«Mientras tenga sangre seguiré luchando para saber qué pasó»

Jueves, 10 de Mayo, 2012
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«Mientras me quede una gota de sangre, seguiré luchando para saber qué pasó», dice Mari Carmen

Ángel Rocamora, mellizo de la niña supuestamente robada

Mari Carmen Lozano le ha abierto la puerta a la verdad. Esta vecina de la pedanía fortunera de La Matanza asistió ayer, muy emocionada, a la exhumación del supuesto cadáver de su hija, el primer desenterramiento que se realiza en la Región en el marco de la investigación por el presunto robo de bebés. Los profesionales del Instituto de Medicina Legal de Murcia (IML) se trasladaron, sobre las once de la mañana, al cementerio de Fortuna, donde abrieron el nicho familiar y hallaron un ataúd con el cuerpo de un bebé. Estos restos serán remitidos al Instituto Nacional de Toxicología y Ciencias Forenses, de Madrid, para que se comparen con el ADN de esta familia de Fortuna y se aclare, por fin, si la hija de Mari Carmen murió en el parto o fue robada.

«Mientras me quede una gota de sangre seguiré luchando para saber qué pasó». Esta fortunera, madre de siete hijos, llegó ayer al cementerio de Fortuna en compañía de su marido y padre de la pequeña supuestamente sustraída, José Rocamora. La mujer apenas podía contener las lágrimas mientras atravesaba el camposanto. Mari Carmen dio a luz el 6 de noviembre de 1982 en la clínica Belén de Murcia. El suyo era un parto de mellizos. El primero en nacer fue un varón, Ángel, que ayer también estuvo presente en el desenterramiento. «Desde pequeño mi madre siempre nos ha estado contando su historia», relataba. «Queremos saber la verdad para poder descansar».

A Mari Carmen el parto se le complicó con su segunda hija. Venía una niña y los médicos decidieron dormirla para hacerle una cesárea. Nunca llegó a ver a su pequeña. «No sé cuántos días estuve dormida, dos o tres, pero cuando desperté me comunicaron que la niña se había muerto». Algunos familiares de esta mujer -sus cuñados- acudieron al entierro de la pequeña, que se produjo mientras Mari Carmen aún se encontraba ingresada en la clínica.

Al no poder asistir al entierro de su hija y contemplar el cuerpo de su pequeña, Mari Carmen ha seguido viviendo estos treinta años con un gran interrogante. La duda anidó en su cabeza y comenzó a indagar en el pasado. Alicia Valera, psicóloga de la asociación de Bebés Robados Región de Murcia, explicaba ayer que la denunciante «tiene recuerdos muy extraños, difusos y la sensación de que algo no fue bien». Ese sentimiento, unido a algunas presuntas incoherencias administrativas con las que tropezó en sus pesquisas, llevaron a esta familia a dar un paso al frente y denunciar. «Yo lo único que quiero es saber toda la verdad».

Un cementerio acordonado

La denuncia de esta familia logró que la Fiscalía ordenara, de oficio, la primera exhumación de la Región en la investigación del caso de un bebé presuntamente robado. La cita fue ayer, a las once de la mañana, frente al nicho que la familia tiene en el cementerio de Fortuna. Hasta allí se trasladó la fiscal encargada del caso, Graciela Marco; el director del IML, Rafael Bañón, y numerosos miembros de la unidad adscrita de Policía Judicial de la Guardia Civil que acordonaron la zona y solo permitieron el paso al matrimonio, dos de sus hijos, una de las familiares que estuvo presente en el entierro y la abogada de la asociación de afectados, Laura Plata.

Tras la apertura del nicho por parte de los trabajadores del camposanto, los forenses extrajeron del ataúd los restos orgánicos de un feto, tal y como ayer confirmó el IML y la propia familia. «Hemos visto una 'cabecica' y unos huesos», explicaba Mari Carmen. «Pero todavía no puedo saber si es mío o no es mío». De resolver esa incógnita se encargará el servicio de Genética del Instituto Nacional de Toxicología y Ciencias Forenses, de Madrid, organismo al que serán remitidas las muestras. Para ello, ayer mismo se tomaron muestras en el camposanto del matrimonio y de Ángel, el hermano mellizo de la niña presuntamente fallecida, para poder comparar sus perfiles. Los resultados, según explicaban desde la asociación, podrían tardar aún varios meses.

Bañón, en declaraciones a Europa Press, explicó ayer que en este caso, como en todos los demás que estudian, se ha realizado «un informe de compatibilidad de los hechos con la denuncia y de la viabilidad de realizar exhumaciones». Antes de realizar el desenterramiento se estudia previamente, que estos restos no estén en un osario, ya que de ser así «no existiría posibilidad de ser identificados». No obstante, el director del IML apuntó que «en algunos de los casos tenemos dudas con respecto a la cadena de custodia, que habrá que valorarla a efectos de que los resultados sean fiables para poder obtener unas conclusiones adecuadas». Una vez determinado que las condiciones son las adecuadas, como en el desenterramiento de ayer, Bañón explicó que «tendrá una probabilidad de error muy baja».

Estos resultados podrían hacerse esperar varios meses en los que Mari Carmen aguardará impaciente. «Por un lado me gustaría que se confirmara, porque así descansaría. Si da que no es, el sufrimiento seguirá, pero mientras me quede una gota de sangre voy a luchar todo lo que pueda».

Inés Madrigal, presidenta de la asociación Bebés Robados Región de Murcia, reconoció ayer la importancia de estas exhumaciones «porque dan tranquilidad a las familias». Unas familias que siguen acudiendo masivamente a la organización en busca de respuestas. «Cuando se presentó la asociación, en febrero, éramos en torno a cuarenta y ahora ya pasamos de los sesenta», explicó. «Es algo imparable porque el pálpito es enorme y los indicios cada vez apuntan más a que, aquí, en la Región hubo compraventa y tráfico ilegal de bebés».

http://www.laverdad.es/murcia/v/20120510/region/mientras-tenga-sangre-seguire-20120510.html