- Una niña alemana bajo custodia estatal en Andorra tras ser secuestrada por su madre es trasladada sin permiso por su padre a Berlín
- Juzgados de 3 países han intervenido en el caso
La foto corresponde a la noticia:
- ¿ ES Dª MARÍA JOSÉ CARRASCOSA LA PROPIETARIA DE SU HIJA VICTORIA ?. ¿ PINTAMOS LOS PADRES ALGO EN ESTE PAÍS ?.
Martes, 2 de agosto del 2011
Peter Tinnemann: ese domingo, el 10 de julio, recogió a su hija a las 11 en el centro de menores. Tenía permiso para estar con ella hasta las seis, pero minutos antes llamó por teléfono y dijo que estaba en su país. Con la niña. Había cruzado dos fronteras y media Europa en coche sin hallar obstáculos, y un fotógrafo de Bild lo había esperado en Berlín para grabar el momento triunfal, el padre que después de muchos años volvía con su hija. En Andorra, entretanto, el Gobierno ponía en marcha todos los mecanismos a su alcance para rastrear a la pequeña. «Es un caso grave», dijo el titular de Interior, Marc Vila.
Rosamaria Bruni: entonces estaba en la cárcel. Había ingresado en abril en la prisión andorrana de La Comella acusada de secuestrar a una menor, su propia hija, la que había tenido con Tinnemann. Alemania pedía su extradición. Había desobedecido dos fallos judiciales que otorgaban la custodia al padre -uno de la justicia italiana y otro de la británica- y, perseguida por la policía y por su exmarido, había emprendido con la pequeña una huida por diferentes países. Hungría. Guatemala. Al final se refugió en Andorra, y gracias a un trabajo en el Hospital Nostra Senyora de Meritxell (es médica), se procuró un poco de estabilidad. Un poco. Hasta que su marido la encontró.
Luna Tinnemann: ha sido secuestrada dos veces. Una por su madre, cuando tenía 5 años, y ahora, con 10, por su padre. Es el trofeo de una guerra matrimonial que se ha librado en los juzgados (se han pronunciado los tribunales de tres países), en los medios de comunicación (hay televisiones y periódicos en Alemania, como el Bild, que han hecho campaña a favor del padre) y, cómo no, en internet, donde cada uno, el padre y la madre, tienen su propia web; la de él es minuciosa en la exposición del periplo judicial, e insiste en que la justicia siempre estuvo de su lado, y la de ella se publicita con una frase que la niña soltó al parecer ante un juez guatemalteco: «Quiero vivir con mi madre, soy feliz con ella. ¡Tengo miedo a mi padre!»
El corazón roto
Peter Tinnemann (hablando desde Berlín, unos días después de llevarse a la niña): «Ayer fuimos con los abuelos a comprar ropa y juguetes. Creo que eso, una vida normal, toda la estabilidad posible, es lo que necesita Luna ahora. Era mucho más importante para ella estar con su familia que permanecer en ese centro, por muy bien que lo hicieran allí». Tinnemann llevaba tres meses esperando la resolución judicial que le permitiría recuperar a su hija, y se había resignado a viajar de Berlín a Andorra cada semana para estar con ella. «Me rompía el corazón, verla en ese sitio me rompía el corazón. Esperé pacientemente todos estos meses, pero hay un punto en el que no puedes seguir. Básicamente entendí que trataban de complicarlo todo, de cansarme, que había cada vez más dificultades, tenía la impresión de que no íbamos a ninguna parte y de que esta situación nunca iba a acabar». El padre dice que la decisión la tomó «espontáneamente» ese domingo, mientras estaba con la niña, que inmediatamente llegó a Berlín llamó no solo a las autoridades de Andorra sino a las alemanas, y que una vez los servicios sociales comprobaron que Luna estaba bien se fueron y lo dejaron en paz; si a alguien buscan allí es a Rosamaria.
Apoyo sanitario
Rosamaria Bruni: el Supremo andorrano la dejó en libertad el viernes tras rechazar su extradición a Alemania. La médica italiana fue vitoreada al salir del tribunal por miembros del personal sanitario del Nostra Senyora de Meritxell, que siempre la han apoyado, y una vez incluso se manifestaron pidiendo su libertad. Si hay un lugar donde Rosamaria tiene apoyos, es en Andorra.
Luna Tinnemann: está en Alemania, de vacaciones con su padre, y aunque probablemente no es consciente, espera: la justicia andorrana, a petición del Gobierno, estudia pedir una orden de detención internacional contra Tinnemann; la madre ha interpuesto una querella contra él; ella, en Alemania, siguen siendo reclamada por la justicia; y se ha abierto la vía diplomática. La niña espera. Alguien decidirá por ella.
http://www.elperiodico.com/es/noticias/sociedad/por-amor-luna-1102371
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