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martes, 17 de enero de 2012

Filicidio: Se ‘apagó’ su sonrisa

Familiares y vecinos del menor asesinado por su madre desconocían que el pequeño fuera maltratado
Expediente. La casa donde se cometió el filicidio sigue siendo investigada por la Policía
Viernes, 13 de Enero, 2012
 A Miguelito le gustaba mucho jugar futbol. Quizá el más grande sueño que jamás podrá cumplir es ese; imposible saberlo. Murió el miércoles 11 de enero en el hospital del niño tras haber sido golpeado por su madre en la cabeza con un palo.
Su cuarto, ese que está subiendo las escaleras de la casa donde vivía en la colonia Lomas de Santa Cruz, está cerrado, pues la Policía aún no investiga. La puerta, más allá de un pasillo oscuro y frío, esta forrada con un tapiz navideño, aunque la escena no es para nada festiva.
Esa habitación, donde se esconde un silencio luctuoso, conecta directamente a la terraza donde yacen sobre el piso varios de sus carritos y una pelota. Al bajar la escalera la bici donde salía a dar vueltas por las tardes.
En medio de este silencio doloso, la familia, su padrastro, Víctor Hugo Mayorga Covarrubias, nos recibe y platica cómo era en vida Miguel Ángel Hernández Martínez.
“Muy alegre, siempre tenía una sonrisa. Nosotros lo queríamos mucho aunque no lo veíamos muy seguido, porque no vivimos aquí”, cuentan Cáterin y Juana Mayorga Covarrubias, hermanas de Hugo.
De hecho, dicen, la relación era tan buena que ya les decía tías. “Nunca nos imaginamos este final. Nos sorprendió mucho”, platica.
Sin embargo, convivía más con sus abuelos putativos, Mariano Mayorga Soto y Juana Covarrubias, quienes además del dolor, cargan con enfermedades propias.
Ellos dicen que Miguelito y su mamá tendrían acaso un año de vivir ahí, y que todo parecía normal. “No pensamos que lo maltratara, no nos dimos cuenta”, suelta entre tosidos la mujer.
Una vecina que tiene más de 20 años viviendo en dicho sector, dice que el niño era muy tímido y no salía a jugar más que con un primito. “Le decía, ‘¿a dónde vas Miguelito?’, y me decía que a la tienda. Siempre era lo mismo”.
http://www.vanguardia.com.mx/filicidioseapagosusonrisa-1192589.html

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