Publicado el 09-08-2011
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TELEPRENSA.- La Comisión Provincial de Medidas de Protección de la Consejería para la Igualdad y Bienestar Social, ha establecido un régimen de visitas para el padre de la menor de siete meses que sufrió varias fracturas óseas, hematomas y un cuadro clínico febril, presuntamente a manos de su madre, Juana FM, una mujer de 25 años a la que se le imputa un delito de lesiones graves.
Este organismo no ha recibido alegaciones de desamparo de la menor por parte del padre, según han informado fuentes de la Junta de Andalucía, aunque sí habría mostrado su deseo de ver a su hija.
Por su parte, la delegada para la Igualdad y el Bienestar Social, Adela Segura, ha manifestado que ‘es muy arbitrario y atrevido hablar de qué parte de la pareja tiene derecho a acercamiento o no, algo que compete a la resolución, no sólo del Juzgado, sino también de los informes psicológicos y la investigación policial’.
Segura insiste en la necesidad de ser ‘muy escrupulosos’ con la privacidad de las familias, y no ‘estar dando la razón a unos u otros’ pues hasta que no haya una resolución judicial firme ‘sería muy irresponsable opinar’ sobre estas cuestiones.
La niña entró en un centro de menores por orden judicial después de que Agentes del Servicio de Atención a la Familia del Cuerpo Nacional de Policía en Almería (SAF) detuviesen el pasado 21 de julio a Juana FM, quien ha quedado en libertad con cargos, se ha dictado una orden de alejamiento de 300 metros de sus hijos.
Los hechos que motivaron la detención tuvieron lugar el 19 de julio, cuando Juana FM acudió, acompañada por su pareja, al Hospital de Torrecárdenas, ya que su bebé tenía fiebre alta y mucha mucosidad. Al ser atendida por los sanitarios, estos encontraron hematomas en las mamas de la niña.
En una segunda exploración, los médicos detectaron dos costillas rotas y otras tres ya curadas; una nueva radiografía arrojaba una nueva fractura ya curada, en este caso en el cráneo, así como una segunda reciente.
Al ser preguntada por estos daños, Juana FM argumentó que la pequeña jugaba mucho con su hermana de cuatro años, y que unos días antes se le había escurrido en la bañera. Esta respuesta no convenció a los sanitarios, que se pusieron en contacto con la Policía Nacional.
Así, especialistas del SAF se entrevistaron con los facultativos; propiciaron un examen forense, que confirmó la presencia de las heridas detectadas por los médicos de Torrecárdenas, y tomaron declaración en su domicilio a los progenitores de la menor, además de hablar con otros testigos.
Finalmente, la Policía Nacional detuvo a ambos, acusándolos de malos tratos, si bien el Juzgado de Instrucción número seis de Almería únicamente imputó un presunto delito a la mujer.
La Policía entendía, no obstante, que aunque el padre no hubiese participado, estaba obligado a velar por la seguridad de la niña.
Al parecer, aunque un informe del Instituto de Medicina Legal demostraría de forma irrefutable que se ha tratado de un caso de malos tratos.
No obstante, el abogado Juan Marfil, responsable de la defensa de Juana FM, considera que ‘no concurren circunstancias personales que nos hagan pensar que estamos en presencia de una madre que ha maltratado a su hija’.
Marfil asegura que se trata de un ‘tema tremendamente desagradable’ al existir una presunta víctima de ‘escasísima edad’, y espera que los estudios científico-médicos que realizan los médicos forenses y asistenciales puedan arrojar luz sobre el asunto para llegar a unas conclusiones que permitan dilucidar lo ocurrido en este asunto.
A la espera de los resultados de esta ‘exploración importante y amplia’ a la menor, el abogado recuerda que la madre ha negado en todo momento que golpease o hiriese a la niña, versión de los hechos que el letrado respalda, a la vez que anuncia que solicitará declaraciones al padre, la abuela y los familiares más cercanos de la bebé, para establecer la relación de ésta con su madre, algo que Marfil considera que puede ser ‘clarificador’.
Así, la defensa intentará probar en su momento que la niña sufrió las heridas (varias fracturas óseas, hematomas y un cuadro clínico febril) se deben a dos hechos aislados, sin animosidad por parte de su progenitora.
El primero de estos hechos es una caída sufrida por la niña en la bañera cuando era bañada por su madre; el segundo es la presunta agresión de su hermano de cuatro años, observada por la madre después de escuchar el llanto de la bebé, encontrando al niño en la cuna de su hermana, a la que habría pegado como consecuencia de los celos.
En el caso de que se pueda demostrar esta versión, el niño no tendría responsabilidad penal, dada la corta edad del mismo, a pesar de los ‘elementos especiales y deleznables’ que rodean a esta causa en el que según los primeros indicios –dice Marfil ‘no nos encontramos ante el prototipo de una madre maltratadora’.
Al parecer, aunque un informe del Instituto de Medicina Legal demostraría de forma irrefutable que se ha tratado de un caso de malos tratos.
No obstante, el abogado Juan Marfil, responsable de la defensa de Juana FM, considera que ‘no concurren circunstancias personales que nos hagan pensar que estamos en presencia de una madre que ha maltratado a su hija’.
Marfil asegura que se trata de un ‘tema tremendamente desagradable’ al existir una presunta víctima de ‘escasísima edad’, y espera que los estudios científico-médicos que realizan los médicos forenses y asistenciales puedan arrojar luz sobre el asunto para llegar a unas conclusiones que permitan dilucidar lo ocurrido en este asunto.
A la espera de los resultados de esta ‘exploración importante y amplia’ a la menor, el abogado recuerda que la madre ha negado en todo momento que golpease o hiriese a la niña, versión de los hechos que el letrado respalda, a la vez que anuncia que solicitará declaraciones al padre, la abuela y los familiares más cercanos de la bebé, para establecer la relación de ésta con su madre, algo que Marfil considera que puede ser ‘clarificador’.
Así, la defensa intentará probar en su momento que la niña sufrió las heridas (varias fracturas óseas, hematomas y un cuadro clínico febril) se deben a dos hechos aislados, sin animosidad por parte de su progenitora.
El primero de estos hechos es una caída sufrida por la niña en la bañera cuando era bañada por su madre; el segundo es la presunta agresión de su hermano de cuatro años, observada por la madre después de escuchar el llanto de la bebé, encontrando al niño en la cuna de su hermana, a la que habría pegado como consecuencia de los celos.
En el caso de que se pueda demostrar esta versión, el niño no tendría responsabilidad penal, dada la corta edad del mismo, a pesar de los ‘elementos especiales y deleznables’ que rodean a esta causa en el que según los primeros indicios –dice Marfil ‘no nos encontramos ante el prototipo de una madre maltratadora’.
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