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miércoles, 26 de junio de 2013

Niega haber arrojado a su mujer desde una azotea y defiende que la quería "mucho"

Miércoles, 26 de Junio, 2013
Relata que su pareja se volvió en los últimos seis meses "borracha y drogadicta" y que tenía depresión
Un hombre acusado de arrojar a su mujer desde la azotea del edificio de su vivienda en la localidad valenciana de Sedaví en junio de 2009 ha negado los hechos y ha defendido en la vista que ha tenido lugar en la Audiencia de Valencia que quería "mucho" a su pareja. Ha explicado que la última vez que le vio, ella le dijo que iba a comprar, y ya no regresó. Al día siguiente encontraron su cuerpo sin vida en un descampado que había junto al inmueble e inicialmente pensaron en el suicidio.
El procesado se enfrenta a una pena de 17 años de prisión por un delito de homicidio y otro de maltrato psicológico habitual --según reclama el ministerio fiscal en su escrito de calificación provisional--, así como al pago de una indemnización de 200.000 euros para los dos hijos de la pareja y de 10.000 euros para sus padres. La fiscal considera que el día de los hechos, la pareja subió a beber unas cervezas a la azotea y que, tras una discusión, él la empujó y ésta cayó en un descampado lindante a su domicilio, pero no hay ningún testigo de lo ocurrido.
La pareja llevaba ocho años de noviazgo y otros nueve de casados, y residía en Sedaví, en una edificio próximo a donde vivía la madre de ella. Según ha explicado el acusado, su mujer no trabajaba, y él se dedicó primero a ser camarero, y luego vigilante de seguridad. Por este último empleo, cobraba unos 2.000 euros al mes que, según ha mantenido, gestionaba su mujer.
El hombre ha explicado que la relación con su mujer "ha sido siempre muy buena", aunque en el año 2007 se dieron un tiempo "de un mes y medio" para "ver si realmente nos queríamos y tal", ha declarado. La madre de la víctima ha explicado que su hija le pidió ese tiempo porque él bebía mucho y no podía más. Cuando se desintoxicó, volvieron.
El acusado ha narrado que con el tiempo también empezaron a tener "problemas" para llegar a fin de mes, y ha agregado que su mujer, en los últimos seis meses de su vida "era borracha y drogadicta": "normalmente lo hacía a escondidas, cuando llegaba de trabajar veía litronas y botellas de Vodka, y también me decía que había ido a por coca".
El hombre, quien ha reconocido que también tuvo que esta en tratamiento para desintoxicarse de la droga, ha agregado que su pareja también tenía depresión, y le dieron una medicación "que le daba mucho sueño y por beber". Asimismo, ha añadido que su mujer se gastaba el dinero llamando a los videntes y que tenía problemas con sus hijos porque "se agobiaba".
Así, y puede que fruto de esta "enfermedad", ha indicado que el 3 de mayo de 2009 le avisaron de que su mujer necesitaba ayuda. Ha señalado que una ATS le comentó que había intentado suicidarse, mientras que los agentes que la atendieron han declarado en el juicio que les dijo que tenía ansiedad y que si no la llevaban al hospital, "se tiraba a las vías del tren", ha reproducido uno de ellos, quien ha agregado que ella, en ese momento, "iba ebria".
"DONDE LE DABA LA GANA"
Al mes siguiente, en junio, el día 20, la mujer le dijo --según ha explicado el acusado-- que se iba a hacer la compra, algo que le extrañó porque eran las 21 horas. Y al pedirle que le dijera la verdad, ésta le contestó que se iba "donde le daba la gana", ha aseverado.
Luego se despertó de madrugada, y al ver que no había regresado, ha dicho que llamó a su suegra y le preguntó si estaba allí, pero no era así. Al no aparecer, sobre las 8 horas se fue a buscarla "durante una hora" y luego puso una denuncia por la desaparición ante la Guardia Civil. Por la noche --ha agregado-- salió varias veces al portal "para ver si volvía mi mujer de fiesta o algo", y luego vio como agentes acordonaban un descampado que había junto a su vivienda. Se acercó y vio que estaba el cuerpo sin vida de su pareja: "me asomé y la vi muerta", ha dicho.
LA LATA DE CERVEZA
En la azotea del edificio, los agentes hallaron una lata de cerveza con el AND del acusado, lo que hizo pensar que podría haber subido allí con su mujer y luego arrojarla al vacío. Al respecto, él ha explicado que no solía subir a la terraza, mientras que su mujer sí lo hacía porque tenía la ropa allí. Ha indicado que su mujer pudo subir la lata, pero que él no subió allí la noche de los hechos.
Lo cierto es que no hay ningún testigo que viera si el acusado tiró desde la azotea a su mujer, pero el instructor de la Guardia Civil que se hizo cargo del caso ha explicado que desde el primer día "no estaba claro que fuera un suicidio" --por la posición del cuerpo de la víctima-- y por eso decidieron investigar.
En los Servicios Sociales del Ayuntamiento de Sedaví había abierto un expediente después de que la mujer acudiese en alguna ocasión para contar que su marido le maltrataba. Sin embargo, esto no llegó a más porque nunca se decidió a interponer una denuncia judicial.
Al respecto, la madre de la víctima ha explicado durante la vista que la relación de su hija con el acusado era "mala" desde "la noche en la que se casaron", y ha explicado que ésta le contaba que su pareja le pegaba, le insultaba "y de todo". Al preguntarle por qué no se separaba, ha dicho que ella se lo sugirió muchas veces, "pero era muy mirada y no me quería dar un disgusto". También ha afirmado que cree que le tenía miedo.
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