lunes 25/01/2010 11:57 horas
José Antonio Braojos, cuando estaba situado en el aeropuerto de Barajas, en donde permanecio desde el día 13 de enero hasta el 22 de enero, fecha en que regreso a el aeropuerto de Palma de Mallorca para continuar con el huelga de hambre.
Estimados señores,
Les escribo desde la desesperación y convencimiento de que mis días están contados. El 19 de diciembre comencé una huelga de hambre que ha pasado desapercibida para la gran mayoría de ciudadanos; tal vez, por no ser una mujer africana de reivindicaciones políticamente correctas, sino un simple y humilde ciudadano español.
Para este próximo jueves el IB-Salud tendrá preparada, a petición mía, como es mi derecho, la "declaración vital de voluntades anticipadas". En este documento, mediante el testimonio médico oportuno, expresaré mi voluntad de no ser alimentado tras la pérdida de mi consciencia. Asimismo, plasmaré en él mi deseo para con mis escasos bienes y el destino de mi cadáver.
Pese a sentirme desprotegido y huérfano de justicia, mi muerte no sería irreversible si mi madre biológica, María Dolores Gómez Verdugo, aceptara la propuesta que mediante nuestro abogado le planteamos mi hermana y yo el pasado día 11 de enero: 1) retomar la pensión del Estado, no contributiva, a la que tiene derecho, y que nuestra progenitora comenzó a gestionar en febrero de 2008, pero que no ha querido tramitar a fin de castigarnos a mi hermana y a mí, acogiéndose a un artículo decimonónico, obsoleto, pero en vigor, del Código Civil español; 2) renunciar en documento escrito a la "pensión por alimentos" a la que el pasado 20 de julio fuimos condenados mi hermana y yo, en desafortunada, pero firme sentencia, por la Audiencia Provincial de Palma de Mallorca, ¡ pensión que supera sólo en 8 euros al mes a la mencionada del Estado, a la que tiene derecho !; 3) además, se le ofrece a nuestra progenitora aceptar en compensación la cantidad de dos mil euros inmediatos y en metálico.
Sin embargo, M.D.G.V. no ha aceptado esta justa y razonable propuesta. Desde el 11 de enero guarda silencio, sin contestar a las llamadas de nuestro abogado, pues sabe que no necesita vivir del dinero de nuestra condena. Como ella misma reconoció ante el juez, en primera instancia, vive de su pareja, un alemán mucho más joven que ella; circunstancia que las juezas de la Audiencia obviaron, centrándose, para condenarme, en la equivocada apreciación de mis ingresos en 2007, aparecida en el acta del primer juicio ; además de, sorpresiva y tácitamente , mencionar en la firme sentencia al novio de mi insolvente hermana como pagador subsidiario de la pensión "…dada la ayuda de su pareja…"( véanse las actas en mi web www.quierojusticia.es )
Lo que mi madre biológica desea realmente no es nuestro dinero, no son esos miserables ocho euros al mes de diferencia, sino la sumisión mía y de mi hermana a su persona, aprovechándose de la sentencia de la Audiencia, pues ella no ha perdonado jamás nuestra justa rebeldía a sus años de maltratos y vejaciones. Mi progenitora prefiere verme muerto antes que libre de ella, antes que verme disfrutando de mi vida sin ataduras económicas ni obligaciones para con ella.
Tras más de un mes en huelga de hambre y de haber perdido 12 kg. , sin que ella muestre el más mínimo interés por mi estado de salud, no creo que haya quien dude todavía de que mi progenitora sea la maltratadora descrita en mi web http://www.quierojusticia.es/
El tribunal de la Audiencia de Palma, indudablemente sin mala fe, ha dejado mi vida a voluntad de la progenitora; a los casi cuarenta y cuatro años de haber nacido veo mi vida como la de un pajarillo en las manos de un niño cruel y desaprensivo.
Cierto es que si yo abandonara mi huelga de hambre, podría salvar aún mi vida. Y así sería si no creyese yo firmemente en mi libertad y en mi dignidad; y si no me resultase emocional y psicológicamente imposible pagar una pensión a quien desgració tres vidas: la de mi padre ( en menor grado ), la mía y, sobre todo, la de mi pobre y sufrida hermana.
Muchos afirman que morir sería mi derrota y una victoria para mi madre biológica. No lo veo así: mi derrota física, sin duda; pero una victoria emocional, por no haber claudicado ante la arbitrariedad judicial ni haberme sometido económicamente a mi progenitora, rindiéndome a su maldad, que se ha servido de la Audiencia, como del cinturón se sirviera para agredirme durante mis lejanas infancia y adolescencia. Pero mi muerte también será la descarnada constatación de que nuestra sociedad no es ni tan libre ni tan democrática como suponemos, al dejar en evidencia el más crudo fracaso de nuestra Justicia e Instituciones, incapaces de evitar la muerte de un hombre pacífico y honrado, cuyo único delito fue nacer de la mujer indebida; de impedir el óbito prematuro de quien fuera un niño maltratado, condenado judicialmente décadas después.
Ya nada espero de las Instituciones de mi país ni de sus partidos políticos, sordos y ciegos ante mi calvario, ante un problema que trasciende al ámbito de lo social. Muy diferente ha sido, en cambio, la atención prestada desde la sociedad mallorquina y española. Y desde cuantos medios de comunicación me habéis escuchado: mi más sincero agradecimiento; así como a los cientos de personas que me habéis apoyado, via facebook, email, teléfono, sms. Gracias de corazón a quienes, durante mi protesta en Madrid, sin conocerme siquiera habéis recorrido cientos de kilómetros desde otros lugares de España ¡ tan sólo para darme un abrazo y unas palabras de ánimo y consuelo! ; personas que habéis vivido un drama personal, pobres almas defraudadas como la mía por nuestra lenta, gélida, opaca, miope y a menudo arbitraria Justicia. Tampoco puedo olvidar a los amigos de APFS, ANASAP, asociaciones de hombres y mujeres que padecen, como mi hermana y yo, las consecuencias del SAP (Síndrome de Alienación Parental) en sus propias carnes o en las de sus hijos. Gracias, amigos. ¡ Hasta siempre!
José Antonio Braojos Gómez
http://www.elmundo.es/elmundo/2010/01/25/baleares/1264417075.html
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