Aitor Chaurrondo Zuloaga - Miércoles, 15 de Diciembre de 2010
Soy un padre que el pasado 26 de noviembre acudía a un juicio para lograr lo que con tanto anhelo deseaba, que no es más que la custodia de mi hija de 12 años.
Mi hija, desde hace más o menos tres años, no desea vivir con su madre y me he visto en la obligación de llevar a esta a juicio porque, claro está, no accede a lo que su hija desea, que es poder vivir conmigo.
No hace falta decir que en ningún momento pretendía que mi hija no viera más a su madre, porque mi hija la sigue queriendo igual que siempre, lo que tan solo deseaba es que mi hija sea feliz, cosa que en casa de su madre hasta la fecha no lo ha sido.
Desde estas líneas tan solo quiero darle las gracias a la jueza del juzgado de violencia sobre la mujer número 2, por no haber hecho pasar a mi hija el mal rato de media hora, en el que debería de haber declarado ante su señoría. Este hecho no se produjo porque su señoría no lo consideró ni oportuno ni necesario.
Mi hija tiene ahora solo 12 años y quiero recordarle a su señoría que desde este momento ya solo le quedan seis año hasta que cumpla su mayoría de edad y en ese momento pueda ser feliz al lado de quien desee.
http://www.deia.com/2010/12/15/opinion/cartas-al-director/por-la-custodia-de-mi-hija-de-12-anos
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