Amando Prada Castrillo y su hijo Amando Prada Allo
Lleva más de cincuenta años dedicado al Derecho y treinta de ellos en exclusiva a la especialidad de familia, en la que que ahora lo acompaña su hijo. Amando Prada conoce muy bien los entresijos de una legislación que vio nacer.
-¿Qué supuso, en los años 80, la aprobación de la ley del divorcio? -La gente la estaba esperando. Yo tenía clientes que venían a preguntarme si sabía si se iba a aprobar y cuándo. Había matrimonios que se habían separado y en los que cada cónyuge había rehecho su vida, sin embargo seguían legalmente casados. Por eso cuando se aprobó la ley hubo una avalancha de demandas en los juzgados, parecía que todo el mundo se iba a separar. Obviamente, después ya vimos que no iba a ser así.
-Los datos dicen que desde hace unos años la gente se divorcia menos, ¿es por la crisis?
-No tenemos estadísticas pero yo creo que la crisis influye, la gente se anima menos a pleitear.
-¿Por el coste que supone el pleito o por las consecuencias de disolver la unidad familiar?
-Hoy se va mucho al turno de oficio para costear los pleitos de divorcio, y eso limita el gasto a los cónyuges. Pero también es necesario buscar pisos, pagar hipotecas, se generan nuevos gastos. Hasta hace cinco años socialmente había una estabilidad en todo. Se ha producido un cataclismo y ahora no solo es que no quieran invertir el dinero del pleito, sino que la situación económica establecida dentro del matrimonio se vendría abajo con el divorcio. Hoy en día hay parejas que aunque tengan una vida en común poco apetecible, procuran seguir así hasta que la situación económica mejore, en una convivencia muy poco recomendable.
-También hay cada vez más divorcios con acuerdo...
-Va aumentando el número de separaciones o divorcios de mutuo acuerdo. Cuando entró en vigor la ley, el código exigía demostrar que el demandado era malo. Si no había un culpable, no había separación y eso dificultaba la tramitación, el pleito se enrarecía y se hacía más violencia. Hoy basta con que uno pida la separación. Por eso ahora parece que la gente se ha civilizado más, van al juzgado y lo solicitan sin contar las intimidades de su vida familiar. Eso facilita el trámite, lo hace más sencillo, rápido y más barato.-¿Cómo ve el tema de la custodia compartida?
-Hasta hace un tiempo nadie ponía en duda que las madres estaban más capacitadas para el cuidado de los hijos. Ahora se está empezando a cuestionar eso y a preguntarse porqué el padre no puede hacerlo. Eso va a suponer un cambio fundamental, pero será complicado y lo que siempre se buscará es el bien de los menores.
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