Una de cada dos parejas se separa en la capital francesa y contribuye a disparar el precio de las viviendas
Lunes, 22 de noviembre del 2010
ELIANNE ROS
PARÍS
Un grupo de mujeres y hombres de mediana edad se contorsionan al ritmo de la euforizante canción Sex bomb, de Tom Jones. No estamos en ninguna discoteca. Tampoco se trata precisamente de una fiesta, sino del final de una conferencia impartida en una anodina sala del Espacio Champerret, en el distrito 17 de París, para ayudar a un grupo de divorciados a superar anímicamente la ruptura.
La sesión forma parte de los múltiples servicios que ofrece una feria de nuevo cuño, bautizada Nuevo Comienzo y vulgarmente conocida como salón del divorcio. No es casualidad que se celebre en la capital francesa, donde uno de cada dos matrimonios salta por los aires. «La idea surgió a raíz del divorcio de Nicolas Sarkozy a finales del 2007. Hacía 30 años que el fenómeno se aceleraba, pero cuando alcanzó al propio presidente de la República, se vino abajo un tabú», argumenta Brigitte Gaumet, comisaria del salón.
Entre los 72 puestos hay, por supuesto, gabinetes jurídicos y cursos de ayuda psicológica, pero también empresas de belleza que ofrecen cambios de imagen para afrontar la nueva etapa, detectives privados, agencias de contactos, viajes para solteros, libros de autoayuda, calendarios para planificar mejor la custodia compartida de los hijos, servicios de canguro a cambio de alojamiento, redecoración de interiores con el método Feng shui y... una inmobiliaria especializada en divorciados.
El negocio marcha viento en popa. Y es que el colosal índice de rupturas familiares de París ha tenido un efecto directo sobre el parquet inmobiliario. Los especialistas atribuyen, en buena parte, a este factor el imparable ascenso del precio de la vivienda en la capital francesa, tanto de compra como de alquiler.
En el segundo trimestre del 2010, se han batido todos los récords. Pese a la crisis, en el último año el coste de la vivienda de segunda mano ha subido un 9,8%, situándose en 6.680 euros el metro cuadrado de media. En los barrios más chics, como Saint-Germain-des-Prés, el metro cuadrado asciende a 12.440 euros, precio solo comparable al que se registra en el centro de Londres.
«Los divorcios han disparado la demanda de pisos de entre 50 y 60 metros. Si usted vende su vivienda, le encuentro comprador en menos de 24 horas; si la alquila podrá escoger inquilino y exigir las garantías que quiera», explica Arnaud de Roquefeuil, gerente de la empresa Manestel. «La gente llora en mi despacho porque necesita un apartamento determinado, esa perla rara que se ajusta a sus finanzas y está cerca de la escuela de sus hijos», confiesa el agente.
La feria podría dividirse en dos sectores de mercado, el de los que ya han superado el trago, o están en pleno proceso, y buscan la manera de rehacer sus vidas; y el de las personas que acarician la idea. Algunas parejas que ya han tomado la decisión de común acuerdo, como Aurelie y Philippe, piden consejo en la asociación Divorciados de Francia. Forman parte del 55% de matrimonios que se separan amigablemente.
«El proceso cuesta caro y es desestabilizador, especialmente para los hijos. Para muchas mujeres supone un descenso hacia la pobreza», les asesora Michel, fundador de la asociación, que detecta un aumento considerable de divorcios sénior. La mayoría se producen «cuando se va el último hijo o el marido se jubila», sostiene. ¿El reverso de la moneda de retirarse de la vida activa a los 60 años?
Ellas rompen más
En siete de cada diez casos, quien rompe es ella. Eso explica que el 63% de los visitantes del salón sean mujeres. También son las que solicitan con más frecuencia los servicios de un detective privado. «Para despejar sus sospechas de infidelidad, o para perseguir a un padre que no paga la pensión», cuenta un investigador. La divorciada media tiene 40 años y cuenta con dos hijos a su cargo.
En ella ha pensado un avispado agente de seguros, que ha creado el primer producto que garantiza el cobro de la pensión. «En Francia hay un millón de pensiones alimentarias, es un mercado enorme que no deja de crecer», afirma el presidente de la empresa, Franz Foderé. Se estima que cada día 350 matrimonios se rompen y ponen fin a su vida en común.
Para volver a levantarse, un paseo por el salón Nuevo Comienzo puede dar ideas para resolver los problemas de un divorcio. Al fin y al cabo, está lleno de almas solitarias en busca de comprensión y, ¿por qué no?, alguna alegría. Al son de las notas de Tom Jones.
http://www.elperiodico.com/es/noticias/internacional/20101122/feria-del-divorcio/593365.shtml
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