Nada mejor que mirar a nuestro alrededor, hoy ya pocos dudan que un padre de familia no realice labores domésticas y cuide de sus hijos. Incluso esos hombre que trabajan de forma exclusiva para el sostenimiento de la familia, después es sus ratos libres en mayor o menor medida se encargan también de realizar los mismos trabajos que su mujer.
Realmente en avance de la igualdad se encuentra frenado por el mismo feminismo, pues si las separaciones o divorcios hoy día fueran mínimas, no tendría mucha importancia que tras el divorcio el 90% de casos es la madre quien se queda con la guarda y custodia de los niños, y por muy extraño que pueda sonar a alguien, desde las asociacione feministas se oponen a que los cuidados y atenciones de los menores se compartan tras el divorcio.
Si durante la convivencia en común cada familia asume sus necesidades conforme a las circunstancias que rodean su caso en común acuerdo, tras la ruptura la situación cambia y mucho, ya cada uno forma una familia independiente y un hogar, y dentro del mismo sus labores son individuales de cada cual. Al igual que los cuidados de los hijos.
Critica el feminismo que hay hombres que no quieren asumir la guarda y custodia y firman de mutuo acuerdo con la madre alquilar sus responsabilidades parentales a la madre, y estos casos existen. Pero, ¿no sería más congruente por parte de un movimiento que supuestamente lucha porque la mujer pueda desarrollar una vida laboral personal, aconsejar a la mujer que ella misma se niegue a firmar recibir un sueldo y ocupar la vivienda familiar a cambio del cuidado de los hijos?
Fuente:
http://ccaa.elpais.com/ccaa/2016/03/17/paisvasco/1458210893_733818.html
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