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lunes, 16 de mayo de 2011

Diez años entre rejas por un divorcio

11 de Mayo, 2011
Svetlana Smetánina, Rusia Hoy
Los rusos, sobre todo aquellos que tienen hijos menores de 18 años, entraron literalmente en estado de shock a finales de marzo. Los diputados de la Duma (cámara de diputados rusa) habían preparado un nuevo proyecto de ley que, de haberse adoptado, habría cambiado profundamente el derecho de familia. Según este documento, los padres separados, en particular aquellos que no tienen la custodia de sus hijos, que viajaren al extranjero con su hijo o se trasladasen a otro lugar de residencia, podrían pagar un alto precio: diez años de cárcel. Así de simple; ni más, ni menos.
Como es natural, los legisladores rusos explicaron la motivación de una ley tan extravagante que no tiene en cuenta el interés de los niños. Es obvio que su razonamiento no está desprovisto de racionalidad. Actualmente se separan en Rusia casi un 50% de las parejas. En la mayoría de los casos, los hijos son 'la manzana de la discordia', que los padres, heridos, utilizan como chantaje: "Si no me dejas el departamento, no te dejaré que veas a los niños". "Quieres la casa del campo, pues los niños se quedan conmigo". Cuando los 'nuevos' rusos, que se han enriquecido en los últimos quince años, empezaron a divorciarse, la situación empeoró aún más. La verdad es que, desde hace tiempo, los tribunales de justicia rusos en un 95% de los casos conceden la custodia de los niños a la madre. Los padres adinerados casi nunca están de acuerdo con estas decisiones y suelen llevarse a sus hijos de forma ilegal. Luego, los guardias de seguridad mantienen a las madres alejadas, fuera del alcance de sus armas. Nadie discute la idea de que los padres que secuestran a sus hijos y los utilizan para hacer chantaje deben ser castigados de un modo u otro. Pero ¿por qué de forma tan violenta, de repente? Según la ley rusa, los violadores y los traficantes se enfrentan a condenas de diez años. Aquí estamos hablando de simples ciudadanos, cuyo único error es que no logran compartir la tenencia de sus hijos. ¿Se tienen en cuenta los intereses del niño si se encarcela a papá o a mamá durante diez años?
No resulta sorprendente pues, que esta torpe iniciativa de los diputados haya suscitado enseguida fuertes protestas por parte de la sociedad. "Si me voy con mi hijo de vacaciones al extranjero y no solicito la autorización a mi ex marido porque no lo localizo, ¿pueden encarcelarme por llevarme a mi hijo ilegalmente?", escribió una madre indignada en un blog. “¿De qué le sirve a los niños que te sometan después a chantaje y acabes en prisión?", afirmaba otra madre, yendo más allá. Por si fuera poco, la fórmula más bien vaga de impedir o no “cualquier contacto con el niño" puede interpretarse en un sentido bastante amplio. El ex marido se presenta en mitad de la noche, para nada sobrio, para hablar con su hijo, y la mujer no le deja entrar: ahí tenemos un pretexto para amenazarla con meterla en la cárcel. 
En el sitio web "No juzguen a mamá", especialmente creado con motivo de esta situación, se recogieron 15.000 firmas en unos pocos días para solicitar al presidente de la asamblea rusa que no se adoptara este proyecto de ley mal concebido. En una manifestación delante de la Duma, algunas parejas de jóvenes casados, vestidos de novios y encadenados, distribuían octavillas exigiendo que no se autorizara el “gulag familiar”. Numerosos juristas de renombre han criticado la iniciativa. Los medios de comunicación, en su mayor parte, respaldaron la opinión pública y condenaron el furor legislativo de los diputados. 
Los instigadores de esta ley confesaron que la fuerte resistencia popular a la misma les tomó por sorpresa y nadie se quiso estrellar. Como consecuencia, se presentaron enmiendas a la duración del encarcelamiento antes del segundo debate del proyecto, que tuvo lugar a finales de abril. Se introdujeron penas administrativas, multas y, en caso de reincidencia, la disposición de un arresto de hasta cinco días. 
La principal lección que extraemos de esta historia, es que los rusos están preparados para defender sus derechos. Por cierto, solo es así cuando afectan directamente sus intereses vitales. ¡Si mi ex marido quiere que vaya a la cárcel por decir sí o no, perdone, pero no puedo aceptarlo de ninguna manera, yo misma me estaría metiendo entre rejas!
Fijémonos en un ejemplo algo distinto pero en el mismo sentido. A lo largo del año pasado, las manifestaciones más populares de Moscú fueron las organizadas contra la construcción de una autopista con peaje de Moscú a San Petersburgo que atravesaba un bosque en la región de Moscú. El primer ministro y el presidente ruso se encargaron personalmente de la situación. No se puede decir que los defensores del bosque resultaran del todo vencedores, la autopista se construirá finalmente según su trazado. Pero los constructores no resultaron satisfechos pues obtuvieron únicamente la autorización para talar sólo los árboles del trazado de la autopista y no los de un amplio espacio aledaño. El proyecto inicial que habían presentado preveía una gran construcción en los alrededores de la futura carretera. Lo importante, como dijo un funcionario moscovita, es que la historia del bosque les ha enseñado muchas cosas. Ahora, antes de comenzar a construir, los proyectistas tendrán que tener en cuenta a la opinión pública; nadie desea revivir otro escándalo igual. Parecería que la sociedad civil estuviera tomando forma en Rusia y esto significa que quienes presenten proyectos extravagantes o firmen leyes ridículas, deberán tenerlo en cuenta.
http://la.rusiahoy.com/articles/2011/05/11/diez_anos_entre_rejas_por_un_divorcio_12336.html

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