La natalidad en España ha caído a niveles estrepitosos, la protección de los seres más indefensos queda en entredicho cuando se considera el descuartizar a una criatura como un derecho.
Si en un aborto el padre no pinta nada, el varón no decide, solo la madre decide si esa criatura podrá ver la luz o no, tras pasar esa criba, el futuro de los menores no carece de mayor protección. Su suerte depende de muchos factores, pues la justicia no arbitra elementos que protejan a los menores frente a los peligros que le acechan. Es más, facilita a la madre adoptar decisiones individuales en la vida de sus hijos, obviando por completo la protección que esa criatura tiene en teoría como derecho por parte de su padre.
Hombres que son víctimas del engaño, de la mentira, hombres que no deciden si su hijo vive o no, y hombres que por casualidad se han enterado que tienen un hijo, que éste ha podido sobrevivir a esa criba del aborto, para el cual el propio Gobierno del Partido Popular ha mantenido las ventajas para que las madres puedan "deshacerse" de sus hijos por antojo o conveniencia, en la mayor parte de casos.
El caso más reciente y que se encuentra pendiente de resolución es el de Lucas, un niño que puede presumir de no solo conocer la verdadera identidad de su verdadero padre biológico, y gracias a éste también de su madre, sino de tener por demostrado que él para su padre es lo más importante en la vida
Lucas, pasó la criba del aborto, pero sin embargo aún la justicia impide a este niño ejercer su derecho a ser cuidado y atendido también por su padre. En este 6 meses de vida, se cría sin el afecto, cariño y protección de su papá.
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