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domingo, 10 de enero de 2010

"Las denuncias falsas en materia de violencia de género perjudican a las mujeres maltratadas "


La directora del IAM reconoce que en ocasiones "se llega al absurdo" en el uso de palabras del lenguaje no sexista
La directora del Instituto Andaluz de la Mujer, Soledad Pérez, tiene muchos frentes abiertos. Su cargo implica competencias en las políticas de igualdad entre hombres y mujeres, y la actualidad vuelve el foco permanentemente hacia sus responsabilidades con temas tan actuales como el aborto, la violencia de género, el lenguaje no sexista o el acceso de la mujer a los puestos directivos, entre otros asuntos.

-Constantemente se habla de los cambios de la sociedad actual con respecto a la igualdad entre hombres y mujeres. Siempre se plantea todo lo que queda por hacer, pero ¿qué nos queda todavía del pasado?
-Mucho, del pasado mucho. Los roles se mantienen. Lo hemos visto estos días con los regalos de Reyes. Los niños y las niñas se siguen socializando de forma distinta, cuando una pareja espera un bebé se le sigue vistiendo de azul si es niño y de rosa si es niña. A las niñas se les siguen comprando juguetes relacionados con el cuidado de bebés, con las tareas del hogar y con actividades tradicionalmente vinculadas al sexo femenino. Las muñecas y las cocinitas siguen siendo para las niñas y los balones de fútbol y los coches, los trenes y la tecnología son para ellos. Si desde la infancia seguimos manteniendo estas costumbres es porque nuestra sociedad es aún estereotipada.
-¿En qué medida es negativo que las niñas sigan jugando con muñecas y los niños con balones cuando el hombre y la mujer tienen una constitución distinta?
-No es negativo que la niña juegue con muñecas o con una cocina de juguete, lo que negativo es que siempre juegue con su madre y nunca con su padre en estas actividades que conllevan cuidado o atención del hogar. Lo ideal es que niños y niñas compartan juguetes y que no segreguemos, porque si no seguiremos manteniendo roles.
-O sea, que se tiene que acabar lo de los niños con los niños y las niñas con las niñas.
-Pues sí, debería acabarse. Insisto en que no es malo que una niña juegue con muñecas, pero sería positivo que compartiera estas tareas con su hermano, con su padre, que se compartan los juegos y las tareas en el entorno familiar.
-Ustedes han realizado un anuncio para televisión en el que se ve a una mujer directiva sentada en el sillón tras volver del trabajo mientras el hombre se encarga de las tareas del hogar, ¿cómo lo interpreta?
-Ese anuncio termina diciendo: "¿Te parece justo?". Y es que tan injusto es que el hombre se siente en el sofá y no haga nada como que eso mismo lo haga la mujer. Pero claro, lo chocante es que lo haga ella, por eso intentamos llamar la atención de ese modo.
-La violencia de género sigue siendo uno de sus principales campos de batalla, ¿por qué siguen pasando estas cosas en la sociedad actual?
-El delito de violencia de género es muy complejo porque, aunque se avanza, nuevos fenómenos como el de la inmigración complican mucho ponerle freno. Hemos concienciado a las mujeres, pero nos encontramos con que un porcentaje de mujeres muertas a manos de sus parejas son inmigrantes. Para esta lucha ha sido muy importante la Ley de Violencia de Género. Gracias a ésta tenemos más de 6.000 mujeres protegidas en Andalucía, lo que supone un número altísimo. Pero es que es muy difícil predecir los asesinatos y acabar con ellos. Muchas veces las mujeres no acaban de denunciar porque tienen dependencia económica o afectiva hacia el maltratador.
-Actualmente, hay una importante polémica en torno a las declaraciones cruzadas y a la denuncia que el juez de Familia Francisco Serrano ha interpuesto contra la presidenta del Observatorio de Violencia Doméstica y de Género del Consejo General del Poder Judicial (CGPJ), Inmaculada Montalbán, por injurias después de que ésta señalara que el juez hablaba de denuncias falsas en violencia de género sin fundamento ni rigor alguno. ¿Qué valoración le merece el caso?
-Entiendo que las opiniones del juez Serrano, que es muy conocido en Sevilla, son personales, pero debe quedar claro que si hay sospecha de que existe una denuncia falsa hay que denunciarla porque esas denuncias no hacen sino perjudicar a las víctimas de violencia de género. Hay que rechazar estas actitudes. Y es que los datos del CGPJ sobre este tema revelan que apenas hay 30 denuncias falsas emitidas en España. Otra cosa es que este juez pueda llegar a la reflexión de que hay una denuncia falsa detrás de cada sentencia absolutoria para el hombre, cosa que ocurre en el 28% de los casos. Pero eso no quiere decir que haya una denuncia falsa, sino que no se ha condenado porque no hay pruebas suficientes para inculpar a nadie. Con estas manifestaciones, este juez ha llevado a la arena mediática una valoración personal que puede llevar a que las mujeres entiendan que no están bien atendidas por la judicatura, que está trabajando muy bien, y eso no es así. Y coincido con Inmaculada Montalbán en que estas actitudes pueden llevar a que las mujeres desconfíen. En visitas a centros de atención a maltratadas he visto a juezas y fiscalas con las lágrimas saltadas cuando conocían de primera mano los casos de violencia de género.
-Una de las polémicas más frecuentes con respecto al feminismo y los temas de igualdad es el uso del lenguaje y sus matices más o menos sexistas. ¿No cree que somos más papistas que el Papa y que a veces se acuñan términos absurdos?
-En el lenguaje siempre se ha mantenido el masculino universal porque hemos vivido en un modelo patriarcal, pero la sociedad actual es distinta y está cambiando hacia el igualitarismo. Creo que hay que abogar por términos neutros siempre que se pueda y en vez de decir ciudadanos y ciudadanas hablar de ciudadanía. Pero las mujeres hemos sido siempre muy generosas con el lenguaje. En esto siempre pongo un ejemplo. Cuando en la antigua Escuela de Enfermeras entró el primero hombre se le cambio el nombre y se le puso Escuela de Enfermería, sin embargo, ya hay muchas abogadas y sin embargo el Colegio de Abogados no se llama Colegio de la Abogacía. Pienso que el lenguaje no es el tema que más debe preocuparnos en materia de igualdad, aunque si estamos constantemente adaptado anglicismos o palabras del lenguaje tecnológico, ¿por qué no vamos a incorporar terminología no sexista? Sin embargo, el lenguaje de género a veces se ridiculiza o se malinterpreta.
-Pero me reconocerá que hay términos como el de miembra que tienen tela...
-Es cierto que a veces se llega al absurdo, pero porque a veces el lenguaje de género no se utiliza bien o se simplifica. Lo de miembra no se entendió bien en su momento porque no era un término usual, pero la palabra concejala ha sido ya aceptada. Miembra o fiscala chirrían porque no se usan. Me parece que estamos en un proceso de cambio y de exploración y por eso no me parece mal que surjan palabras nuevas, aunque puedan sonar raras. Hay unas que suenan fatal y otras que si se adaptan están bien.
http://www.eldiadecordoba.es/article/cordoba/602627/quotlas/denuncias/falsas/materia/violencia/genero/perjudican/las/mujeres/maltratadas/quot.html

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