"La custodia compartida puede garantizar la relación del hijo con el padre y la madre, pero si los progenitores no establecen unas pautas de educación y unos límites claros, el chaval estará muy descentrado", advierte esta psicóloga del Servicio de mediación familiar del Gobierno vasco
A. Rodríguez - Domingo, 12 de Diciembre de 2010
Soraya Loza trabaja en el Servicio de mediación familiar que se ofrece gratuitamente en Bilbao
Bilbao. Hay tantas formas de organizar la crianza de los hijos como familias, pero empiezan a tener un denominador común. "Los acuerdos a los que llegan los progenitores son cada vez más de colaborar entre ellos y de participar en el día a día en la vida de los críos", afirma la mediadora familiar Soraya Loza.
En 2007 apenas atendieron media docena de casos de guarda y custodia compartida. ¿Han aumentado?
De las 184 parejas que han acudido este año a mediación, veinte han llegado a un acuerdo de guarda y custodia compartida y dos a una guardia y custodia repartida, en la que un hijo vive con un progenitor y otro hijo con el otro.
¿Cuál es el perfil de estas parejas?
Son padres y madres que, cuando han vivido en pareja, han compartido las responsabilidades de los hijos, suelen trabajar los dos, tienen una buena capacidad para comunicarse, una actitud de flexibilidad y de revisión del funcionamiento con los hijos y una confianza mutua.
¿Qué beneficios reporta el modelo de custodia compartida?
De las parejas que han llegado a un acuerdo de guarda y custodia compartida, el 100% manifiesta al de un año una gran satisfacción y la mayoría coinciden en que los hijos están fenomenal, aunque para ellos supone mucho esfuerzo.
A veces son los padres los que entran y salen del hogar familiar. ¿Es este su mayor "sacrificio"?
En ese caso tienen que acordar el funcionamiento de entrada y salida, los gastos, en qué condiciones dejan el domicilio, dónde van a vivir... Algunos acuerdan irse cada uno a una casa alquilada, otros se van con una amiga o familiares e incluso hay quienes alquilan juntos una casa, que pagan al 50%, para vivir cuando salen del domicilio. Esto les supone un gran esfuerzo.
Y dialogar constantemente...
Una organización de ese tipo requiere que haya una fluidez en la comunicación porque los dos están muy presentes en la vida de los niños. Si no hay una buena comunicación, esto es más difícil.
A muchos les preocupa que la custodia compartida suponga cierto desorden en la vida de sus hijos.
Depende de cómo se organice esa guarda y custodia. Se puede hacer de muchas maneras y aquí vemos la creatividad que tienen los padres y las madres. Algunos también son conscientes de que este modelo puede tener una temporalidad, que en otro momento las necesidades de los hijos o de ellos pueden cambiar e igual tienen que revisarlo.
Hay madres que temen no estar con sus hijos el 100% del tiempo.
El miedo a perder a los hijos es compartido, lo tienen los dos, pero cuando viven en pareja tampoco están el 100% del tiempo con ellos. Igual es un miedo un poco irracional, motivado por la situación. También depende de la confianza que tengan el uno en el otro y de aspectos personales. A veces las madres que han sido cuidadoras de los hijos temen que no estén tan bien atendidos como con ellas. Esto con el tiempo se percibe de otro modo porque la madre, además de ser madre, es una mujer que trabaja, que también tiene sus cosas y necesita su espacio.
¿Recomendaría la guarda y custodia compartida en todos los casos?
Lo más importante es que un padre y una madre se sienten a hablar y vean cuál es la mejor manera que tienen ellos de funcionar y de organizarse para continuar avanzando como familia. Depende un poco de cada situación, de las características de los padres, de los hijos, de la familia... Yo creo que no hay un modelo más o menos adecuado.
Y si un juez la ordenara sin estar ambos padres de acuerdo, ¿sería contraproducente?
Igual algún juez ha podido acordar puntualmente una guarda y custodia compartida en un pleito contencioso, pero si no hay una buena comunicación y unos modelos educativos con unas pautas o unos límites compartidos, aunque esto garantice la convivencia del hijo con el padre o con la madre, puede tener consecuencias negativas en el hijo. Si cada uno tiene estilos educativos y pautas diferentes, el chaval va a estar bastante descentrado.
¿Está afectando la crisis de algún modo a las rupturas de pareja?
Si la ruptura de pareja se debe a una crisis económica, además de afectiva, en la actual coyuntura eso se nota mucho más y es más profundo.
http://www.deia.com/2010/12/12/sociedad/estado/el-miedo-a-perder-a-los-hijos-lo-tienen-los-dos
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