Esta semana no se aprobó la Ley Sinde, pero el gobierno sí que ha avanzado en su afán de convertirnos en una de las sociedades más controladas de Occidente: anteayer se aprobó una reforma de la Ley Electoral que impondrá la neutralidad a las TV privadas en campaña electoral. La neutralidad informativa es algo exigible a una TV pública, no a una privada. Un medio privado ha de ser libre de opinar y tomar partido. En eso consiste la libertad: si no te gusta un canal, cambias a otro canal. Con esta nueva reforma se trasladan a las TV los recortes de libertades que el Estado ha ido imponiendo a la escuela concertada. El fin en ambos casos es el mismo: someter a la sociedad a los caprichos del poder político. Por desgracia, no es el único zarpazo a la iniciativa privada que se lanza esta semana en España.
Ahora tus jefes y compañeros serán tus policías
Y es que esta semana entra en vigor el nuevo Código Penal, con el que las asociaciones y empresas serán responsables de los delitos cometidos por sus miembros o empleados “en el ejercicio de actividades sociales y por cuenta y en provecho de las mismas”, incluso cuando la justicia no haya podido individualizar el delito en una persona física, lo que ya es el colmo. El nuevo código penal, publicado en el BOE del 23 de junio, establece que esa responsabilidad penal de asociaciones y empresas por los delitos cometidos por sus miembros se justifica “por no haberse ejercido sobre ellos el debido control”.
El resultado es que asociaciones y empresas tendrán que hacer de policías de sus miembros y empleados, muy al gusto de lo que ocurre en ciertos regímenes totalitarios, donde la mitad de la población espía a la otra mitad. Si una asociación o empresa no vigila a sus miembros o incluso si ese control falla y un empleado comete un delito, la sociedad en cuestión podrá ser disuelta o incluso sancionada con multas de 5.000 euros diarios, lo que implicaría la ruina para la mayoría de las entidades afectadas. Por si las empresas españolas no lo tuviesen ya bastante crudo para subsistir, ahora se les añade un peso más por culpa de las manías autoritarias del gobierno. Eso sí: los políticos se han guardado las espaldas y se han privilegiados a sí mismos al diseñar esta reforma. Así, esa responsabilidad penal será aplicable a empresas, asociaciones civiles, ONGs, confesiones religiosas… pero no se aplicará al sector público, a partidos políticos ni a sindicatos, que quedan -más que nunca- por encima de la ley.
Sometidos por una casta de privilegiados
Parafraseando lo que escribió George Orwell en “Rebelión en la Granja”, todos somos iguales, pero hay algunos que son más iguales que los demás. Aquí la casta política nos acribilla a imposiciones mientras desobedece sentencias judiciales que amparan los derechos de los ciudadanos. Aquí la casta política nos baja las pensiones mientras blinda sus pensiones de lujo. Ante este panorama tan indignante, echo de menos no disponer del “rokosz”, el derecho de rebelión que tenían los súbditos de la República de las Dos Naciones. Y es que ahora mismo en España dan ganas de ejercer la prerrogativa que establecían los Artículos de Enrique en una fecha tan remota como 1573, y que el propio monarca tenía que jurar en estos términos:
“Si algo (qué Dios lo prohiba) es hecho por Nos contra los derechos, libertades, artículos o costumbres, entonces los ciudadanos de ambas naciones serían liberados de su obediencia y su fe hacia Nos.”
Y es que, amigos míos, y yendo a la raíz de este estado de cosas, ¿a cuento de qué tenemos que obedecer a políticos que no obedecen las sentencias judiciales? ¿A cuento de qué tenemos que mostrar respeto por una casta de privilegiados que no respeta nuestras libertades más elementales? Cada vez se muestra más claro el camino marcado por Gandhi, H.D. Thoreau, Martin Luther King y otros pensadores: a las leyes injustas y a los abusos de poder hay que oponerles la desobediencia civil.
http://www.outono.net/elentir/2010/12/23/ya-somos-una-sociedad-mas-controlada/
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