La forma en la que los matrimonios encaran los conflictos, y la manera en que cada uno de los cónyuges reacciona, vaticinan las probabilidades de un divorcio, según un estudio publicado por la revista Journal of Marriage and Family .
Las tasas de divorcio en Estados Unidos van desde aproximadamente el 50 por ciento de las parejas en su primer matrimonio, a alrededor del 62 por ciento de las parejas en su segundo matrimonio, y más del 70 por ciento de las parejas en un tercer matrimonio.
«Es de conocimiento público que las parejas recién casadas que se gritan o se lanzan epítetos tienen más probabilidades de terminar divorciadas», indica el artículo, que se fundamenta en un estudio de la Universidad de Michigan.
Un modelo particularmente tóxico es el de los cónyuges que afrontan de manera constructiva el conflicto, con una discusión de la situación en la que uno de los afectados se esfuerza por comprender los sentimientos del otro, lo que hace que su pareja se retraiga.
«Este comportamiento parece tener un efecto dañino sobre la duración del matrimonio», afirma la investigadora de la UM, Kira Birditt, que es la autora principal del estudio sobre los comportamientos en el conflicto matrimonial y las repercusiones en el divorcio. Según Birditt el cónyuge que maneja los conflictos de manera constructiva percibe que el hábito de su pareja de retraerse «es una falta de inversión en la relación más que un intento de calmar la situación».
Sí funciona, en cambio, el modelo de parejas en las cuales ambos cónyuges emplearon estrategias constructivas, ya que tuvieron tasas más bajas de divorcio, añadió Birditt.
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