Se predica con el ejemplo, y la hipocresía es la realidad que presenta el feminismo respecto de las hechos y sus palabras. No tiene sentido, ni uso ni razón, que quienes vemos en los medios pidiendo e intentado aspirar al Gobierno con la palabra "igualdad" por delante de todas sus promesas, se dedique en público a dar la mano a hombre, y besos a mujeres. Si somo iguales en trato, somos iguales. Si alguien, por moda, porque sigue un patrón de otros, o por cualquier motivo desea acudir al Congreso de los Diputados con rastas, con corbata, con tacones, o de cualquier otra forma, es una decisión personal, pero el trato a las personas debe procurarse por igual.
La igualdad entre sexos nunca será posible en todos sus aspectos, cada aprovecha las ventajas que encuentra a su disposición, y es muy complicado pedir a una mujer o a un hombre que no use aquellas que puede sin el menor problema. Pero que el sistema judicial desde su más alto eslabón, y en contra de la Jurisprudencia del Supremo, alquile las obligaciones parentales del padre a la madre, no es ni igualdad, ni beneficio alguno para la mujer que realmente pretende ganar independencia, pues se convierte en una mantenida, pero desde luego para quien no representa la menor ventaja es para esos menores, que son maltratados en primer lugar por quienes supuestamente deberían proteger su mayor interés, o al menos, para eso les pagan.
Fuente:
http://xyzediciones.com/la-lacra-de-las-mujeres-machistas/
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