CUSTODIA PATERNA: Francisca Verdejo Torralba: ´Los jueces somos conscientes de que hay que arrimar el hombro´

sábado, 2 de febrero de 2013

Francisca Verdejo Torralba: ´Los jueces somos conscientes de que hay que arrimar el hombro´

Sábado, 2 de Febrero, 2013

"La ley de violencia de género es buena, pero se ha estancado. La gente implicada hace tiempo que ha aprendido a luchar sin medios"
Francisca Verdejo.

Lleva al frente del Juzgado número 2 de violencia contra la mujer de Barcelona desde que la ley contra este tipo de delitos vio la luz, en 2004. Forma parte del comité de sabios que asesora al Poder Judicial en este problema social. La jueza cree que en las grandes ciudades debería haber un juzgado exclusivo de guardia las 24 horas del día para atender estos casos dramáticos de violencia familiar
PABLO GONZÁLEZ -Muchos de sus compañeros huyen de los juzgados de violencia contra la mujer. ¿Es una jurisdicción que quema?
-No diría quemar, pero a veces puedes caer en la desesperanza porque ves que no puedes hacer nada. Es una jurisdicción que no gusta.
-¿Por qué?
-Porque la presión social que hay en este tipo de juzgados es mucho mayor que en cualquier otro, que se añade a la que el juez ya tiene de por sí. A los jueces nos gusta hacer nuestra labor en el anonimato. Y en un juzgado de este tipo es difícil. A veces la presión nos sobrepasa un poco.
-¿Por ejemplo?
-Cuando en una ciudad grande como Barcelona hay un asesinato de una mujer, en seguida miras en el archivo con inquietud para saber si estuvo o no contigo.
-¿Qué balance hace de la ley contra la violencia de género?
-Se puede hacer desde muchos puntos de vista. Si nos ceñimos al número de mujeres muertas, no es bueno. Y si analizamos lo que se ha hecho desde 2004, se ha avanzado mucho. Pero a las leyes no se le pueden pedir milagros. La ley es buena, pero está estancada porque todo el desarrollo legislativo que se recogía en las disposiciones finales no se ha hecho.
-En resumen...
-Cuantitativamente no ha ido bien. Pero desde el punto de vista cualitativo, como la actuación de los poderes públicos o la coordinación de los agentes sociales, el avance ha sido muy positivo. Si seguimos por este camino y redundamos en la prevención, en algún momento diremos que la ley ha funcionado.
-¿En qué está fallando?
-En la prevención. Cuando hay una denuncia de una mujer, aunque se trate de vender otra cosa muy diferente, el juzgado actúa. Lo que no tenía que haberse producido es la denuncia porque el problema debería haberse detectado antes.
-¿Falta que el entorno de la víctima se implique más?
-Lo que se nos olvida es que la violencia de género es un delito público. Y cualquier ciudadano tiene obligación de denunciar porque puede incurrir en responsabilidad penal. Tenemos que tomar conciencia de que es un problema. Cuando todos lo hagamos, podremos erradicar este fenómeno. Las denuncias que realizan los familiares o los vecinos se han incrementado, lo que es muy positivo. Puede ser la prueba de que se está tomando conciencia.
-¿Habría que investigar de oficio?
-La investigación de oficio se hace, pero el problema es que cuando el juez tiene que enfrentarse a los hechos y la única prueba es la declaración de la mujer y esta se calla, no es posible una condena. La posibilidad de condena (de un maltratador) queda en la mayoría de las ocasiones en manos de la mujer, que sea capaz de mantener su versión cuando vaya al juzgado de lo Penal.
-Se habla de denuncias falsas de maltrato para obtener ventajas, por ejemplo, en procesos de divorcio.
-Es un mito. Esta ley ha tenido un efecto como pocas leyes, dividir a España en dos grandes bloques, los que están a favor y en contra. Y ambos bloques utilizan argumentos contradictorios que parten de premisas falsas. Pero tienen un punto en común: reconocen que la violencia existe. El argumento de las sentencias falsas se utiliza diciendo que existe un gran volumen de sentencias absolutorias y que en la fase de instrucción hay un gran número de sobreseimientos provisionales. Las cifras son ciertas, pero no significa que las denuncias presentadas sean falsas.
-¿Cuál es su experiencia en este aspecto?
-En los siete años que llevo en el juzgado he abierto tres procedimientos por denuncias falsas, y tengo una media entre 700 y 600 procedimientos al año. Hubo años que llegué a atender 2.000 casos. En otro tipo delitos, como los robos, hay numerosas denuncias falsas para cobrar el seguro. Y pocas son las causas que se abren por este tipo de hechos.
-¿Los juzgados de violencia de género están mejor dotados de medios que el resto?
-Depende. En este país no es que exista una justicia de dos velocidades, sino de muchas. No se pueden comparar los medios de los juzgados de Madrid o Barcelona con los que cuentan los de localidades cercanas. Hay mucha precariedad de medios, aunque puntualmente en algunos sitios, como es mi caso, estamos bien.
-¿Teme un retroceso por culpa de la crisis?
-No lo creo. La mayoría de la gente que está implicada contra la violencia de género hace tiempo que ha aprendido a luchar sin disponer de medios.
-Usted ha llegado a tener 2.000 casos encima de la mesa. ¿Así es posible realmente hacer una justicia de calidad?
-No. Es inasumible. Lo peor es que son temas en los que están en juego los sentimientos de las personas. Es un horror.
-El ministro de Justicia, Alberto Ruiz-Gallardón, ha dado marcha atrás y parece que no habrá huelga de jueces por culpa de los días de descanso.
-Los jueces somos conscientes de que estamos en plena crisis económica y de que hay que arrimar el hombro. Lo que nos importa no es que se vayan a reducir los días de descanso, sino la forma en que se estaba tramitando todo, sin diálogo.
-¿Y la reforma de elección de los miembros del Consejo General del Poder Judicial?
-Es una barbaridad que se pretenda que sus miembros compatibilicen su función con el orden jurisdiccional. En ese caso también debería existir esa compatibilidad en otros órdenes, en el Congreso de los Diputados. Por ejemplo, el señor Ruiz-Gallardón es fiscal.