Miércoles, 15 de Diciembre, 2010
Claudia Toro.
“Me quitaste a mis hijos, ahora yo te quito la vida”. Ya lo había amenazado de muerte en reiteradas ocasiones, pero nunca la creyeron capaz. Un fatídico día, la contadora Elsa Pilar Hurtado Bravo (54) se apareció frente a la casa del padre de sus hijos con arma en mano y a sangre fría le disparó tres veces hasta que Luis Enrique Cabello Neyra (54) cayó al piso inerte. Solo cuando lo vio tendido, desesperada, se disparó en la cabeza. Trataron de detenerla pero ella solo repetía: “Ya lo maté, ya lo maté”.
No le importó su vida ni dejar a sus dos hijos de 16 y 20 años huérfanos. Enloqueció y arrastró con ella a dos inocentes que recordarán por siempre la forma en que murieron sus padres. Pero ¿qué la llevó a tan desequilibrada decisión?
Según sus familiares, Elsa vivía muy resentida con el padre de sus hijos porque, afirman, le había quitado la custodia de estos y encima “los había puesto en su contra”.
“Era muy celosa y conflictiva”
“Ella tenía muy mala relación con él. No se llevaban bien y hablaban solo lo necesario. Ese hombre le quitó a sus hijos, los indispuso con ella y no dejaba que los viera”, dice una de sus vecinas en Breña. Otra de ellas refiere además que ella tenía muy mal carácter y que era demasiado problemática.
Por ese motivo en su edificio no tenía amigos y afirman que sufría de desequilibrios mentales. Por su parte, la madre de la víctima, Graciela Neyra (82), sostuvo entre lágrimas que su hijo se separó de ella hace 16 años porque era muy celosa.
Ella afirma que aunque vivían en el segundo piso no le gustaba que su hijo se ocupara de ella ni que le diera dinero.
“Se separaron por el carácter de ella, porque mucho maltrataba a sus hijos. Le hacía problemas por celos, no quería que bajara a verme. Creo que lo mató porque el divorcio ya salía en enero”, sostuvo.
Victimados por una mujer
Según el Ministerio Público, de enero a octubre de este año, 13 hombres han muerto a manos de su pareja o ex conviviente. Las edades de las víctimas fluctúan, en su mayoría, entre los 25 y 34 años.
En el 16% de los casos el crimen se comete fuera de casa y un 79% en la calle u otro lugar. Sobre la forma del homicidio, el 59% muere baleado, mientras que el 16% es acuchillado por su agresora. Con respecto a violencia familiar, el Ministerio de la Mujer y Desarrollo Social (Mimdes) ha registrado, en lo que va del año, 1277 denuncias de abusos contra hombres. En su mayoría las víctimas son sujetos de 60 a más años de edad. Del total de ellos, 830 refieren haber sufrido violencia psicológica; física 440, y sexual 7
Desequilibrios llegan al límite
Según la directora de la organización Manuela Ramos, Gina Yáñez, estos delitos tienen mucho que ver con la custodia de los hijos.
“Si se observa, la mayoría de casos de violencia que han terminado en muerte de varones se dan porque les han querido quitar a sus hijos o las han amenazado con ello. Al contrario de como se da en los hombres, que en su mayoría es por celos o porque sus parejas los quieren dejar”, argumenta.
La experta refiere que esta motivación emocional promueve el acto delictivo colocando su desequilibrio al límite. Asimismo agrega que culturalmente las mujeres son muy criticadas cuando, tras la separación, el hombre se queda con la custodia de los hijos.
“Creemos que se nos acaba la vida cuando un hombre nos deja. Tiene que ver con la cultura, está centrada en los éxitos de las mujeres en la familia, en pareja. Porque si te separas eres una fracasada y peor aún si no tienes la custodia de los hijos. Por ello hay una presión social fuerte contra ellas”, afirma.
Claves
Cifra. A diferencia de los hombres, la cifra de mujeres que murieron a manos de sus parejas es mayor. En el año han sido 67 las víctimas, según el Ministerio Público.
Justicia. Los datos revelan que el 60% de mujeres agresoras están detenidas. En el caso de las homicidas, el 80% purga condena en la cárcel.
Huérfanos. En el año, 66 personas menores de 35 años han sido afectadas por el asesinato de sus madres.
“Se ven como simples objetos”
Para explicar esta problemática social, el psicólogo y sociólogo Gabriel Calderón sostuvo que en su opinión los agresores de ambos sexos guardan características similares pues se ven como simples objetos.
“Involucran el sentido de la posesión, optan por agredir o asesinar. En ambos casos la persona o la pareja es asumida como un objeto”, precisa. El experto afirma que los crímenes protagonizados por hombres suelen ser más activos.
“La tendencia en los crímenes protagonizados por hombres es que son más activos, ya que la figura que encarna es un historial de agresión física. En el caso de la mujer, en cambio, es ella la que es objeto de agresión sistemática, que la pone entre la espada y la pared”.
Por ello dice que suelen reaccionar en forma desmedida y violenta.
http://www.larepublica.pe/archive/all/larepublica/20101215/22/node/310542/todos/13
http://larepublica.pe/15-12-2010/el-sexo-debil-tambien-mata
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