El mallorquín ha presentado su autobiografía en la que, entre otras cosas, desvela que estuvo a punto de dejar el tenis por el golf
2011-08-24
El español Rafael Nadal describe en su autobiografía 'Rafa: My story', que ha salido este martes a la venta en Estados Unidos, el dolor que sufrió al conocer la separación de sus padres, a los que califica "el pilar" de su vida. "Mis padres eran el pilar de mi vida y ese pilar se había desmoronado", explica el mallorquín. "La continuidad que tanto había valorado en mi vida se había roto por la mitad, y el orden emocional del que dependía había recibido un golpe terrible", agrega.
Nadal reconoce en el libro que, aunque al principio la separación no afectó a su juego, su actitud cambió. "Estaba deprimido, me faltaba entusiasmo. En la superficie permanecía como un tenista autómata, pero el hombre dentro de él había perdido todo el amor por la vida", manifiesta el manacorense, quien asegura que ese capítulo fue clave en su derrota ante Soderling en Roland Garros y su renuncia a participar en Wimbledon poco después.
A punto de ser golfista
Nadal dice en su autobiografía que sopesó abandonar el tenis y pasarse al golf cuando los médicos le diagnosticaron en 2005 una extraña lesión en un pequeño hueso del pie izquierdo, que amenazaba con poner punto y final a su carrera.
En el libro, el tenista mallorquín, actual número dos del mundo, explica que la lesión congénita en el escafoides del tarso se le descubrió después de una victoria en cinco mangas frente al croata Ivan Ljubicic en la final del Masters 1.000 de Madrid en la Caja Mágica.
Nadal encajó la noticia con "una enorme tristeza". "El diagnóstico fue inicialmente como un tiro en la cabeza", escribió el tenista, que admitió que aquello le dejó "sin apetito por la vida". "El hueso aún me duele. Permanece bajo control, pero nunca podemos bajar la guardia", añade Nadal, de 25 años.
El de Manacor, ganador de diez torneos del Grand Slam, también se refiere en la autobiografía al mayor triunfo deportivo de su carrera: la final de Wimbledon en 2008 contra Roger Federer.
"Me derrumbé en el suelo sobre mi espalda, con los brazos extendidos, los puños cerrados, disfrutando del triunfo. El silencio de la pista central dejó paso al júbilo y yo sucumbí, al fin, a la euforia del público, dejando que me inundara, liberándome de la prisión mental en la que viví desde el comienzo hasta el final del partido; todo el día, la noche anterior, las dos semanas completas", declaró. Fueron las cuatro horas y 48 minutos "más intensas" de su vida, que dieron paso a "una invasión de alegría pura".
Nadal, asimismo, considera que tiene una "capacidad superior" que muchos de sus rivales para aceptar y superar las dificultades, y subraya la importancia que ha tenido en su carrera su tío y entrenador, Toni Nadal. "Estableció muy pronto un punto de referencia en cuanto a la resistencia que me ha servido como ejemplo y como recordatorio de que si quieres algo realmente, no existe sacrificio demasiado grande", afirmó.
Sobre su máximo rival en la actualidad, el serbio Novak Djokovic, que le ha superado en cinco finales consecutivas este año, Nadal asegura que se trata de un "oponente formidable". "Es un tenista impresionante, temperamental pero enormemente talentoso".
http://www.libertaddigital.com/deportes/2011-08-24/nadal-confiesa-que-el-divorcio-de-sus-padres-le-afecto-fisicamente-1276433322/
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