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sábado, 12 de febrero de 2011

El Gobierno vasco pide cárcel para una madre que dio una paliza a una profesora

El ataque se produjo en un colegio bilbaíno en 2009 y las lesiones provocaron que la docente estuviera de baja durante 77 días
12.02.11 - LUIS LÓPEZ, BILBAO
Dos madres aguardan a sus hijos a la entrada
del colegio público de Txurdinaga.
Los servicios jurídicos del Gobierno vasco y la Fiscalía buscan una sentencia ejemplarizante. Contundente. Quieren mandar a la cárcel a una madre que durante un recreo propinó, presuntamente, una salvaje paliza a la profesora que estaba a cargo de los pequeños en el colegio donde estudiaba su hija. Piden dos años y seis meses de prisión por un delito de lesiones, otros 18 meses por atentado contra la autoridad y una multa de 150 euros por una falta de amenazas. Además, la representación de la profesora reclama una indemnización de 6.500 euros en concepto de responsabilidad civil. Es la condena más alta que se ha pedido nunca en Euskadi por un caso de esta naturaleza.
En realidad, aún no está definida la pena exacta que reclamarán la acusación y la Fiscalía, ya que concurre un concurso ideal de delitos en el que no se sumarían los dos años y seis meses de prisión por el delito de lesiones y los 18 meses por atentado contra la autoridad. En cualquier caso, será bastante superior a los dos años, lo que implicaría el efectivo ingreso en prisión de la mujer si, finalmente, el juez atiende sus demandas.
La historia se remonta a la mañana del 4 de febrero de 2009 y ocurrió en el colegio público de Txurdinaga, en Bilbao. Varias decenas de alumnos de Infantil, de entre tres y seis años, disfrutaban del recreo cuando la ahora imputada llegó al centro. Según la versión de la parte acusadora, la mujer quería darle un huevo de chocolate a su hija, que también estaba en el patio. La profesora que estaba a cargo de los pequeños le informó de que no podía hacerlo porque ni estaba permitida la entrada de los padres en esos momentos ni tampoco la entrega de alimentos a los niños por el riesgo de que los compartiesen con otros compañeros que podrían estar afectados por alergias.

Patadas y puñetazos

No le gustaron estas restricciones a la madre y, siempre según la versión de la acusación, empujó a la profesora, la tiró al suelo y la emprendió a patadas, puñetazos y tirones de pelo. El feroz vapuleo se produjo a la vista de todos los niños. En un momento dado, la atacada logró zafarse y escapar corriendo, pero fue perseguida por la encolerizada mujer. Por suerte, encontró la ayuda de otra docente y una madre que habían presenciado la paliza, quienes la ayudaron a entrar en las dependencias escolares y luego cerraron la puerta. Al otro lado quedó la agresora, que todavía tuvo fuerzas para dedicarle gruesos insultos y, dice la acusación, para amenazarla de muerte a gritos.
Como consecuencia de esa zurra la profesora sufrió importantes lesiones. Además de hematomas en espalda y muslos, los golpes le produjeron hinchazón en las manos y muñecas, que había utilizado para protegerse de las patadas. Pero, sobre todo, quedó afectada por coccigodinia, es decir, un dolor en el coxis que le impedía sentarse, dormir e, incluso, permanecer de pie durante demasiado tiempo.
La docente estuvo 77 días de baja y necesitó de cuarenta sesiones de rehabilitación para volver a recuperar su estado físico. Aparte queda el impacto psicológico que le produjo recibir semejante soba en presencia de los niños. El asunto es tanto más sorprendente si se tiene en cuenta que no existían ni rencillas ni siquiera relación previa entre agredida y agresora, ya que la primera ni daba clase a la hija de la segunda ni conocía a ninguna de las dos. Sólo le había tocado la labor de vigilancia en aquel recreo.
El día siguiente a la agresión el consejo escolar del centro se reunió con carácter especial y decidió amonestar por escrito a la madre, además de prohibirle la entrada al recinto escolar por un mes. Un tiempo durante el cual se estableció vigilancia policial para evitar nuevos incidentes. Tristemente el episodio acabó afectando también a la hija de la agresora, ya que Educación, finalmente, optó por cambiarla de centro.
Como era previsible, la profesora presentó denuncia y las riendas de la contienda judicial fueron tomadas por los servicios jurídicos del Gobierno vasco. Según explicaron a este periódico fuentes cercanas al caso, durante todo este tiempo la agresora ni pidió perdón ni reconoció los hechos, y tanto ella como su marido aseguran no tener nada de lo que arrepentirse. Es más, la mujer alega que fue herida por la profesora. Eso sí, para lograr estas declaraciones ha sido necesaria la participación de la Policía, ya que la ahora imputada ignoró hasta en dos ocasiones los llamamientos a declarar en sede judicial.
Tras todo el proceso de instrucción, el juzgado considera que existen indicios suficientes de delito, por lo que se ha decretado la apertura de juicio oral, que se celebrará en breve.
http://www.elcorreo.com/vizcaya/v/20110212/pvasco-espana/gobierno-vasco-pide-anos-20110212.html

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