13/11/2010
Es una Asociación de padres separados que han atravesado distintos procesos judiciales y sufren en carne propia el dolor de estar alejados de sus hijos con la legislación actual. Un legítimo reclamo por dejar de ser un «papá Mc Donalds» (En la foto José Lissi y Alejandro Palacios, dos de los referentes de la asociación).Cuando se rompe un matrimonio, los cónyuges disuelven su pareja, pero no dejan de ser padres de sus hijos. Ante esa situación, los progenitores deberían acordar, adulta y razonablemente, cuál será el destino de los niños. Pero la realidad marca que los conflictos de familia, lejos de conciliarse en el seno familiar, terminan resolviéndose en los juzgados.
La Asociación de Familiares Separados de sus Hijos (AFASHI) nuclea a padres que han atravesado distintos procesos judiciales y que sufren en carne propia el dolor que implica estar alejados de sus hijos.
«Armamos esta asociación en los juzgados de Lomas de Zamora. Ahí nos conocimos y empezamos a volantear. Cuando empezamos a movilizarnos, nos dimos cuenta que no estábamos solos. Que los nuestros no eran casos aislados y que todo esto es un problema social», explicó José Lissi, uno de los principales referentes de esta agrupación, durante una entrevista con La Ciudad.
«Somos padres afectados por esta problemática. Y tenemos el conocimiento por haber investigado sobre el tema y la experiencia de haber sufrido en los juzgados los procesos de familia», agregó.
Otro de los padres que trabaja activamente en la asociación es Alejandro Palacios, quien comentó que si bien desde hace un año y tres meses tienen «una mayor actividad», en realidad llevan dos años desde que se agruparon.
Palacios sostiene que «hay una discriminación. Porque cuando llegás a un juzgado de familia te enterás que los hijos menores deberán permanecer con la madre hasta que cumplan cinco años y desde entonces el juez determinará quién es el padre más idóneo. Eso es lo que dice el Código Civil en su artículo Nº 206, que es lo que queremos cambiar nosotros».
Los integrantes de la Asociación bregan por la sanción de la Ley de Tenencia Compartida que garantice a ambos padres el derecho a la crianza de los chicos porque, según cuentan, los papás se encuentran en una situación de desigualdad.
«La ley dice que la patria potestad es compartida, pero en los procesos te das cuenta que no es así. Cuando entrás en un proceso judicial, pasás a ser un papá periférico, satelital. Un papá Mc Donalds, como decimos nosotros», graficó Lissi. «Eso quedó de un caso real que se convirtió en anécdota. Una mamá no quería que su hijo fuera con su padre a lo de sus abuelos paternos y en medio de una discusión en la puerta de un juzgado, salió una asistente social y le recomendó a este padre que no lo llevara a lo del abuelo. «Mejor llévelo a un Mc Donalds», le dijo.
AFASHI: La lucha de padres separados por la tenencia compartida
(Viene de tapa) «Durante un proceso, ningún juez va a revertir la situación y vos sos un padre de visita. Y después de los 5 años, si tenés una buena convivencia con tu ex mujer, el problema se agrava. ¿Por qué? Por ejemplo, tu hijo empieza el jardín o el colegio y si no llevás un régimen de visita homologado, puede suceder que en el colegio no te lo den. Porque la tutora es la madre», ejemplificó Palacios.
«Un régimen de visita amplio, prosiguió Alejandro, es de 3 horas a la semana (martes y jueves) y un fin de semana cada quince días. La incidencia que tenés con tu hijo es de un mes y medio al año. No tenés nada. Y si tenés un proceso conflictivo, estás en el horno», sentenció llanamente.
Las autoridades de AFASHI aseguraron que «un padre de visita no incide en la formación de un hijo. Y eso, cuando se cumple el régimen de visita». Según cuentan, algunas madres ponen excusas para evitar el encuentro de los menores con sus padres.
«Llega el día de la visita y te dicen que no te lo podés llevar porque está enfermo, o justo fue a un cumpleaños, empezó tal o cual actividad o lo vino a buscar la tía para ir a ver una película… O, mañana no vengas porque va a llover, te dicen», ejemplifica Alejandro.
«En el año 1993 se sancionó la Ley 24.270. Una ley muy importante que reconoce la obstrucción y el impedimento del vínculo. Lo que nosotros denunciamos. Es un recurso que nos permite realizar una denuncia por impedimento de contacto», completó José.
Tenencia Compartida ¡Ya!
Ese es uno de los principales lemas de AFASHI. Los padres que conforman esta y otras asociaciones similares sienten que no tienen derechos para con sus hijos, sino sólo obligaciones. Afirman ser «padres de visita y proveedores de alimentos».
A la hora de las estadísticas, se dieron cuenta que sobre la problemática que los afecta no hay mucha información disponible, pero sin embargo cuentan con algunas cifras significativas.
«Dos de cada tres personas que se casan, se divorcian. Pero, ¿se sabe qué sucede con los hijos? El 98 % de las tenencias son a favor de la madre», apuntó Palacios.
«Es más, se está casando menos gente que en 1918. Aunque no se tiene estadística de las uniones civiles, los concubinatos, etc.», amplió Lissi.
«Pero por otro lado existe otra ley que es la de Violencia de Género (26.485), que victimiza a la mujer. La sitúa en una posición de víctima solo por el hecho de ser mujer y al hombre de victimario por ser hombre. Entonces decimos que hay una discriminación positiva porque el hombre siempre es agresor. Este es el espíritu de la ley. Lamentablemente con esta ley se viola nuestra presunción de inocencia.
Cualquier mujer que te haga una denuncia por violencia implica que se te abra un expediente. Y en relación a la familia, obliga al juez a tomar medidas cautelares: exclusión del hogar, exclusión perimetral. Es decir, te alejan más de tus hijos», asegura José.
«Hay que tener en cuenta que solo el 6 % de las denuncias por violencia tienen procesamiento penal. O sea, el 94 % restante puede deberse a falsas denuncias. Solamente para alejar a la ex - pareja de la casa. Pero supongamos que ante una denuncia por violencia, se hacen las pericias psicológicas y se demuestra que la misma fue infundada, te sobreseen del caso. Pero si en un futuro te ponen una nueva denuncia, podés hasta ir preso», señaló Palacios, quien añadió que «en el proceso de familia tenés un principio de culpabilidad. Sos culpable hasta que demuestres que sos todo lo contrario. Que sos buen padre, honesto, trabajador… Que no sos violento. Y de cara a tu hijo, parecés un tío lejano. No sos nadie. ¿Sabés que implica eso? En Argentina, el número de suicidios de padres post divorcio es el más alto de América Latina. Y el que no se suicida se echa al abandono, se droga, o se vuelve alcohólico».
«Los hijos de estos procesos sufren lo que se conoce como síndrome de alienación parental, y los chicos terminan desconociendo y rechazando la figura paterna, porque es para problemas. Así se destruye la figura del progenitor no conviviente.
Desde hace 20 años que se vienen presentando proyectos de ley a favor de la tenencia compartida. Y nunca tanto como ahora. Desde que nosotros estamos militando, hemos logrado sacar tres proyectos más. No queremos hijos huérfanos de padres vivos», resumió José Lissi.
Para más información: http://www.afashi.com.ar/
http://www.laciudadavellaneda.com.ar/nota.php?id=5133
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