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sábado, 3 de febrero de 2018

Los juzgados echan a perder a los hijos cuando tras la separación convierten al padre en un visitante

Sábado, 3 de Febrero, 2018

Artículo que deja sin tocar un mal que acecha la vida de muchos menores. Si en el pasado un niño de padres separados era una excepción, hoy es casi al revés. Estos niños son víctimas de un mal cuya raíz parte del propio sistema judicial.

Y es que cuando cuando los padres se separan, por mucho que hoy día cueste creer, todavía los jueces, magistrados y magistradas, en su gran mayoría aplican el machismo de apartar al padre de la vida de los menores y dejar la responsabilidad y obligación de su desarrollo, crianza y educación en manos exclusivamente de la madre.

Después, es frecuente encontrar niños que si al principio echan de menos a su padre cada domingo por la tarde de fin de semana alterno en la despedida, con el paso de los años y la llegada de la preadolescencia, comienzan a "saborear" el lado (para ellos) positivo que representa la incapacidad de su progenitor paterno para aplicar límites en su vida. Son menores que crecen en muchos casos en hogares formados por los nuevos novios o maridos de la madre, que son trasladados de pueblo, provincia, e incluso país o continente, porque su madre rehace su vida sentimental con una nueva pareja.

Niños que se aprovechan de unas circunstancias que después en el futuro se le vendrán en su propia contra, pero contras las cuales los principales actores y responsables que intervienen en los divorcios, dan rienda suelta a la madre, para que haga y deshaga con la vida de los menores a su antojo, dependiendo de cómo ella considere que va a encontrar su felicidad personal, y sin valorar ni tener en cuanta las repercusiones sobre los menores.

Más que decir del artículo, que desde su comienzo ya vislumbra una contemplación machista, tachando a la figura paterna de ausente (y no por el hecho de la ruptura), y a la madre de sufridora.

Artículo fuente escrito por: Valeria Sabater
Los hijos no se “pierden” en la calle. De hecho, esa pérdida se inicia en el propio hogar con ese padre ausente, con esa madre siempre ocupada, con un cúmulo de necesidades no atendidas y frustraciones no gestionadas


Fuente:
Los hijos no se “pierden” en la calle, sino dentro de casa
https://lamenteesmaravillosa.com/hijos-no-se-pierden-calle-sino-casa/

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