El padre y la madre se separan, pero lo grave es que los menores son separados o divorciados también de su figura paterna, y en los juzgados, por contra a como debería ser, se fomenta el conflicto con la imposición de la custodia materna, y la pasividad judicial frente a los incumplimientos de ese humillante régimen de visitas, bajo el cual se denomina a la relación de los hijos con su padre.
Si hablamos de violencia, de niños que padecen y son víctimas del maltrato infantil, los mayores índices los encontramos cuando éstos se encuentran bajo la custodia materna. El número de niños maltratados por su madre, supera con creces a aquellos que lo son por el padre, sin embargo es una realidad ocultada.
Estos menores que están creciendo huérfanos de padre vivo, si van a representar una eslabón débil en las futuras sociedades. Serán adultos que han crecido en una infancia envenenada, en donde de forma continuada han recibido constantes críticas a la persona de su padre, y con el cual han mantenido una relación de 4 días al mes, que en una gran parte de casos ha ido empeorando, y por desgracias muchos de estos menores víctimas de la manipulación parental, han perdido por completo el contacto con su figura paterna.
Rosa Montero es la periodista autora del artículo fuente.
Fuente:
http://elpais.com/elpais/2016/01/19/eps/1453203028_539148.html
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