Empresarios y sindicatos defienden la equiparación laboral efectiva de hombres y mujeres como «compromiso ético»
11.08.11
11.08.11
Sánchez, Couto, Moriyón, González y Roces, durante la presentación del estudio sobre igualdad laboral
La Feria Internacional de Muestras de Asturias fue ayer escenario de la presentación del estudio 'Directorio de empresas del territorio comprometidas con la igualdad', promovido por el Ayuntamiento de Gijón y dirigido por la Fundación Universidad de Oviedo.
Ayuntamiento de Gijón, empresarios y sindicatos coincidieron en la conveniencia del trabajo y en la necesidad en avanzar hacia la equiparación laboral efectiva de hombres y mujeres, pero, de momento, el resultado de la investigación ha dejado un gusto agridulce.
Por una parte, la entrega de 44 diplomas a otras tantas empresas por sus buenas prácticas en ese sentido pone de manifiesto que existe un cierto grado de satisfacción y reconocimiento por las conclusiones alcanzadas.
Por otra, la alcaldesa de Gijón no evitó una inequívoca expresión de disgusto por la circunstancia de que «un 62% de las empresas no tienen diagnóstico ni plan de igualdad, y por experiencia propia sé bien que un buen diagnóstico es fundamental para aplicar el tratamiento correcto».
Isabel Taboada, responsable de la Fundación Universidad de Oviedo que explicó ayer el procedimiento y desarrollo del estudio, fue más cauta en la evaluación de los resultados y se limitó a aportar los datos con escasa valoración de los mismos. Destacó, no obstante, que, aunque la normativa vigente sólo obliga a negociar y aplicar planes de igualdad a las empresas con más de 250 trabajadores, «es positivo que algunas no obligadas lo hacen».
Las empresas que operan en Asturias tardan una media de 13 meses en elaborar sus planes de igualdad y lo hacen con protagonismo del departamento de recursos humanos, con amplia participación de la representación sindical en todo el proceso.
Análisis
Tras el análisis de 35 planes ya aprobados, el estudio desvela que las empresas invierten una media de 13.700 euros en elaborar sus proyectos y fijan para los mismos una vigencia media de 35,4 meses. La ausencia de plazo motivó una de las críticas de la ponencia, debido a que, a su juicio, un plan de igualdad debe responder a una situación coyuntural, revisado conforme esa situación cambie, y evaluado periódicamente para comprobar sus resultados.
La diversidad caracteriza los planes analizados por el estudio y, según Taboada, mientras algunos incluyen ya cuotas de contratación femenina (entre 2005 y 2010 el empleo femenino pasó del 34 al 38%), otros tratan el embarazo como un problema de igualdad y no de salud laboral.
Entre los aspectos positivos, el estudio presentado ayer cita que algunas empresas han sustituido el sistema de entrevistas para seleccionar personal por otro «sin cara» que se fundamenta exclusivamente en el curriculum, o la inclusión de medidas en materia retributiva, todavía ausentes en la mayoría de los casos. La violencia de género también tiene reflejo en algunos casos, por ejemplo para complementar el salario hasta el cien por cien en casos de baja laboral ocasionada por ese tipo de violencia.
En cuanto a lo mejorable, Taboada enumeró que muchos planes se quedan en lo más general y concretan poco, la escasez de medidas en materia retributiva, o que planes de empresas del mismo sector son tan similares que parecen copiados, cuando cada plan debe servir de respuesta para situaciones y empresas concretas.
Unanimidad
Las intervenciones de representantes empresariales y sindicales en la presentación del 'Directorio de empresas del territorio comprometidas con la igualdad' desveló que, al menos en este campo, los puntos de vista no son divergentes.Alberto González, secretario general de FADE, consideró «una pena» que en 2011 «nos tengamos que ocupar de limar diferencias en el ámbito laboral», pero consideró que las empresas premiadas ayer son una «punta de lanza» en Asturias.
Juan Sánchez, secretario de CC OO en Gijón, advirtió que el citado sindicato estará en frente de «quienes intenten aprovechar la crisis para agravar la situación de los trabajadores y Héctor Roces, homólogo del anterior en UGT, propugnó la utilización de los convenios para lograr «la aplicación real de la igualdad», que a su juicio implica «un compromiso ético». En el coloquio se planteó la especial situación de las mujeres con discapacidad.
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