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jueves, 28 de octubre de 2010

El 73% de las mujeres asesinadas en Catalunya eran inmigrantes

Ocho de las once víctimas causadas por la violencia machista este año eran foráneas


Los expertos alertan de que las extranjeras son un colectivo muy vulnerable

Martes, 26 de octubre del 2010 EVA PERUGA
El asesinato, este fin de semana, de una mujer en Vilanova i la Geltrú (Garraf) sitúa en 11 las víctimas mortales de la violencia machista en Catalunya este año, ya una más que las registradas durante todo el 2009. De las 11 asesinadas, ocho eran inmigrantes. «El hecho de la migración es un factor de vulnerabilidad», admite Patricia Jirón, responsable clínica de Exil, asociación de ayuda médica y psicosocial a los inmigrantes.

El cuerpo de una víctima magrebí de la violencia machista es sacado de su casa en Alhama de Granada, este mes. EFE / MIGUEL ÁNGEL MOLINA
A la hora de hacer una radiografía de las víctimas mortales de esta violencia, las inmigrantes comparten con las locales la variedad de tipologías y comportamientos. Solicitar la retirada de la orden de alejamiento no es un hecho extraño. «La violencia es un proceso en el cual hay mujeres que se plantean mantener el vínculo con el agresor, sobre todos si hay niños, por el hecho de sentirse culpables», según Mariel Araya Sosa, miembro de Xarxa de Dones Immigrades a Catalunya y de la asociación Yemanjà. La mayoría de ellas se sitúan en la franja de los 30 años y viven con su maltratador.
La condición de inmigrantes las hace más vulnerables. «El desconocimiento de los recursos, tener poca red social de apoyo y encontrarse inmersas en una cultura de origen donde las desigualdades aún están en la base de las estructuras sociales son factores en su contra», opina Marta Selva, presidenta del Institut Català de les Dones.
LOS HIJOS / La ley de extranjería, además, las sitúa en una mayor indefensión. Hasta su modificación en diciembre del 2009, las mujeres reagrupadas tenían prohibido trabajar, con lo que la dependencia del hombre era absoluta. Se cambió la normativa. Pero aún se pagan las secuelas porque, como insiste Araya, la violencia es un proceso. Y, si una mujer extranjera está inmersa en él, su agresor tiene otra arma en sus manos: los hijos. «La ley de extranjería deja el control de los hijos en manos de las personas que agrupan, en su mayoría hombres», relata esta experta. Los niños pueden convertirse en materia de chantaje. El caso más extremo de vulnerabilidad ante la violencia, añade, lo sufren las mujeres sin papeles. Para solicitar el amparo de la justicia, vía una orden de alejamiento, por ejemplo, deben poner una denuncia por maltrato. En ese momento, se les abre un proceso de expulsión, que queda paralizado hasta el pronunciamiento del juez.
EL AISLAMIENTO / «El aislamiento social es un riesgo altísimo de sufrimiento psicológico y de transtornos mentales. Además, al no tener esa mujer red de apoyo en el país de acogida, el maltratador tiene mayor poder sobre ella, aumenta la dependencia emocional hacia él y la somete», sostiene Jirón.
El aislamiento al que se ve sometida la víctima, que afronta muchas veces un idioma que desconoce, dificulta su acceso a la información sobre sus derechos y a las ayudas que puede recibir. La Generalitat intenta prodigarse en iniciativas para llegar a las víctimas. Con ese objetivo, se imprimieron los trípticos Benvinguts a Catalunya, que explican a las recién llegadas sus derechos. Los folletos están en catalán y otras nueve lenguas. A pesar de estas acciones, Selva alerta: «Queda mucho para que estas mujeres puedan tener una participación social que facilite su emancipación como elemento preventivo ante las violencias».
http://www.elperiodico.com/es/noticias/sociedad/20101026/ocho-las-once-mujeres-asesinadas-catalunya-eran-inmigrantes/557661.shtml

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