L. Cornejo ,Valladolid 18/12/2010
María del Carmen S.C., la mujer que presuntamente sedó y asfixió a sus hijos en su vivienda de Parquesol, era "muy posesiva" con los pequeños. Una circunstancia que observaron los forenses que examinaron a la unidad familiar durante el proceso de divorcio y que llevó al juzgado a acordar que los progenitores se valiesen de un Punto de Encuentro Familiar para entregar a los niños y hacer así un seguimiento periódico.
Fuentes de la familia paterna de los niños explicaron a EL MUNDO que Mari Carmen presentó una demanda de divorcio prácticamente a la vez que su entonces marido, pero que mientras la de éste era muy simple, la de ella era muy complicada.
Así, durante el proceso solicitó medidas cautelares prohibiendo que él viese a los niños y alegó que los maltrataba, pero el juzgado de Familia no encontró ni una sola prueba en contra del padre. Ni había denuncias previas al divorcio, ni lesiones, ni nada que hiciese sospechar.
La familia al completo fue examinada por un equipo psicosocial. Los forenses y psicólogos que examinaron a los niños descartaron que hubiese una situación de maltrato. Al contrario, consideraron que la madre era "muy posesiva", que la relación era enfermiza y que existía "una dependencia absoluta de los menores hacia ella".
Las mismas fuentes aseguraron que Óscar, el padre, jamás pidió la custodia de los menores porque consideraba que la madre estaba capacitada para cuidar de ellos. "Nunca jamás sospechamos que ella pudiese hacerles daño. No tiene antecedentes psiquiátricos. Ella estaba cada vez más deteriorada, pero los niños estaban bien. Su padre pasó dos años haciendo todo lo posible por estar con sus hijos y ella fue un estorbo continuo. No aceptaba la relación de sus hijos con el padre. Todos los planes que él hacía con ellos eran un problema", subrayaron.
Mientras que Óscar cumplía a rajatabla los horarios de visita y el pago de las pensiones, Mari Carmen boicoteaba los encuentros entre el padre y los hijos. Enfermedades inesperadas y accidentes de tráfico fueron los motivos que utilizó para no entregar a sus hijos en el punto de encuentro familiar. En verano, interrumpió las vacaciones con el padre porque la niña tenía que acudir al médico para una revisión después de un accidente. "Un accidente del que su padre ni siquiera tuvo constancia".
La misma razón dio una semana antes del trágico suceso. Los pequeños iban a pasar el fin de semana posterior al puente con su padre. Pero ella dijo que no irían porque debían reposar por un nuevo accidente de tráfico que habían sufrido. El jueves 9 de diciembre, un día antes de la visita que correspondía al padre, Mari Carmen acababa con ellos.
Los incumplimientos constantes del régimen de visitas hicieron que Óscar interpusiera una denuncia el pasado 19 de noviembre, lamentablemente, no había resolución, ni la habrá. En la Audiencia Provincial ha quedado también el recurso de la presunta parricida contra la sentencia de divorcio, ya que no estaba conforme con las medidas económicas que había decretado el juez.
El juzgado de Instrucción número 1 continúa con las investigaciones para esclarecer la muerte de María y de Jairo, de 9 y 11 años. En principio, todo apunta a una venganza y así lo atestiguaría parte de la documentación hallada en la cocina de la vivienda de Mari Carmen y los niños. La mujer dejó varios folios manuscritos y una carta dirigida a su exmarido en la que decía "ahora van a descansar los niños".
Por el momento, el juez ha decretado el secreto parcial de las actuaciones que afecta a la documentación que se recogió en la vivienda. Este viernes tomó declaración a los facultativos que trataban a Mari Carmen por una depresión, a la trabajadora social del punto de encuentro familiar y al padre de los pequeños, que salió muy afectado y fue consolado por sus familiares. Por el momento ha designado a dos abogados, uno de Valladolid y otro de Madrid para personarse en la causa contra su exmujer.
http://www.elmundo.es/elmundo/2010/12/18/castillayleon/1292673811.html
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