La mujer que tuvo a su ex marido 11 meses encarcelado por denuncias de violencia machista que resultaron ser falsas ha presentado otra denuncia por haber sido agredida pero la Fiscalía de Sevilla se ha opuesto a las medidas de protección y ha pedido que la denunciante sea procesada por un delito de falso testimonio.
El juez de Violencia sobre la Mujer 2 de Sevilla celebró ayer una comparecencia del acusado y la denunciante, en un acto en el que la Fiscalía pidió el archivo de la causa, se opuso a las medidas de protección pedidas por la supuesta víctima y solicitó al juez que abra diligencias contra la mujer por denuncia falsa.
El juez de Violencia sobre la Mujer 2 de Sevilla celebró ayer una comparecencia del acusado y la denunciante, en un acto en el que la Fiscalía pidió el archivo de la causa, se opuso a las medidas de protección pedidas por la supuesta víctima y solicitó al juez que abra diligencias contra la mujer por denuncia falsa.
Raquel V. B. acudió al hospital el martes por la noche para denunciar que hacia las 22:00 horas, a la salida del bar donde trabaja, había sido agredida a puñetazos en la cara y la espalda por su ex marido José Antonio Santos Barragán, para lo que aportó el testimonio de un cliente del establecimiento que acudió en su ayuda al verla en el suelo.
El abogado del denunciado, Fernando Retamar, explicó a Efe que su cliente ha aportado al juez cuatro testigos, entre ellos unos albañiles que estuvieron hasta las 21.30 horas haciendo unos trabajos en su casa de Umbrete y unos vecinos que acudieron a ver las obras y permanecieron en su compañía hasta medianoche. Además, el testigo de la agresión aportó la matrícula correcta del coche en el que supuestamente huyó el agresor pero se equivocó de marca, pues lo identificó con un Citroën en lugar del Ford que posee José Antonio, y no fue capaz de describir una bruja de 15 centímetros que lleva en el retrovisor.
El abogado del denunciado, Fernando Retamar, explicó a Efe que su cliente ha aportado al juez cuatro testigos, entre ellos unos albañiles que estuvieron hasta las 21.30 horas haciendo unos trabajos en su casa de Umbrete y unos vecinos que acudieron a ver las obras y permanecieron en su compañía hasta medianoche. Además, el testigo de la agresión aportó la matrícula correcta del coche en el que supuestamente huyó el agresor pero se equivocó de marca, pues lo identificó con un Citroën en lugar del Ford que posee José Antonio, y no fue capaz de describir una bruja de 15 centímetros que lleva en el retrovisor.
Un parte médico aportado a la causa, según Fernando Retamar, indica que las lesiones de la mujer eran "lineales, finas y simétricas" y no se corresponden con el relato de la agresión realizado por la mujer. A la vista de tales pruebas, la Fiscalía ha pedido que las diligencias por denuncia falsa se amplíen al citado testigo y el juez ha acordado que la Policía acompañe a José Antonio cuando esta tarde acuda al domicilio de su ex mujer a recoger a su hijo común, en cumplimiento del régimen de visitas.
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