Una agresión del acusado a la víctima en El Campello deriva en otros dos procesos por tráfico de drogas contra él y denuncia falsa contra ella
16.08.11
16.08.11
Un convoy del Tram a su paso por la playa de Muchavista, donde se produjo la agresión
Lo que parecía un caso de violencia de género más ha desembocado en una auténtica maraña judicial. Tras las declaraciones del presunto agresor y la víctima en el Juzgado de Violencia sobre la Mujer 2 de Alicante, la Fiscalía ha pedido que se abran dos nuevos procesos: el primero, por tráfico de drogas, contra él; el segundo, por denuncia falsa de una violación, contra ella.
La detención del sospechoso, G.A.G.M. por la Guardia Civil de El Campello y la posterior instrucción judicial han puesto asimismo al descubierto una terrible situación de miseria y marginación, una de tantas que suceden en silencio en cualquier ciudad. La chica, que solo tiene 18 años, ha declarado ante una juez que él la obligaba a ejercer la prostitución para comprar algo de comida y pagar la pobre pensión donde vivía la pareja.
Los hechos se remontan al pasado 23 de julio, cuando los clientes de un bar de la localidad presenciaron la agresión del acusado a su expareja. Hacía apenas dos días que acababan de romper una tormentosa relación que se había prolongado durante nueve meses. Ella se dirigía a casa de su madre, a quien había pedido regresar a su lado, y se encontró con él dentro del Tram.
La chica quiso bajar en la siguiente parada, pero él se lo impidió agarrándola de la cintura. «Te vas a venir conmigo porque sin ti no puedo vivir», le dijo. Al final, ambos se apearon en la de la playa de Muchavista, donde él «la cogió del cuello y le dio una bofetada diciéndole que la iba a matar», afirma la Fiscalía en su escrito de acusación provisional, al que ha tenido acceso este diario.
Según esta versión, la víctima volvió a subir al tranvía en sentido Campello y él la siguió y volvió a agredirle. Al llegar a la localidad se bajaron del tranvía y el acusado siguió insistiendo. Ella se negaba a escucharle y él la agarró de los brazos y la arrastró hacía sí mismo.
La intervención de la Guardia Civil, que había sido avisada ya por los parroquianos del bar y otros testigos, zanjó los supuestos malos tratos con el arresto del presunto maltratador.
La chica fue atendida en un centro sanitario de varios hematomas en los brazos y la zona dorsal. Ya en el juzgado, el 25 de julio, contó que él había descubierto dos meses antes que le había sido infiel con un amigo. Y ése, al parecer, fue el detonante que la abocó a ejercer la prostitución para ganar algún dinero, lo que hizo ella a partir de entonces «en contra de su voluntad», concluye la Fiscalía.
«Yo quería dejarlo porque no me gustaba la vida con él. Tenía que ejercer la prostitución y todos los días me insultaba y me amenazaba (...) Él no se planteaba hacer nada. Vivíamos de lo que yo sacaba, pero era él quien administraba el dinero y si decía que no se comía, pues no se comía», explicó la joven en su declaración ante la titular del Juzgado de Violencia Sobre la Mujer número 2 de Alicante.
También reveló que G.A.G.M. solía consumir cocaína en base y metadona, era una persona violenta y vendía en ocasiones tranquilizantes en el mercado negro. Esta última afirmación, que apoyó con una receta donde aparecían anotaciones de posibles ventas, ha llevado a la fiscal a solicitar que otro juzgado investigue si el acusado podría haber cometido un delito de tráfico de estupefacientes.
El mismo requerimiento hizo pero a la inversa tras escuchar la versión del imputado, para el que la acusación pública solicita inicialmente 18 meses de cárcel, 9 por un delito de malos tratos y otro tanto por un delito de coacciones, así como dos años de alejamiento y prohibición de comunicarse con su exnovia.
La Fiscalía ha pedido que se indague si la víctima denunció falsamente a otro chico para ocultar la infidelidad a su novio. También habría hecho lo propio con un tal Juan, quien según G.A.G.M. habría estado obligando a su ex compañera sentimental a prostituirse.
Esas dos denuncias bajo sospecha se están tramitando en dos procesos diferentes en otro juzgado instructor y su titular, a la vista de las novedades, deberá ahora revisar la veracidad de esos hechos.
Según el presunto maltratador, la pareja había contactado con el tal Juan a través de un chat de Internet. En su declaración, explicó que él se limitaba a esperarla en una plaza a que ella terminase de mantener relaciones sexuales con sus clientes dentro de un piso «para que no le pasara nada».
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