Según Elena Roger, del Gabinete SoloHijos
Domingo, 29 de Septiembre, 2013
- La ira de los padres es instintiva y la provoca la propia autolimitación.
- Lo peor es traspasarles "toda nuestra basura emocional" con palabras exageradas y fuera de lugar.
Cuando a los padres les invade la ira y llegan a perder el autocontrol en un momento de enfado con los hijos, pueden convertirse “en una bomba de relojería” para éstos, según Elena Roger, pedagoga del Gabinete SoloHijos (www.solohijos.com).
Así, la ira mal manejada es una de las cosas que más afectan a la relación padres e hijos. Cuando los padres se enfadan, los sentimientos se agolpan en el interior y salen por la boca “verdaderas serpientes que acaban asustando a nuestros hijos, hiriéndoles en el alma y destrozando nuestro prestigio”, afirma la experta.
Según
Roger, uno de los principales peligros de cuando la ira invade el
corazón del padre o de la madre es “traspasarles toda nuestra basura emocional con palabras de recriminación exageradas y fuera de lugar”.
Pero la experta avisa que este hecho es “prácticamente instintivo”.
El cansancio, el estrés, la impotencia, las dificultades económicas o
la propia limitación para manejar el comportamiento de los hijos, “nos
convierten en una bomba de relojería”.
A pesar de que los padres
saben que desahogarse de este modo conduce al abatimiento, al rencor y
al arrepentimiento posterior, suelen caer en ello y en ocasiones hasta
les sorprende "la magnitud de nuestra ira”, afirma Roger.
Consejos para manejar la ira cuando aparece
Elena Roger desgrana una serie de consejos dirigido a los progenitores ante la inminencia de un ataque de ira:
Transforma la ira en necesidades y sentimientos. En lugar de culpar a tus hijos céntrate en ti.
No les hagas responsables
de tu ira. Ellos son responsables de su comportamiento pero no de tus
sentimientos. Puedes corregirlos con cariño y disciplina o puedes perder
los estribos y desencadenar toda tu ira. Eso lo eliges tú, no ellos. Si
les haces responsables de tus sentimientos, les da a entender que ellos
gobiernan tus emociones, depositando sobre sus espaldas una carga que
no es la suya y dándoles un poder que a la larga puede ser
contraproducente para ti.
Hazte una pregunta, solo una, cuando estés a punto de perder el control: ¿Qué va a aprender mi hijo
con mi reacción desmesurada? Lo que aprenda hoy con tu manejo de la ira
es lo que aplicará posteriormente cuando la sienta también, incluso
contra ti. Esto te ayudará a expresar tu ira de una manera menos
reactiva.
Revisa tus expectativas. Hay que
exigir pero de manera proporcional a sus capacidades. Si las sobrepasas
estarás constantemente defraudado e insatisfecho, siendo más fácil
sentir rabia e ira.
Aléjate de tu hijo. Así
de sencillo. Cuando notas que se te acelera el corazón y se te retuerce
el estómago es el momento de no decir ni una palabra más y alejarte de
él: Me voy a mi habitación; cuando me haya tranquilizado un poco
hablaremos de lo que ha ocurrido aquí.
Analiza el motivo
principal de tu ira. ¿Te enfadas porque tu hijo se va al colegio sin
hacer su cama o porque estás desbordado de trabajo, porque no recibes la
ayuda que esperabas de tu pareja, etc? A veces, junto a nuestra ira,
conviven otros sentimientos de soledad, abandono, incapacidad o rencor
que no se arreglan desahogando la ira con tu hijo sino siendo consciente
de ello y trabajando de manera personal.
Y si has explotado, nunca es tarde para pedir perdón.
“Sigo muy enfadado por lo que has hecho pero reconozco que podría
habértelo dicho de otra manera. Lo siento. Intentaré que no se repita”.
http://www.teinteresa.es/familia/ira-padres-bomba-relojeria-hijos_0_998901000.html
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