El padre de la familia de Alcalá intentó suicidarse hace seis meses

Miércoles, 18 de Diciembre, 2013
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Concentración de protesta a las puertas del Ayuntamiento de Alcalá de Guadaíra.

El terrible caso de la muerte de tres miembros de una familia de Alcalá de Guadaíra por una intoxicación de origen aún no identificado ha cobrado un impresionante giro al salir a la luz un nuevo dato:el padre, el fontanero en paro Enrique Caño, de 61 años, intentó suicidarse hace seis o siete meses, según pudo confirmar ELMUNDO de fuentes de toda solvencia. El hombre se tragó un bote de pastillas y fue su mujer, Concepción Bautista, la que llamó a los servicios de emergencias sanitarias, quienes lo trasladaron al hospital para hacerle un lavado de estómago y salvarle. No llegó a perder el conocimiento.
La hipótesis del envenenamiento provocado se une así a la de la intoxicación accidental, que es la que el lunes primó la Junta de Andalucía en la rueda de prensa sobre el caso que dio la consejera de Salud y Políticas Sociales, María José Sánchez Rubio. Sobre la posibilidad de que la contaminación con algún agente químico del pescado que cenaron el viernes por la noche los tres fallecidos (el padre, de 61 años, la madre, de 50, y la hija mayor, de 14 años) no fuera accidental sino premeditada, la consejera respondió que era una posibilidad «tortuosa» y dio a entender que no la tenían por el momento en cuenta.
Pero lo cierto es que los investigadores no sólo no descartan la hipótesis del envenenamiento provocado, sino que la tienen como una de las posibles explicaciones, alentada por el antecedente del intento de suicidio del padre. Según esta otra hipótesis, Enrique Caño habría podido intentar matarse a él y a su familia en un arrebato de desesperación, arrojando algún producto tóxico en los alimentos de la cena. No se trataría entonces de un accidente, sino de un homicidio. Las tres víctimas mortales comieron pescado y otros alimentos, no así la hija pequeña, de 13 años, que comió un bocadillo de jamón y fue la única que se salvó. La consejera en su comparecencia del lunes precisó que la niña superviviente sí llegó a probar algo, porque tenía síntomas leves de las mismas náuseas y descomposición que presentaban en grado severo sus padres y su hermana.
La titular del Juzgado de Instrucción 2 de Alcalá de Guadaíra levantó ayer el secreto de sumario que pesaba sobre el caso desde el sábado, cuando murieron los padres y su hija. Lo hizo, informaron fuentes del caso a Efe, a petición de la Fiscalía, que argumentó que se trataba de una medida innecesaria dada la materia que se investiga y el hecho de que no hay ninguna parte personada, aparte de la propia Fiscalía. Esas fuentes dijeron a Efe que las investigaciones no descartan ninguna hipótesis y se extienden a los posibles intentos previos de suicidio de algún miembro de la pareja. Se trata, como supo después este periódico, del intento de suicidio del padre hace medio año.

Muestras a las vísceras

El juzgado se encuentra a la espera de los informes del Instituto Nacional de Toxicología sobre las muestras tomadas a las vísceras de los fallecidos, que determinarán en su caso qué sustancia tóxica ingirieron. Las primeras indagaciones apuntan a una toxiinfección alimentaria ya que la hija de 13 años no presentó ningún síntoma y fue el único miembro que el viernes no cenó lo mismo que el resto de su familia.
¿Con qué pudieron intoxicarse las víctimas? La consejera de Salud informó el lunes de que un equipo de Salud Pública de su Consejería acudió el mismo sábado al piso de la familia, en un bajo de la calle Pesadora de Alcalá de Guadaíra, acompañado de agentes de la Policía Judicial y de la jueza, para tomar todo tipo de muestras de los alimentos, el agua y los productos químicos que había en el hogar.
La consejera precisó que todos los alimentos eran comprados y estaban etiquetados, en buen estado y no caducados. No específicó qué productos químicos había en la casa y que pudieron contaminar la comida por accidente o adrede. Pero el hecho de que Enrique Caño fuera un experto fontanero y de que, a pesar de estar desempleado, siguiera haciendo arreglos de fontanería a vecinos, permite suponer que guardaba en su casa productos muy tóxicos propios de su oficio, como desatascante u otros que pudieron ser el agente contaminante de la comida.
Mientras, la Fiscalía de Protección de Menores ha abierto un informe para decidir la custodia de la niña superviviente, y que está fuera de peligro en el hospital Virgen del Rocío de Sevilla. El padre de familia tenía otros dos hijos, mayores de edad, de un matrimonio anterior que se han declarado dispuestos a asumir la custodia o guardia de hecho de su hermana. En concreto, la niña superviviente podría irse a vivir con su hermana mayor por parte de padre, de 29 años, que vive en Alcalá de Guadaíra a poca distancia del barrio de Rabesa donde residía la infortunada familia.

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http://www.elmundo.es/andalucia/2013/12/17/52b0b6fb268e3e9e058b4598.html