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domingo, 7 de febrero de 2010

"La custodia compartida evita los conflictos"

Padres y madres divorciados denuncian que desde el Gobierno aragonés se potencia la desigualdad.

Domingo, 07 de Febrero de 2010
M. GARÚ
Los padres y madres separados lo tienen claro: no apostar por la custodia compartida genera desigualdad y, por lo tanto, violencia y conflicto. Lo saben bien puesto que cada uno de ellos ha sido y es protagonista de su propia historia de divorcio y tiene todos los elementos para conocer de lo que habla.
La Junta Directiva de la Confederación Estatal de Asociaciones de Madres y Padres separados se dio cita ayer en Zaragoza para analizar la evolución de las separaciones y divorcios en Aragón durante 2009 y valorar la "escasez de medidas" para paliar las consecuencias negativas de los divorcios tomadas por el Gobierno aragonés.
Actualmente están negociando con los grupos parlamentarios de Aragón para "apoyar y mejorar" la propuesta legislativa sobre "igualdad en las relaciones familiares ante la ruptura de la convivencia de los padres" que el PAR presentó en las Cortes el pasado noviembre. Hasta ahora se han mostrado favorables PP y CHA (esta última con matices), y en contra, el PSOE.
"Creemos que los políticos no escuchan la voz de la gente y no tienen contacto con la realidad. Apuestan por una ley de hace 30 años y no se dan cuenta de que la sociedad ha evolucionado, y que no se puede mantener el esquema habitual de madre cuidadora y padre visitante", señaló Justo Sáenz, en la sede de la Asociación Mixta de Separados y divorciados de Aragón, donde se celebró el acto.
Sáenz recordó que las custodias monoparentales conculcan el principio constitucional de igualdad de todos ante la ley y discrimina gravemente a la mujer, tanto laboral, social como económicamente y le impone la carga de educar ella sola a los hijos. Esto es "particularmente grave" en las zonas menos desarrolladas de Aragón, en especial en Huesca y Teruel.
"La vulneración del principio de igualdad impide, además, que los hombres puedan ejercer su derecho a educar y cuidar a sus hijos, y favorece la perpetuación de los roles machistas en la familia", dijo.
En 2007, el 85,4% de las sentencias judiciales dictadas en Aragón adjudicaron la guardia y custodia a la madre, el 4% al padre y solo 158 casos (el 10,6%) fueron custodias compartidas. En 2008 el porcentaje fue del 87,8% a la madre, el 3,9% al padre y el 8,3% (120 casos), compartida. A estas cifras se une el dato de que el número de divorcios ha disminuido fundamentalmente por la crisis pero la contenciosidad ha subido y, con ella, el número de menores que son utilizados y manipulados.
A juicio de la asociación, la custodia compartida es la mejor forma de lograr la igualdad real. Para conseguirlo, proponen varias cuestiones, como potenciar el servicio de mediación familiar para que ayude a las parejas a llegar a acuerdos, como ocurre en Francia, donde es obligatorio pasar por ese servicio al separarse.
En cuanto a la vivienda, un gran punto de conflicto y ahora, de exclusión social, consideran que se debería liquidar, como norma, en el momento del divorcio. Al mismo tiempo, el Gobierno de Aragón debería promover cupos de VPO y viviendas de alquiler social para colectivo de personas divorciadas. También apuestan por que se desarrolle una ley de puntos de encuentro familiar, muy necesarios en casos de conflicto.
http://www.heraldodesoria.es/index.php/mod.noticias/mem.detalle/idnoticia.40079/relcategoria.104

1 comentario:

pedro dijo...

Debemos tener claro que los adultos y sólo ellos, en su gran mayoría son los que, partiendo de un conflicto que no pueden, no saben o no desean resolver y solicitan libremente el divorcio debido al fracaso de su relación. La cuestión de los hijos es otra, no es parte del conflicto inicial que lleva al adulto a tomar la decisión de divorciarse, es un problema que aparece posteriormente a esa decisión.
Y suele ser un problema añadido, porque uno de los progenitores desea que un segundo conflicto se sume, con lo cual, el primer conflicto se torna más complejo y de mayor calado. Y la situación se agrava.

¿Porqué, durante la convivencia de pareja, a los hijos les enseñamos, como solución de conflictos a compartir con otros u otras? ¿Porqué al mismo tiempo les inculcamos, tolerancia, comprensión, respeto, responsabilidad, amistad, justicia…?

¿Qué ocurre con todos estos valores después de que una pareja tome la decisión de divorciarse?

¿Acaso creemos que las necesidades de nuestros hijos son diferentes tras el divorcio? ¿Esto es lo que realmente pensamos?

Creo que cuando un progenitor incluye a los hijos en el conflicto primario, es un acto de irresponsabilidad y de cobardía. A un problema de pareja que no supo o no quiso resolver, añade un segundo conflicto que además de agravar la situación, es cuestión de vital importancia para la estabilidad emocional de los hijos.

¿Cuál de los progenitores suele ser el impulsor del segundo conflicto? ¿Es necesario? ¿Es bueno para los hijos este segundo conflicto?

¿No se estaría potenciando unas diferencias que los hijos nunca provocaron?

¿El segundo conflicto, es incluido como un reto personal que se toma para aliviar el dolor del fracaso personal en la relación de pareja porque se sabe ganador en el juzgado?

¿Quién fracasa cuando una relación de pareja fracasa? ¿Acaso no fracasan los dos por igual?

Y entonces, ¿porqué no continuar cada uno su camino en cuanto a sus vidas personales, pero luchando codo con codo por los hijos comunes? ¿Acaso no tienen esta responsabilidad de por vida?

¿Alguno de los dos desea poseer más reconocimientos que el otro al final de su camino?

¿No sería mejor, un solo reconocimiento?

Bien, pues seguidamente a todo lo anterior, todavía la justicia no quiere reconocer que lo que consiguen con sus decisiones es ampliar y perpetuar el conflicto familiar más allá del lugar que puede servir de punto de inflexión para el inicio de un comportamiento responsable con quien es más importante, el menor. Estos, nunca son un problema en el divorcio de sus progenitores, son la escusa de uno de sus progenitores para aumentar el grado de conflictividad inicial.

A muchísimos jueces no les interesa ver que los adultos solicitantes de divorcio, tienen un problema de adultos y uno de los dos ha incluido a los hijos como segundo conflicto, aunque por regla general, el primer conflicto no se aprecia como tal, porque los adultos tienen perfecto derecho a decidir el momento en que desean terminar con su relación. En cambio, dado que la responsabilidad de los progenitores con sus hijos es adquirida automáticamente y de forma conjunta en el momento de la concepción y además, está última, es un acto voluntario decidido por adultos, dicha responsabilidad existe en el momento del divorcio, por ello el principio que debería regir siempre es que, ambos están obligados EN FORMA IGUALITARIA a cubrir todos deberes y facultades comprendidos en la patria potestad, esto es, velar por ellos, tenerlos en su compañía, alimentarlos, educarlos y procurarles formación integral, SIN EXCEPCIÓN ALGUNA.

Y es que en realidad nuestros hijos nunca desearían un comportamiento propio de alimañas.

“No es amor abrazar más fuerte, eso es comprimir”

Pedro Cruz Montesdeoca – Gran Canaria - 13 de marzo de 2010