino también en el económico». Recordó que en Segovia estudian unos 5.000 jóvenes y las instalaciones que posee la UVA se hallan en una situación «muy precaria».
http://www.nortecastilla.es/v/20101201/segovia/luto-campus-construir-20101201.html
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