25.08.11 -B. LLEDÓ | VALENCIA
Un pequeño rayo de esperanza se cuela en la vida de Emilia, la abuela de Quart de Poblet que lucha por volver a ver a su nieto. Tras varios varapalos judiciales e informes desfavorables, la Audiencia Provincial de Valencia ha admitido a trámite la apelación de una sentencia que denegaba a la mujer la custodia del pequeño, según confirmaron fuentes del Tribunal Superior de Justicia de la Comunitat (TSJCV), que añadieron que se ha fijado un juicio tras el verano.
Desde que el 1 de marzo del año pasado esta abuela, de 79 años, se vio obligada a entregar a su nieto a los servicios sociales, no ha dejado de luchar para recuperarlo.
En enero, se celebró una vista oral después de que presentara una demanda contra la resolución de la Conselleria de Bienestar Social de 16 de febrero de 2010, en la que se le denegaba la prórroga de acogimiento del niño. El Consell alegaba la «avanzada» edad de Emilia. También aludía a las difíciles relaciones familiares con la madre biológica del pequeño, que ha presentado varias denuncias en contra, ya archivadas por falta de pruebas.
El juez que presidió el juicio de enero volvió a dar la razón a Bienestar Social. Pera la abuela de Quart no se dio por vencida y su abogado presentó un recurso ante la Audiencia, que es el que ahora se ha aceptado y el que vuelve a dar fuerza a la batalla emprendida por la mujer. «Lucharé hasta que me quede el último soplo de vida», asegura.
La valenciana pide el acogimiento, ya que se encuentra en perfecto estado de salud y tiene dos hijos solteros que también la ayudarían en la crianza del pequeño, según explica. «Mi nieto ha estado conmigo prácticamente desde que nació, por los problemas de su madre, y yo lo crié sola hasta que me lo quitaron», argumenta.
Además, hace un año el Consell se comprometió a buscar una nueva figura legal para que, en caso de no recuperar la custodia, Emilia pudiera seguir viendo a su nieto. Pero ese régimen de visitas no se ha concretado. Ahora el juicio le hace soñar con volver a abrazar a su nieto y que acabe, por fin, esta «pesadilla» que ya dura 16 meses.
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