DERRIBANDO MITOS SOBRE LA FIGURA MATERNA
Miércoles, 19 de Junio, 2013
Los padres suelen ser más activos al jugar con sus hijos.
El papel que cumplen los padres en la crianza de los hijos ha cambiado enormemente en las últimas décadas.
La incorporación de la mujer al trabajo, los avances en conciliación e
igualdad y un importante cambio de mentalidad en lo que respecta a la
familia, ha hecho que los padres cumplan un papel cada vez más
importante, que antes estaña reservado, casi en exclusividad, a las
madres.
Aunque sigue siendo menos de lo deseable, los padres pasan cada vez más tiempo con sus hijos,
algo que es positivo para estos, pues su estilo educativo suele ser
distinto al de las madres y aporta un valor añadido a la crianza que se
pierde si estos están menos presentes. No en vano, hay diversas cosas
que, por lo general, hacen mejor los padres que las madres.
1. Armar jaleo
A
los niños les encanta jugar a lo bruto, empujándose y peleando
pacíficamente, un tipo de juego físico –conocido en inglés como roughhouse– que los psicólogos creen beneficioso y al que las madres no suelen prestarse.
Se trata de un tipo de juego especialmente indicado cuando los niños rondan los 10 años,
cuando tienen la idea de que sólo existen dos tipos de contacto físico:
el agresivo y el sexual. Jugar a hacerse cosquillas, al “rey de la
montaña” o pelear con almohadas permite a los niños descubrir que hay
muchos tipos de contacto físico y que este puede ser amable, cariñoso y
divertido. La presencia de los padres es fundamental en este tipo de
juegos para marcar límites, y dejar claro qué está bien y qué está mal
(máxime cuando hay hermanos en la ecuación).
2. Transmitir tranquilidad
Aunque es un asunto sobre el que es difícil generalizar, los hombres suelen ser más tranquilos que las madres en lo que respecta al trato con los niños.
Aunque la sobreprotección parental, uno de los grandes males de las
familias modernas, es cosa de madres y padres, no es menos cierto que
ellas son más propensas a mimar a sus hijos y se preocupan más cuando
algo sale mal.
Los hombres suelen ser, por ejemplo, más tolerantes hacia las heridas que pueden hacerse jugando los niños, y les dejan un mayor margen para que aprendan por ellos mismos lo que es malo y bueno, algo que, sin pasarse, es positivo, pues permite que los niños ganen confianza y capacidad de recuperación.
3. Jugar de igual a igual
Los
padres suelen incurrir en un mayor número de actividades con sus hijos
en los que existe una relación de igual a igual: deportes, videojuegos,
cine… Ambos disfrutan codo con codo de una afición común. Las madres
suelen ser mejores que los padres en lo que respecta a las relaciones
cara a cara, y tienen una mayor conexión emocional con sus hijos, pero los padres son mejores a la hora de enseñar a sus hijos que tienen a alguien a su lado. Esto hace que los niños sean más confiados y se sientan más seguros.
4. Disfrutar de los hijos
Según un estudio publicado recientemente en la revista Psychologial Science, los padres encuentran más satisfacción en la crianza que las madres, ya que estas experimentan mayor estrés (algo que podría estar asociado a un injusto reparto de papeles). Los padres son más felices y experimentan más emociones positivas que los hombres solteros, algo que no es tan fácilmente detectable si se compara a las madres con las mujeres solteras.
5. Transmitir amor
Según un estudio de la universidad de Connecticut, el vínculo emocional entre padre e hijo influye más en la formación de la personalidad de un niño que el de la madre, y los menores educados sin su padre tienden a ser más ansiosos, nerviosos e inseguros,
así como hostiles y agresivos hacia los demás. Una tendencia apenas
perceptible entre los niños que habían sido criados en ausencia de su
madre.
Los resultados de este estudio derrumban una serie
de mitos construidos alrededor de la figura materna, como se recalca en
el propio trabajo: “Tanto en Estados Unidos como en Europa hemos asumido que la relación afectiva de los niños con sus madres era lo más importante
para que pudiesen ser educados en toda su plenitud. De este modo, la
figura del progenitor pasó a un segundo plano, como un simple apoyo
educativo para centrarse más en su función de sostener económicamente a
la familia, pero prescindibles en los aspectos emocionales”. Sin
embargo, esta creencia cultural es completamente errónea: “La influencia
del padre es incluso más grande que la de la madre”.
La
idea de que los padres carecen del insisto maternal que solemos
atribuir a las madres no parece estar respaldada por la ciencia. Por ejemplo, un estudio publicado este año en la revista Nature Communications, apuntó que los padres son igual de buenos que las madres a la hora de
identificar el llanto de sus hijos, y otra investigación constató que
sus niveles de oxitocina –“la hormona del amor”– también se elevan tras
la paternidad.
http://www.elconfidencial.com/alma-corazon-vida/2013/06/18/roughouse-cinco-cosas-educativas-que-los-padres-hacen-mejor-que-las-madres-123201/
No hay comentarios:
Publicar un comentario