Una sociedad sin mujeres o madres, cita el autor, que sería inhumana. Las mujeres y los hombres aportan valores distintos a la sociedad, y en la ámbito de la familia sucede igual, pero es tan necesario que los menores no pierdan su referente materno como el paterno. Los efectos de la custodia materna ya los vemos, los cita el autor del artículo: altos índices de delincuencia y drogadiccción, fracaso escolar casi asegurado, y muchos niños ingresados en centros de menores.
En comparación, tenemos los efectos de la custodia paterna, en donde sus efectos son por el contrario mucho más positivos (tesis doctoral sobre la custodia paterna de Manuela Avilés Hernández). Pero no entramos en una competición de quién es mejor o no, el menor tiene el derecho de que tanto su padre y su madre cuiden de él, y aunque su madre sea la puta más exitosa del mundo, o su padre el cabrón más grande, para él son sus figuras de referencia.
Sin en ningún momento menospreciar a las etnias gitanas, españolas o no, ahí encontramos un ejemplo de unión en las familias. Vivan como vivan, suceda lo que suceda a sus padres. abogados o chatarreros, para sus hijos son lo primero. En la sociedad supuestamente civilizada, nos encontramos que quienes administran justicia, jueces y magistrados, consideran como normal alejar a los hijos de su figura paterna, y que dicha función puede ejercerse por aquel otro varón con quien la madre decida reanudar una convivencia sentimental, sin importar si ésta nueva relación se rompe y se multiplica en varias ocasiones. Sin ningún respeto hacía la figura paterna alejan al padre de vida de sus hijos.
El artículo fuente es de Anatonio García-Berbel, abogado y doctor en Derecho Canónico, y sacerdote.
Fuente:
Javier Abril
http://xyzediciones.com/ninos-y-divorcio/
No hay comentarios:
Publicar un comentario