por Redacción 22-01-2010 La Clínica
Cada vez más los padres de familia ejercen una violencia emocional contra sus hijos, sin que se den cuenta de ello, pues aunque no exista el maltrato físico contra los niños, la indiferencia, la desatención y la falta de comunicación en la familia provoca serios daños psicológicos en los menores.
La doctora María Guadalupe Ovalle Colunga, del Hospital de Psiquiatría N° 22 del IMSS, dijo que aquellos padres quienes piensan que por no agredir físicamente a sus hijos estan excentos de causar daños, viven en el error, cuando son capaces de praticar la indiferencia y no comparten tiempos de calidad con sus hijos.
La violencia emocional se reconoce en bromas hostiles, insultos, gritos, abandono afectivo, humillación, falta de respeto a la opinión o en actitudes despectivas.
El no preguntarle al niño cómo le fue en la escuela, qué amigos tiene, cómo se siente, el creer que basta con la atención que reciben de los abuelos, o las personas que los cuidan, es una manera de agredirlos emocionalmente en la familia.
La especialista en psiquiatría, dijo que la comunicación franca con los hijos y el tiempo de calidad representan grandes aliados para todos aquellos padres que trabajan y por necesidad económica disponen de poco tiempo para estar con ellos.
La violencia intrafamiliar se define como el uso de la fuerza física, pero también emocional y causa en los niños, niñas y adolescentes impotencia, miedo, vergüenza, culpabilidad y pérdida de la confianza.
Dependiendo de la edad, en los pequeños puede provocar retraso motor y psicológico manifestándose en hábitos como orinarse en la cama, succionarse el pulgar o tener miedos excesivos.
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En los niños mayores, puede causar la costumbre de recibir el maltrato, generar problemas de conducta, sobre todo en los adolescentes, quienes caen con facilidad en la rebeldía, la agresión y la depresión o incluso recurren a los pensamientos suicidas.
El maltrato infantil impide que sus víctimas alcancen su máximo nivel educativo a la vez que se deteriora su salud física y emocional, así como su desarrollo personal y social afectando seriamente su calidad de vida.
“Un niño que sufre descuido en su casa, que es ignorado, o tratado despectivamente por sus padres, padece baja autoestima, muestra tristeza y dificultades para concentrarse en la escuela, lo que repercute en bajo nivel de aprovechamiento escolar”, precisó la psiquiatra del IMSS.
Si a la ausencia de afectividad, se le agrega que los pequeños pasan tiempos prolongados frente a medios de comunicación, mediante los cuales reciben mensajes agresivos, los riesgos de afectación emocional y conductas inadecuadas son mayores.
Cuando llegan a la edad adulta, esos niños y niñas pueden tener menos éxito que los demás en el mercado laboral y como la violencia intrafamiliar tiende a reproducirse, poseen mayores probabilidades de convertirse también en perpetradores de violencia, en particular con los miembros de su propia familia, con ello se genera un ciclo de abuso de generación en generación.
http://red-crucero.com/2010/01/indiferencia-y-desatencion-tambien-son-factores-de-maltarato-infantil/
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